Marruecos elude fijar fecha para repatriar a sus 28.000 nacionales bloqueados en el extranjero
Los marroquíes atrapados en el exterior preparan sentadas frente a los consulados de su país para pedir soluciones
Los 27.850 marroquíes bloqueados en el exterior del país desde que Marruecos cerró sus fronteras por la pandemia de la covid-19 el pasado 13 de marzo recibieron un jarro de agua fría el jueves de la mano del jefe del Gobierno, Saadedín el Otmani, perteneciente al islamista Partido Justicia y Desarrollo (PJD). El Otmani declaró en una entrevista televisada que el retorno de los atrapados se iniciará cuando se reabran las fronteras. Pero no anunció ninguna fecha para abrirlas. Afirmó, eso sí, que el regreso es un derecho y que se trabaja en la solución del problema.
Una cosa es segura: nadie será repatriado antes del 20 de mayo, día en que concluye el confinamiento en Marruecos, según informó ese mismo jueves Mohamed Basri, responsable de Asuntos Consulares. Basri señaló que hasta la fecha hay 27.850 ciudadanos inscritos en consulados y embajadas. Y de ellos, a 5.704 nacionales se les ha proporcionado ayuda para el alojamiento, manutención y medicamentos. El país decretó la alerta sanitaria el 20 de abril y ahora tiene 5.711 contagiados y 186 muertos a causa de la pandemia.
El sitio digital Le Desk tachó de vacía la entrevista televisada del jefe del Gobierno, a quien acusó de no aportar “respuestas concretas” sobre el futuro inmediato del país. Le Desk apeló a la intervención del rey Mohamed VI. “¿No merecen los marroquíes la palabra de un jefe de Estado llamando a la unión y haciendo un balance de la situación, como ha ocurrido en otros lugares?”, se preguntaba el columnista.
En el artículo se citaban como ejemplo los casos del Reino Unido, Arabia Saudí, Jordania, Francia, Túnez, Estados Unidos y Argelia. “Todos esos países, con sistemas políticos diferentes y con una arquitectura institucional particular, han tenido jefes de Estado que tomaban la palabra para tranquilizar a sus conciudadanos. Entre esos países, Marruecos es la excepción”, indicó el articulista.
Mientras tanto, los marroquíes atrapados en el exterior están organizando a través de las redes sociales sentadas previstas para el próximo lunes frente a los consulados de Marruecos en diferentes países. Varios de ellos han accedido a comunicarse con este diario, aunque solicitan suprimir sus apellidos.
Reda, de 29 años, administrador en Facebook de un grupo de marroquíes bloqueados que cuenta con 9.000 miembros, relata desde Congo-Brazzaville: “Soy empresario y vine al Congo por cinco días. Llevo ya 50 días bloqueado y comienzo a perder la paciencia. Apenas me queda dinero para cuatro o cinco días. Las condiciones sanitarias no son buenas. En los supermercados no se encuentra casi nada para comer porque el país lo importa todo. En dos o tres semanas ya no habrá nada. Somos unos 40 marroquíes en este país, los únicos extranjeros. Los franceses, libaneses, egipcios y argelinos ya han sido repatriados. Nos sentimos abandonados y humillados. La Embajada me prometió que me enviaría dinero para pagarme el hotel, pero no he recibido nada”.
Fahd, un auditor financiero bloqueado en Francia, indicó a este diario: “Nos hemos arreglado las primeras semanas con la ayuda de amigos. Pero ya estamos al límite de nuestras fuerzas. Al final de cada día sentimos una enorme frustración por no haber escuchado la noticia que anuncie el inicio de la repatriación”.
Mohamed Amine, de 34 años y bloqueado en Haití, indica por correo electrónico: “Yo estoy solo aquí. Mi esposa y mi hija de cinco años están confinadas en Marruecos. La vida aquí es muy cara, incluso los alimentos básicos. Tengo que pagar 700 dólares (645 euros) por una residencia con medidas de seguridad, porque hay mucha inseguridad en la isla. Me he puesto en contacto con el embajador marroquí en República Dominicana, el país vecino. Yo no niego que él me ha llamado para facilitarme su apoyo moral. Pero me ha hecho saber que no habrá repatriación para mí, que yo tengo que procurarme un billete de avión cuando se abran las fronteras. Y que no pueden proporcionarme los gastos de alojamiento. Yo voy atrasado en el pago del alquiler y temo que me expulsen”.
Houda, una periodista marroquí de 34 años bloqueada en París, señala: “He tenido la suerte de que un familiar me está alojando desde hace 50 días. Pero mis padres me necesitan en Marruecos. Están muy enfermos y son ancianos. Un vecino les hace la compra una vez por semana. ¿Pero cuánto tiempo podrá durar esto? Yo siempre he intentado ser una ciudadana modelo, siempre amé a mi país, lo he defendido y representado. Ahora, cada tarde me pregunto si mi país me ama igualmente”.
Desde que el país cerró sus fronteras, Marruecos ha autorizado el despegue de decenas de vuelos de repatriación de extranjeros hacia sus países. El último de ellos fue organizado por las autoridades españolas el pasado jueves desde Casablanca con un avión de Iberia que llevó de regreso a 180 españoles. El diario L’Economiste se preguntaba este jueves: "¿Por qué la flexibilidad otorgada a países como Francia, España o Gran Bretaña no sería negociable en sentido contrario para nuestros compatriotas?”
El diario reconoce que Marruecos ha sido “extremadamente reactivo en numerosas parcelas a la hora de gestionar la pandemia de la covid-19”. “Pero fracasa en desplegar una organización y ser imaginativo para sus ciudadanos. (…). Detrás de cada historia se ocultan dramas humanos o familiares de los que hay que ocuparse con presteza”, concluye.
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