Zapatero pide a la Unión Europea que cambie de postura sobre Venezuela y el Gobierno de Maduro
El expresidente español llama a “una reflexión serena” sobre las sanciones y el reconocimiento del próximo Parlamento
El expresidente del Gobierno español José Luis Rodríguez Zapatero viajó a Caracas para sumarse este domingo a la observación de unas elecciones parlamentarias que se han celebrado sin la participación de la mayoría de las fuerzas antichavistas y en un ambiente de alta desmovilización. El exmandatario socialista, que en 2018 promovió una mediación fallida entre el Gobierno de Nicolás Maduro y la oposición, llamó a la Unión Europea a una “reflexión serena y sosegada” sobre estos comicios, las sanciones al régimen bolivariano y el reconocimiento de la próxima Asamblea Nacional, que debe tomar posesión el 5 de enero en sustitución del Parlamento presidido por Juan Guaidó. En su opinión, las instituciones comunitarias tienen que cambiar de postura frente al chavismo.
“La diplomacia de la Unión Europea se basa en la solución pacífica de los conflictos, se basa en el respeto a los procedimientos, y deseo que la Unión Europea haga una reflexión después de estas elecciones que evalúe lo que ha dado de sí la política de sanciones, especialmente la política del presidente [Donald] Trump o la política de no reconocimiento”, afirmó Zapatero, que participó en las actividades de observación junto con, entre otros, el expresidente boliviano Evo Morales. Bruselas siempre se ha mostrado, incluso en los peores momentos de la crisis, más abierta al diálogo que el frente internacional encabezado en los últimos años por la Administración de Donald Trump. Sin embargo, para el expresidente español no ha sido suficiente. En su opinión, no reconocer los resultados “puede conducir al mayor absurdo que haya conocido la historia del derecho internacional”. “Porque si no se reconoce a la Asamblea que hoy se elige y la Asamblea que había ya no existe porque cumplió su mandato, y si no se reconoce al presidente Maduro por la hipotética acusación de fraude de mayo de 2018 y el presidente Guaidó era presidente por una Asamblea que ya no existe, por tanto, también termina ese hipotético reconocimiento”, continuó en una comparecencia.
La oficina de Josep Borrell, alto representante para Asuntos Exteriores, solicitó en septiembre a Nicolás Maduro un aplazamiento de estos comicios por considerar que no ofrecían garantías para una competición leal. La Unión Europea fijó esa petición como condición previa a una participación en la observación electoral, lo que iba a suponer la premisa para reconocer estos comicios. En ese caso, la convocatoria hubiera contado con la presencia del dirigente opositor Henrique Capriles, que se desmarcó de Guaidó y sí estaba dispuesto a concurrir. El excandidato presidencial era el único con capacidad para competir con el cartel gubernamental, encabezado por el Partido Socialista Unido de Venezuela (PSUV).
El régimen chavista, sin embargo, desestimó de plano la solicitud con el argumento de que, según la Constitución, la Asamblea debe juramentarse en enero. Así las cosas, Europa, cuyos países reconocen en su mayoría a Guaidó como jefe de Estado interino desde 2019, se dispone a rechazar los resultados después de una elección en la que la opción oficialista no tenía rivales con la salvedad de un sector minoritario de la oposición. Zapatero, quien no cuenta con la confianza de los principales dirigentes de la oposición, lo considera un error. “Al absurdo no se puede llegar desde determinadas instancias de decir que en Venezuela no hay ni Parlamento ni presidente ni instituciones. Es verdad que a veces la política genera estas propuestas inconsistentes. Y por eso pido una reflexión serena, sosegada, del porqué se ha llegado hasta aquí, hasta una situación en la que se pretendía con el reconocimiento del presidente de la Asamblea anterior dar un vuelco a la situación”, prosiguió el exlíder del PSOE.
A pesar de la fuerte presión internacional ejercida sobre todo por Washington y la vecina Colombia desde 2017, el Gobierno venezolano encara una etapa de relajación de las tensiones, al menos dentro de la región. La victoria de Joe Biden en las elecciones estadounidenses abre la puerta a un cambio de enfoque, probablemente más diplomático, a la vista del fracaso de la estrategia de Trump, que usó la crisis del país sudamericano para hacer campaña en Florida. Al mismo tiempo, dentro de la región, México y Argentina han mostrado su voluntad de no interferir en Venezuela. Y también el ultraconservador presidente de Brasil, Jair Bolsonaro, tiene otras prioridades más allá de los ataques retóricos contra el chavismo.
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