La casa natal de Hitler en Austria se convertirá en una comisaría
El Gobierno, que expropió el edificio de Braunau am Inn con el objetivo de eliminar el atractivo para neonazis, invertirá cinco millones de euros en la reforma
La discusión sobre el destino de la casa natal del genocida Adolf Hitler ha llegado a su fin. El Gobierno austriaco, que expropió en 2017 el edificio situado en la pequeña población de Braunau am Inn (unos 17.000 habitantes), en la frontera con Alemania, ha decidido convertirlo en una comisaría de policía, un uso con el que espera restar cualquier atractivo del inmueble como lugar de peregrinaje de neonazis. El Ejecutivo presentó este martes el proyecto, resultado de un concurso arquitectónico para reformar el edificio, que albergó en el pasado una biblioteca y un taller de discapacitados, y para el que se barajó desde la instalación de un museo de memoria contra el horror nazi hasta el derribo para romper su carga simbólica. Finalmente, el inmueble en el que Hitler (Braunau am Inn, 1889-Berlín, 1945) vivió brevemente lo ocuparán agentes de policía.
“Es lo más apropiado [para el edificio]. ¿Por qué? Porque los policías son los protectores de los derechos y libertades fundamentales”, argumentó el ministro del Interior, el conservador Karl Nehammer, en una conferencia de prensa en la que anunció como ganadora del concurso a la firma austriaca de arquitectos Marte.Marte. El diseño prevé una renovación de la fachada, un nuevo tejado, el saneamiento general del edificio, vacío durante años, y la construcción de dos inmuebles anexos para oficinas y otras dependencias con los que se creará un patio de acceso público, según la prensa austriaca.
La renovación, que mantendrá el estilo arquitectónico del entorno, deberá estar terminada en 2023 y tendrá un coste de unos cinco millones de euros. El monumento en recuerdo de las víctimas del nazismo -una piedra ante el edificio con la inscripción “Por la paz, la libertad y la democracia. Nunca más fascismo, millones de muertos lo reclaman”-, será trasladada a un museo de Viena, según Hermann Feiner, funcionario del Ministerio de Interior.
El Gobierno austriaco expropió el edificio por 812.000 euros tras intentar infructuosamente la compra a su propietaria. De varias plantas y con una fachada de color amarillo pastel, tras la Segunda Guerra Mundial fue recuperado por los dueños originales, ya que durante la contienda estuvo en manos de los nazis. La dueña lo alquiló durante décadas al Estado para un escuela, una librería y un centro para personas con discapacidad. Hitler apenas pasó unas semanas en el inmueble antes de que su familia se mudara a otra vivienda en la misma población, pero en el lugar se producían esporádicamente concentraciones de neonazis y el edificio continuaba siendo un imán para visitantes radicales.
Austria fue anexionada al Reich de Hitler en 1938, pero con un gran apoyo de la población, que le recibió con vítores cuando cruzó la frontera para viajar hasta Viena. El país ha tenido una complicada relación con su pasado nazi, con un examen de su responsabilidad más tardío que en el caso alemán.
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