_
_
_
_
_

Nuestra democracia es su memoria

Muchos españoles fueron parte del esfuerzo para derrotar al fascismo, primero en España, en la Guerra Civil; y luego en Europa, en la II Guerra Mundial

Prisioneros republicanos españoles reciben a las fuerzas americanas el 5 de mayo de 1945.
Prisioneros republicanos españoles reciben a las fuerzas americanas el 5 de mayo de 1945.Gettyimages

El 22 de noviembre de 2004, la ONU decidió declarar los días 8 y 9 de mayo como las Jornadas de Recuerdo y Reconciliación en honor de quienes perdieron la vida en la II Guerra Mundial. Gracias a la victoria de las Fuerzas Aliadas sobre la temible máquina de guerra y destrucción nazi se instaló un sistema internacional basado en los derechos humanos, la paz y la cooperación Internacional.

Esta fecha conmemora la derrota del fascismo gracias a los esfuerzos de toda una generación de personas que pagaron muy caro su compromiso con la dignidad humana, la libertad y la igualdad de derechos. A ese esfuerzo no fueron ajenos muchos de nuestros compatriotas, españolas y españoles que hicieron frente en dos ocasiones al fascismo: primero en España, en nuestra Guerra Civil; y luego en Europa, en la II Guerra Mundial.

Al finalizar la Guerra Civil, cerca de medio millón de españoles se vieron obligados a exiliarse y cruzar la frontera por haber defendido la democracia y un sistema constitucional legítimo, huyendo de la represión y la muerte que la defensa de sus convicciones podría acarrearles y se desperdigaron por Europa, el norte de África y el continente americano. El miedo que les empujó a abandonar sus vidas no encontró cura, en un primer momento, en los países vecinos, y especialmente Francia, que construyó unos ominosos campos de concentración para estos cientos de miles de refugiados que continuaron soportando allí unas durísimas y humillantes condiciones de vida.

A pesar de la áspera primera recepción, cuando llegó el momento de defender los ideales republicanos de libertad, igualdad y fraternidad, estos compatriotas se situaron junto a la bandera francesa y del resto de aliados y combatieron, una vez más, el fascismo y su brutalidad inhumana, porque sabían que, en ese momento, su auténtica patria eran esos ideales. En el saldo de su humilde y callada contribución personal, hemos de contar algunos hitos destacados en la liberación de Europa, como es el famoso caso de la conocida Novena División de Leclerc, que liberó París. Esta semana, el Gobierno ha emitido una declaración de reparación personal a Rafael Gómez, último superviviente de “La Nueve”, que falleció recientemente.

Otros muchos españoles, casi 10.000 compatriotas, fueron abandonados a su suerte por el Gobierno franquista; y con la colaboración del régimen de Vichy, finalmente deportados a los temibles campos de exterminio nazi. Más de la mitad perecieron, asesinados o por simple agotamiento e inanición, sucumbiendo en el trabajo esclavo al que fueron sometidos, señalados por la S de españoles y un ominoso triángulo azul de apátridas, o un rojo, por su ideología comunista o socialista.

Este 5 de mayo, coincidiendo con el 75 aniversario de la liberación del campo de Mauthausen y la conmemoración a las víctimas del nazismo en España, el Consejo de Ministros ha aprobado una Declaración Institucional para “honrar su memoria y agradecer su sacrificio por la democracia y la libertad”. Además, se ha otorgado un certificado de reparación personal a Juan Romero Romero, que, con 101 años, sobrevive a cuatro años de torturas y privaciones en el terrible campo de Mauthausen. Junto a él, y a sus más de 7000 compañeros, queremos reconocer el legado ético que aportan a la Democracia Española.

Únete a EL PAÍS para seguir toda la actualidad y leer sin límites.
Suscríbete

El exilio español, igualmente, fue una extraordinaria fuente de difusión, extensión y fructificación de la cultura, la ciencia y la investigación española en el mundo. Gracias a la generosa acogida de países hermanos, como fue el caso singular del México del presidente Cárdenas, o del Chile al que llegó el Winnipeg y otros casos, la época de plata del arte, la cultura y la ciencia española se expandió por el mundo y funcionó como una especie de fermento social, académico y cultural, en casi todos los países de Iberoamérica. Sin duda, esa fue la mayor muestra de agradecimiento a la inmensa generosidad de los pueblos y gobiernos que acogieron a los miles de españoles que buscaban rehacer sus vidas.

El año pasado se cumplió el 80 aniversario del exilio español republicano. El Gobierno llevó a cabo un intenso y ambicioso programa de reparación y reconocimiento del sufrimiento, ejemplo y contribución de esos cientos de miles de españoles, con actos simbólicos como los viajes del presidente del Gobierno a Francia o a México; con actividades culturales, como la exposición celebrada de diciembre a febrero en Madrid, y siempre fomentando y cultivando la relación con las asociaciones de exiliados y sus descendientes en el Exterior, verdadera memoria de este hecho trágico de la historia de España, y a quien hay que agradecer que, a pesar de los años y los olvidos, siempre han mantenido el amor al país que perdieron, nuestra cultura y nuestra forma de vida.

Porque en la lucha contra el totalitarismo y el fanatismo, perdieron una batalla en su propio país; pero, hoy, 75 años más tarde, con la democracia triunfante en España y Europa, sabemos que finalmente, ganaron la Guerra contra el Fascismo. La victoria de la democracia y la libertad, es su victoria. Gracias a su ejemplo y su recuerdo, debe ser la victoria de todos.


Carmen Calvo es vicepresidenta primera del Gobierno y ministra de la Presidencia, Relaciones con las Cortes y Memoria Democrática

Regístrate gratis para seguir leyendo

Si tienes cuenta en EL PAÍS, puedes utilizarla para identificarte
_

Más información

Archivado En

Recomendaciones EL PAÍS
Recomendaciones EL PAÍS
Recomendaciones EL PAÍS
_
_