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El régimen y la oposición de Siria acuerdan reanudar las negociaciones de paz

El mediador de la ONU anuncia la vuelta al diálogo para reformar la Constitución del país árabe

Juan Carlos Sanz
Siria
Milicianos rebeldes de Idlib, el sábado en un intercambio de restos de combatientes con el régimen sirio.AFP

La relativa calma en el campo de batalla durante la pandemia de coronavirus ha llevado al régimen de Damasco y a la oposición a aceptar la reanudación de las negociaciones para buscar una salida política tras más de nueve años de guerra. El mediador de Naciones Unidas para Siria, Geir Pedersen, ha anunciado este martes que ambas partes han acordado volver a la vía del diálogo. “Tan pronto como la situación [sanitaria] lo permita, han decidido acudir a Ginebra tras fijar un orden del día para la próxima reunión”, precisó el diplomático noruego en la sede europea de la ONU.

El llamado Comité Constitucional sirio —formado por representantes del Gobierno, de la sociedad civil y de las fuerzas que apoyan a los grupos rebeldes— se encuentra paralizado desde hace un año, sin avanzar en la negociación de una Constitución que siente las bases para una convocatoria electoral. “Este comité puede ser el foro en el que se genere confianza entre las partes”, destacó el representante de la ONU, citado por Reuters.

Tras la escalada bélica registrada a comienzos de año en Idlib, último feudo de los insurgentes en Siria, un acuerdo entre Turquía, que respalda a algunas fuerzas rebeldes, y Rusia, principal aliado del régimen del presidente Bachar el Asad, estableció un alto el fuego que ha sido generalmente acatado.

Pedersen ya planteó entones un cese de hostilidades nacional para prevenir la propagación del coronavirus en Siria, donde oficialmente solo se han declarado 64 casos. “La población es muy vulnerable a la covid-19. Los centros sanitarios han sido destruidos o su capacidad ha quedado degradada, sin equipos ni personal”, advirtió. Los tres millones de habitantes de la provincia nororiental de Idlib, carecen de atención médica suficiente después de que decenas de hospitales hayan quedado dañados por los bombardeos del régimen de Damasco y de sus aliados rusos.

El enviado de la ONU informó en la noche del lunes al Consejo de Seguridad de que “ante la situación de calma, a pesar de algunos incidentes, y la amenaza común de la covid-19” se presentaba una oportunidad para avanzar hacia la paz. “El diálogo entre Rusia y Estados Unidos tendrá un papel clave”, sostuvo. El Consejo de Seguridad aprobó por unanimidad en diciembre de 2015 la resolución 2254, que impulsa las negociaciones entre el Gobierno y la oposición para buscar una salida política al conflicto.

Geir Pedersen, el pasado enero en Moscú.
Geir Pedersen, el pasado enero en Moscú. EVGENIA NOVOZHENINA (Reuters)

Con Pedersen, nombrado en noviembre de 2018, son ya cuatro los mediadores la ONU que han intentado contener la guerra desde 2011. Miembro del equipo negociador que facilitó los Acuerdos de Oslo en 1993, el diplomático noruego ha concentrado la mayor parte de su carrera en Oriente Próximo y Naciones Unidas. Tomó el relevo del veterano Staffan de Mistura, quien entre 2016 y 2107 logró hilvanar varias rondas negociadoras en Ginebra durante sucesivas treguas, que finalmente saltaron por los aires. El ex secretario general de la ONU Kofi Annan ya lo había intentado sin éxito en 2012, al igual que el diplomático argelino Lajdar Brahimi en 2014.

Moscú y Teherán, del lado del régimen, y Ankara, desde el de la oposición, puentearon el proceso negociador de Ginebra para sustituirlo por el de Astaná (Kazajistán), centrado en la estabilización de los frentes y sin contenido político. El interés de Rusia en pilotar la reconstrucción del país árabe financiando por una ingente cooperación exterior está detrás de la búsqueda de la legitimidad internacional en el foro de Naciones Unidas. Con el proceso de diálogo con la oposición el Kremlin parece buscar ante todo la continuidad de El Asad en el poder después haberle ayudado a conquistarlo en el campo de batalla.

En su mensaje al Consejo de Seguridad, el enviado de la ONU también recordó al mundo que “la inestabilidad de Siria reverbera en muchas otras partes, incluida Libia, donde se ha detectado la presencia de numerosos combatientes sirios en las filas de los bandos en conflicto”.

Para muchos observadores, los viajes de ida y vuelta de las delegaciones del Gobierno y de la oposición al vetusto palacio de las Naciones en Ginebra parecen haber quedado atrapados en un bucle temporal, como en la película El día de la marmota, mientras la guerra de Siria se eterniza.

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Sobre la firma

Juan Carlos Sanz
Es el corresponsal para el Magreb. Antes lo fue en Jerusalén durante siete años y, previamente, ejerció como jefe de Internacional. En 20 años como enviado de EL PAÍS ha cubierto conflictos en los Balcanes, Irak y Turquía, entre otros destinos. Es licenciado en Derecho por la Universidad de Zaragoza y máster en Periodismo por la Autónoma de Madrid.

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