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Al menos 56 milicianos muertos en el bombardeo más letal en Idlib en medio año de alto el fuego

Los ataques aéreos rusos en la provincia rebelde siria iban dirigidos contra una milicia respaldada por Turquía

Natalia Sancha
Entierro de varios de los milicianos muertos en los bombardeos, este lunes en Kafr Tajarim (Siria).
Entierro de varios de los milicianos muertos en los bombardeos, este lunes en Kafr Tajarim (Siria).DPA vía Europa Press (Europa Press)

Al menos 56 combatientes de la milicia islamista siria Failaq Al Sham han muerto y más de 100 han resultado heridos por bombardeos de cazas rusos contra un campo de entrenamiento en la provincia de Idlib, en el noroeste de Siria, según informaciones del Observatorio Sirio para los Derechos Humanos (OSDH, sito en Inglaterra y con más de 200 informantes sobre el terreno). El grupo armado forma parte del Frente Nacional de Liberación (FNL), coalición de grupos armados insurgentes que respalda Turquía en Siria. Se trata de los ataques aéreos más mortíferos desde que el pasado mes de marzo Ankara y Moscú sellaran un alto el fuego en esta comarca, hoy controlada en un tercio por grupos islamistas insurgentes.

El bombardeo ha tenido lugar durante la graduación de sus nuevos miembros en el campo de Kafr Takharim, cerca de la frontera occidental con Turquía, ha señalado el Observatorio sirio. “La escalada rusa es una clara y continua violación del alto el fuego firmado con Turquía”, ha declarado por su parte el capitán Naji Mustafa, portavoz del FNL, al sitio web sirio Centro Mediático Público. Según Mustafa, los insurgentes ya han respondido con fuego de artillería y con el lanzamiento de morteros contra efectivos rusos y sirios leales a Damasco.

Transcurridos ocho meses de relativa calma, los tres millones de civiles que habitan Idlib temen que los combates se reanuden conforme el país se sume en una profunda crisis económica cuya amplitud eclipsa la sanitaria. En el último lustro, y gracias al apoyo aéreo ruso, las tropas leales a Bachar al Asad han logrado recuperar el 70 por ciento de esta comarca convertida en cajón de sastre en el que han ido a parar heterogéneas bolsas de milicias insurgentes progresivamente evacuadas del resto del país. Temiendo una nueva avalancha de civiles en su territorio, que ya acoge a 3,6 millones de refugiados sirios, Ankara logró sellar el pasado mes de marzo un acuerdo con Moscú y así frenar la ofensiva terrestre lanzada por las tropas regulares sirias.

Con apoyo terrestre iraní y aéreo ruso, el Ejército regular sirio controla hoy más de dos tercios del territorio del país, a excepción de parte de Idlib y del noroeste, que ha quedado bajo el mando de las fuerzas kurdas. La tregua de Idlib es una más de una larga ristra de acuerdos en los que el principal escollo sigue siendo Hayat Tahrir al Sham, la alianza de grupos yihadistas que dirige el frente Al Nusra y antigua rama local de Al Qaeda. Tanto Damasco como Moscú tildan al grupo de terrorista, mientras que las milicias armadas por Turquía se han mostrado incapaces de expulsarles de Idlib desde que en 2019 se hicieran con el control del territorio insurgente.

Por su parte, Washington también tacha a Al Nusra de grupo terrorista y el Ejército estadounidense aseguró haber bombardeado el pasado jueves con un dron a objetivos de Al Qaeda en esta misma provincia. El ataque aéreo dejó 15 milicianos y cinco civiles muertos, según el recuento que ha hecho el OSDH.

Una década de guerra en Siria ha endurecido la contienda con la injerencia de media docena de actores regionales e internacionales que defienden sus intereses en el tablero sirio. Los frentes de batalla han quedado enquistados en las fronteras del país, así como las negociaciones en la mesa de Ginebra donde se sienta el cuarto enviado especial para Siria de las Naciones Unidas, el noruego Geir Pedersen. Inversamente, tanto Turquía como Rusia han exportado miles de milicianos sirios como mercenarios a sueldo a otros conflictos regionales como al libio, donde ambas potencias están enfrentadas, o más recientemente al Alto Karabaj.

Más de medio millón de personas han perdido la vida en la contienda - cerca de la mitad son civiles-, según la ONG I am Syria. Suman también 5,6 millones los sirios que han abandonado el país en busca de refugio al tiempo que la mitad de los 18 restantes que permanecen dentro el territorio de Siria se han visto desplazados de sus hogares por la violencia. Con los frentes militares mayormente acallados en el último año, la brutal crisis económica que azota al país se ha visto agravada por la que atraviesa el vecino Líbano y las férreas sanciones económicas impuestas por EE UU se han convertido en la principal preocupación de los sirios.

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