Los republicanos piden el voto a Trump para salvar a Estados Unidos del “socialismo” de Biden
Las oscuras advertencias y una relectura de la crisis del coronavirus marcan la primera noche de la Convención Nacional del partido
En la Convención Republicana la pandemia se conjuga en pasado. Ese tiempo verbal emplearon numerosos ponentes para hablar de una crisis sanitaria que sigue sumando miles de nuevos casos y cobrándose centenares de vidas cada día en Estados Unidos. Tras aceptar la nominación como candidato al mediodía, el propio Donald Trump realizó la segunda de sus tres intervenciones de la jornada rodeado de trabajadores que lucharon contra el coronavirus, y lo hizo desde un salón de la Casa Blanca, rompiendo la tradición de no utilizar la sede de la presidencia para un evento de campaña.
El presidente insistió en hablar del “virus de China”. Pero su hijo Donald Trump Jr., en uno de los discursos estrella de la noche, que compitió en efusividad con el pronunciado por su pareja, la expresentadora de Fox News Kimberly Guilfoyle, fue incluso más allá. Tras atribuir a su padre unos superlativos logros económicos, soltó: “Entonces, cortesía del Partido Comunista Chino, el virus golpeó”. El patógeno que ha sumido a Estados Unidos en la mayor crisis económica desde la Gran Depresión parecía solo una piedra en el camino hacia la gloria que el presidente Trump necesita cuatro años más para consumar.
El otro gran tema de la noche fue el socialismo. Guilfoyle habló de la “agenda socialista” de Joe Biden. Máximo Álvarez, empresario de origen cubano, apelando al crucial colectivo de votantes que constituyen sus vecinos de Florida, aseguró que el presidente Trump “está luchando contra las fuerzas de la anarquía y el comunismo”. “Convertirán a nuestro país en una utopía socialista”, advirtió Tim Scott, el único senador republicano negro, en el discurso que cerró la velada. Hasta Nikki Haley, exembajadora ante la ONU cuyo nombre figura en las quinielas de potenciales candidatos para tomar las riendas del partido después de Trump, en un discurso más sereno y con la vista puesta más en 2024 que en 2020, aseguró de los demócratas que “su visión de Estados Unidos es el socialismo”.
El partido había adelantado que el tono de la convención sería más positivo que el del cónclave demócrata de la semana pasada, en el que el mensaje fue que la propia democracia estadounidense está en juego en noviembre. Pero, a la hora de la verdad, también en el show republicano dominaron las advertencias tenebrosas sobre lo que depararía una victoria demócrata en las elecciones. Solo Scott y Haley ofrecieron una visión más optimista del liderazgo del 45º presidente, en un esfuerzo por apelar a los votantes más allá del núcleo duro de las bases trumpistas a las que parecía dirigirse el resto de potentes. Scott reconoció que los afroamericanos a veces han sido víctimas de la violencia policial. “Pero la verdad es que la balanza de nuestra nación siempre se inclina hacia la justicia. No estamos completamente donde queremos estar. Pero gracias a dios no estamos donde solíamos estar”, defendió.
Esos mensajes positivos quedaron aplastados por el rodillo alarmista dominante. “Es casi como si estas elecciones se estuvieran convirtiendo en iglesia, trabajo y escuela, frente a disturbios, saqueos y vandalismo”, dijo Donald Trump Jr. “Os desarmarán, vaciarán las cárceles, os encerrarán en vuestras casas”, aseguró el congresista Matt Gaetz. “Los demócratas ya no ven que el trabajo del Gobierno sea proteger a los ciudadanos honestos de los criminales, sino proteger a los criminales de los ciudadanos honestos”, dijeron los McCloskey, la pareja de San Luis (Misuri) que fue detenida tras apuntar con sus armas a manifestantes por la justicia racial que protestaban junto a su casa. “No se equivoquen: no importa dónde vivan, su familia no estará a salvo en la América de los demócratas radicales”, añadieron.
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