Los demócratas buscan limitar los poderes militares de Trump en la crisis con Irán
La Cámara baja aprueba una medida que, de prosperar en el Senado, donde dos republicanos han dicho que la apoyarán, acotaría las competencias bélicas del presidente
Un respiro de alivio recorrió el Capitolio tras el anuncio de Donald Trump el miércoles de que evitaría una respuesta militar al ataque iraní a dos bases estadounidenses en Irak, una aparentemente muy calculada agresión, la más clara y directa por parte de Teherán en décadas de conflicto, que no produjo víctimas. Pero el alivio ha dado paso enseguida a una ofensiva de los demócratas para luchar por el control del Congreso sobre los poderes militares del mandatario. La Cámara de Representantes ha aprobado este jueves por la tarde (por 226 a 193 votos) una iniciativa de la mayoría demócrata para obligar a Trump a rebajar la tensión militar con Irán salvo que cuente con autorización explícita en el Congreso.
La medida tendría a priori pocos visos de progresar en el Senado, donde los demócratas son minoría. Pero ya el miércoles por la tarde, dos senadores republicanos apuntaron que estarían dispuestos a votar a favor de la medida si llega a la Cámara alta. Esto no garantizaría la aprobación, pero sí un voto extremadamente ajustado: los republicanos ocupan con 53 de los 100 escaños del Senado. Lo que implica, en todo caso, es un duro escrutinio sobre la estrategia de Trump en Irán, y un debate sobre la competencia del comandante en jefe de Estados Unidos para entrar en una guerra.
Nancy Pelosi volvió a criticar este jueves, en una comparecencia ante la prensa en la que anunciaba la iniciativa que se ha votado por la tarde en la Cámara baja, la operación ordenada por el presidente que llevó al asesinato del general iraní Qasem Soleimani hace una semana en Bagdad. “No creo, en base a lo que es de dominio público, que hayan hecho a nuestro país más seguro con lo que hicieron”, dijo. La “actitud displicente” de Trump, ha añadido Pelosi, es “asombrosa”
El presidente ha respondido este jueves a la iniciativa de Pelosi. “No tengo por qué consultar al Congreso”, ha dicho. “Dependerá de las circunstancias. A veces tienes que moverte muy rápido”. El republicano ha aprovechado para cuestionar la oportunidad política de las críticas de la presidenta de la Cámara de Representantes. “Pelosi defendiendo a este monstruo… Es un argumento perdedor políticamente”, ha dicho Trump, en referencia al abatido general responsable de la acción exterior del Ejército iraní.
El ataque de Irán a dos bases iraquíes que acogen a soldados estadounidenses provocó la clásica división partidista en el Congreso, en esta ocasión sobre la estrategia de Trump en Oriente Próximo. Los secretarios de Estado y de Defensa, Mike Pompeo y Mark Esper, informaron después en el Capitolio a legisladores de las dos Cámaras sobre los pormenores de las decisiones tomadas, y la mayoría de los republicanos coincidieron con el presidente del Senado, Mitch McConnell, en elogiar “la paciencia y la prudencia” mostradas por Trump.
Pero hubo al menos dos voces críticas. La sesión informativa proporcionada a los legisladores fue, en opinión del senador republicano de tendencias libertarias Mike Lee, “insultante y humillante”. “Fue probablemente la peor sesión informativa que he visto, al menos en un asunto militar, en los nueve años que he servido en el Senado de Estados Unidos”, añadió. Otro senador republicano, Rand Paul, se sumó a Lee en anunciar que apoyaría la iniciativa demócrata de afirmar la autoridad del Congreso en las decisiones bélicas.
Entre los demócratas, las críticas a las recientes acciones del presidente fueron generalizadas. “Creo que, ahora más que nunca, el Congreso necesita actuar para proteger las provisiones constitucionales sobre la guerra y la paz”, dijo el congresista Gerald Connolly. “He escuchado el mismo tipo de mentiras que escuchaba hace 20 años sobre la guerra de Irak”, añadió el senador Sherrod Brown.
Washington, en suma, asiste estos días a un cambio en el foco de la campaña de cara a las elecciones presidenciales del próximo noviembre. En el arranque del año electoral, el debate sobre economía, inmigración o sanidad que venía marcando la agenda política se está viendo eclipsado por un debate urgente sobre la política exterior y militar. A menos de un mes de la primera gran cita en Iowa de las primarias demócratas, el conflicto con Irán ha irrumpido en la agenda de los potenciales rivales a enfrentarse a Trump en las urnas.
Navegando las aguas del momento de más peligro en sus tres años de presidencia, también el propio Trump se ve obligado a enfrentarse a sus contradicciones. Y a manejar el delicado equilibrio en su partido, entre quienes vienen celebrando su campaña de repliegue internacional al grito de “Estados Unidos primero” y quienes corean las amenazas y la mano dura exhibida por Trump hacia Irán en los últimos días. Al menos de momento, con su discurso del miércoles, Trump pareció satisfacer a ambas facciones. Pero nadie da por terminada la crisis y, más allá de un mensaje a la nación calculado al milímetro, el país vive pendiente de la evolución del discurso en los próximos días, por la vía más espontánea de los mítines y los tuits.
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