La gambeta judicial de André do Rap, nexo del PCC con la mafia italiana en la ruta de la cocaína

Con una vida lujosa, de perfil empresarial, emprendedor y no violento. Así es André do Rap, un traficante brasileño de 43 años que está prófugo desde el sábado. Pudo huir gracias a un habeas corpus del Supremo que fue revocado horas después, cuando ya era demasiado tarde. Las autoridades policiales creen que André de Oliveira Macedo -su verdadero nombre- controla el tráfico de cocaína entre América Latina y Europa. Sospechan además que apenas fue liberado, huyó hacia Paraguay o Bolivia. La última vez que estuvo prófugo, Do Rap vivió en Holanda y estuvo seis años desaparecido.

De acuerdo con la policía, Do Rap, ahora en la lista de los más buscados en São Paulo y en la de Interpol, comanda la exportación de cocaína de América Latina (producida principalmente en Perú, Bolivia y Colombia) hacia los puertos europeos a través del puerto de Santos, en el litoral de ese Estado brasileño. “Es responsable de la logística del envío de cocaína de la facción delictiva PCC [Primer Comando de la Capital] para Europa”, afirma el comisario Elvis Secco, coordinador de Represión a las Drogas, Armas y Facciones Delictivas de la Policía Federal. “También se encarga de hacer los contactos del PCC con otras organizaciones internacionales”, dice.

La policía considera a André do Rap como el principal nexo entre el PCC y la mafia italiana 'Ndrangheta, actualmente la principal organización delictiva del mundo, que controla la distribución de drogas en Europa. El PCC, a su vez, domina la mayor parte del tráfico de drogas en Brasil e inclusive parte de la producción de marihuana y cocaína en países vecinos, principalmente Bolivia y Paraguay. La marihuana se distribuye en Brasil. Parte de la cocaína se queda en el mercado interno brasileño y parte va al mercado internacional, principalmente europeo.

Se cree que asumió ese papel central en la organización a partir de la muerte de su colega Gegê do Mangue, asesinado en 2018 en medio de una disputa interna del PCC. André venía creciendo dentro de la organización, llamó la atención de los principales líderes –hoy presos– y asumió naturalmente el puesto.

Para el comisario Secco, que esté suelto es un golpe para el combate al tráfico internacional de drogas y será difícil recapturarlo, ya que cuenta con mucho dinero y contactos. Desde adentro de la cárcel, sus dificultades para coordinar los negocios de la banda eran mayores. Las visitas estaban suspendidas por la pandemia y los contactos de André con las calles se limitaban a sus abogados y la correspondencia. “No se va a quedar esperando [a ir nuevamente preso] en casa, pueden estar seguros”, alertó en declaraciones a la prensa brasileña, inmediatamente después de la liberación del traficante, el fiscal Lincoln Gakiya.

No hubo tiros o violencia para que el líder narco saliera del radar de la justicia. Como una ironía del Brasil actual, esquivó los embates del Poder Judicial, que está dividido en relación con el habeas corpus concedido por el ministro Marco Aurélio de Mello. La cautelar fue revocada el mismo día por el presidente de la Corte, Luis Fux. El caso será analizado este miércoles por el plenario del Supremo.

André do Rap estuvo seis años prófugo hasta ser capturado en septiembre de 2019. En aquella ocasión, estaba en una mansión en Angra dos Reis con autos importados, una lancha de lujo, dos helicópteros y dinero en efectivo. Su patrimonio aprehendido fue tasado en 28 millones de reales (cinco millones de dólares), la mayor parte a nombre de testaferros o registrado bajo identidades falsas. Al momento de la prisión, estaba acompañado por diversas personas y no reaccionó ni trató de huir. En el lugar no se encontraron armas ni drogas.

De cantante a líder narco

Nacido en la Baixada Santista, André do Rap fue productor musical y llegó a grabar algunas canciones en simultáneo con su actividad delictiva antes de ir a la cárcel. En YouTube pueden encontrarse algunos temas suyos. Como otros cantantes de rap, sus rimas hablan sobre la vida de un delincuente en la Baixada Santista, las prisiones y las barriadas pobres dominadas por el tráfico en la región.

De acuerdo con la policía, André llegó a producir a algunos artistas del litoral de São Paulo y, poco antes de ir a la cárcel, se preparaba para invertir en el fútbol, con la compraventa de jugadores. Condenado a 25 años de prisión en segunda instancia en dos casos de tráfico internacional de drogas, en 2013 y 2014, llegó a vivir en Holanda durante algunos años cuando estaba prófugo con una identidad falsa. En ese período, habría ayudado a profundizar el contacto entre el PCC y la 'Ndrangheta. Al regresar a Brasil, recibió varias veces a sus socios de la mafia italiana, lo que según la policía revelaría su grado de proximidad con ellos, algo hasta entonces inédito en la historia de la facción.

Al ser juzgado por la Justicia brasileña, inclusive, André do Rap fue defendido por abogados de la organización mafiosa italiana, señalan las investigaciones del Deic (Departamento de Investigaciones Criminales del Estado de São Paulo).

“Por lo que conversé con policías que se ocupan del caso, este traficante tiene un perfil diferente, es más sofisticado”, dice el jurista y juez jubilado del TJ-SP (Tribunal de Justicia de São Paulo) Wálter Maierovitch, estudioso de las relaciones entre el crimen organizado brasileño y las mafias italianas. “Eso revela un grado de proximidad muy grande con los europeos, tal vez de forma inédita en la historia del PCC hasta ahora”. Con su liberación y posterior fuga, y la prisión y muerte reciente de otros cabecillas, la policía señala hoy a André do Rap como el principal líder del PCC en libertad.