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Biden niega las acusaciones de abuso sexual a una antigua empleada en el Senado

El virtual candidato demócrata para la Casa Blanca rompe su silencio sobre unos hechos que Tara Reade asegura sucedieron en 1993

Joe Biden en una entrevista con la MSNBC. En vídeo, Biden niega el ataque sexual de 1993 del que le acusa una antigua asesora.Vídeo: FOTO/VIDEO: AP
Yolanda Monge

Joe Biden ha roto su silencio este viernes para negar tajantemente que abusara sexualmente de una antigua empleada del Senado en 1993. “No, nunca sucedió”, declaró. Las presiones dentro y fuera del partido acabaron forzando al virtual candidato a la Casa Blanca a dar un paso al frente para refutar la acusación de Tara Reade y solicitó que los Archivos Nacionales sacasen a la luz la queja que, según la mujer, hizo en su momento contra el entonces senador de Delaware.

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El exvicepresidente de Barack Obama se manifestó a través de un comunicado y una entrevista en televisión. Biden escogió el programa político de la mañana de MSNBC Morning Joe para impugnar la denuncia de Reade. Pero no fue Joe Scarborough, el conductor principal, quien entrevistó a este respecto al exvicepresidente. Lo hizo Mika Brzezinski, copresentadora, quién manejó la difícil conversación con el antiguo senador. “Luego se sumará Joe” para tratar la actualidad de la pandemia, le dijo Brzezinski, pero “ahora somos usted y yo y quiero ir directa a las acusaciones hechas contra usted por Tara Reade”.

Brzezinski pidió entonces disculpas a los espectadores por el lenguaje tan explícito que iba a utilizar, pero afirmó que lo consideraba necesario para que no quedara lugar a dudas de lo que se estaba hablando. La presentadora leyó a continuación la acusación que Reade mantiene contra Biden: “[Ella] dice que en 1993 el exvicepresidente la acorraló contra la pared, le metió la mano por debajo de su ropa y le penetró con sus dedos”. Tras una estudiada pausa, Brzezinski preguntó: “Por favor, ¿puede decir al pueblo americano si abusó sexualmente de Tara Reade?".

“No, no es cierto, es absolutamente falso, nunca sucedió, nunca”, declaró Biden. El exvicepresidente dijo que reconocía su responsabilidad de ser “una voz, un defensor y un líder del cambio de una cultura que ha comenzado, pero que está lejos de haber concluido”, por lo que había decidido abordar las acusaciones de la antigua empleada. Lo cierto es que distintas organizaciones defensoras de los derechos de las mujeres llevaban tiempo reclamando que el político se enfrentara a tan delicado asunto. Algunos republicanos han aprovechado la omisión de Biden para describir a los demócratas como hipócritas que mantienen un doble rasero, recordando el escrutinio político y mediático al que se sometió al hoy juez del Tribunal Supremo Brett Kavanaugh durante su proceso de confirmación por acusaciones de abuso sexual.

Biden aprovechó su comparecencia ante las cámaras de MSNBC —desde el sótano de su casa, donde está recluido debido a la crisis del coronavirus— para decir que mientras era cierto que todas las mujeres que hacen este tipo de acusaciones “merecen ser tratadas con dignidad y respeto y deben ser escuchadas” no era menos verdad que también deben de ser objeto de “investigación y escrutinio”.

Tara Reade fue empleada en la oficina del Senado de Biden entre diciembre de 1992 y agosto de 1993. El año pasado sumó su voz a la de otras mujeres que acusaban a Biden de tocamientos, besos o abrazos que consideraban inapropiados. Pero este pasado mes de marzo, Reade fue más allá en diversas entrevistas con distintos medios estadounidenses y acusó al candidato demócrata de abuso sexual. Biden, 77 años, que aún debe ser declarado candidato oficialmente por el Partido Demócrata, aseguró este viernes que los medios de comunicación deberían “examinar y evaluar el historial completo” de inconsistencias en la historia de Reade, que esta ha cambiado “de manera repetida”.

Biden señaló que no sabía por qué ahora Reade le acusaba de algo semejante. “No voy a cuestionar sus motivos”, dijo. “No sé por qué dice lo que dice. No sé por qué después de 27 años, de repente, surge esto. No lo entiendo”, prosiguió el político. “Ella tiene todo el derecho a decir lo que quiera, pero yo tengo todo el derecho a decir que se miren los hechos”.

Reade ha declarado que en su momento —1993— habló con algunos compañeros de que el comportamiento de Biden le hacía sentir incómoda, pero no mencionó el supuesto abuso sexual. La mujer, que hoy vive en California, también ha afirmado que presentó una queja en la oficina de personal del Capitolio, pero que no guarda una copia de ella. Este fue el punto que este viernes Biden tomó para su defensa al solicitar a la secretaría del Senado que pida a los Archivos Nacionales que publiquen cualquier registro de personal de la institución que recoja alguna queja que hubiera formulado uno de sus empleados en aquella época.

Reade, a su vez, ha solicitado que Biden acceda a que se hagan públicos los registros del Senado que se guardan en la Universidad de Delaware sobre el político. A este respecto, Mika Brzezinski protagonizó en directo un vaivén de preguntas de por qué Biden no accedía a ello. El exvicepresidente acabó zanjando el interrogatorio diciendo que allí “no estaban”, que no había “papeles de carácter personal”. Esta documentación está sellada y no será accesible al público hasta dos años después de que Biden abandone todo cargo político.

Biden es consciente de que el equipo de Donald Trump hará de este caso un asunto de campaña, a pesar de que el propio presidente ha enfrentado numerosas acusaciones de acoso y abuso sexual y fue grabado en cámara alardeando de que las mujeres, “cuando eres una estrella, te dejan hacerles cualquier cosa. Agarrarlas por el coño”. “Como candidato presidencial, debo rendir cuentas al pueblo estadounidense. Ya hemos vivido demasiado tiempo con un presidente que se cree que no es responsable ante nadie, que no asume responsabilidades por nada”. “Yo no soy así", finalizó Biden.



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Sobre la firma

Yolanda Monge
Desde 1998, ha contado para EL PAÍS, desde la redacción de Internacional en Madrid o sobre el terreno como enviada especial, algunos de los acontecimientos que fueron primera plana en el mundo, ya fuera la guerra de los Balcanes o la invasión norteamericana de Irak, entre otros. En la actualidad, es corresponsal en Washington.

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