El Gobierno chino reitera su apoyo a la líder de Hong Kong, pese a las protestas

El Gobierno chino ha reiterado su apoyo, al menos ante el público, a la impopular líder de Hong Kong, Carrie Lam, aunque le ha dejado claro que debe hacer más para poner fin a las protestas que sacuden la antigua colonia británica desde hace seis meses. En su tercera visita a Pekín desde octubre, la jefa del Eecutivo local escuchó cómo el presidente chino, Xi Jinping, alababa su “dedicación”. Pero también cómo Xi subrayaba la “inquebrantable determinación” de Pekín a impedir cualquier desafío a su soberanía en el enclave.

El Gobierno autónomo hongkonés había descrito la visita de su líder a la capital china como “rutinaria”, la que hace todos los años por estas fechas para presentar su informe sobre la situación en el territorio. Pero este año, después de que las protestas hayan dejado más de 6.000 detenidos y precipitado el peor desafío a la autoridad de Pekín en suelo chino en 30 años, la visita era todo menos un simple trámite. El día anterior se había roto la calma relativa de las últimas tres semanas —desde el triunfo de la oposición demócrata en las elecciones municipales— y se habían repetido las escenas de destrozos y de enfrentamientos entre manifestantes y policía.

Pese a todo, el Gobierno central siempre ha abrazado la creencia de que los trapos sucios se lavan en casa. Y si está descontento con la gestión de Lam, como se rumorea desde hace tiempo, no lo dejó entrever. En su reunión con la jefa del Gobierno autónomo, la segunda en dos meses, Xi alabó que “frente a las dificultades y la presión, Lam …ha gobernado de acuerdo con la ley y ha actuado con dedicación. Ha hecho mucho trabajo en situaciones difíciles”. “El Gobierno central reconoce totalmente su valentía y compromiso en estos tiempos insólitos”, ha agregado.

Sin aludir a las municipales del mes pasado, en las que la oposición logró un triunfo aplastante en unos comicios tomados como un referéndum sobre la gestión de Lam y el apoyo popular a las protestas, Xi dejó claro que aquellos resultados no van a hacer que cambie la política de Pekín hacia el enclave. Tras subrayar su apoyo al trabajo de la policía, instó a que “los diferentes sectores de la sociedad puedan unirse, colaborar para sacar adelante el desarrollo de Hong Kong y encarrilarlo de nuevo”.

Si estas palabras parecían conciliadoras, el presidente chino reiteraba también el mismo mensaje que envió el mes pasado desde la cumbre de los BRICS en Brasil: que China defenderá su soberanía nacional en Hong Kong y se opondrá tajantemente a cualquier injerencia extranjera en los asuntos internos de la antigua colonia. Desde el comienzo de las protestas, Pekín ha asegurado que se encuentran alentadas por fuerzas externas.

El mensaje más concreto le correspondió al primer ministro, Li Keqiang, que se había reunido con Lam horas antes en el Gran Palacio del Pueblo, el cavernoso edificio en plena plaza de Tiananmen que se reserva para los honores institucionales. En la Sala de Hong Kong -cada provincia y territorio chino tiene dedicada una-, y con una enorme fotografía de la bahía hongkonesa de noche como marco, Li insistió a la jefa de Gobierno en que Pekín quiere ver resultados, y pronto. El enclave, subrayó, “aún no ha salido de las dificultades. El Gobierno local debe seguir haciendo esfuerzos para detener la violencia y poner fin al caos de acuerdo con la ley, y restablecer el orden”.

“Una obvia recesión ha surgido en la economía de Hong Kong, y muchos sectores han sufrido un duro golpe. Podemos decir que la ciudad encara situaciones sin precedentes, serias y complicadas”, agregó el primer ministro.

La economía de Hong Kong se contrajo un 2,9 % en el tercer trimestre y entró en recesión por primera vez en una década, debido al impacto negativo de las protestas en el número de visitantes, las ventas al por menor y las exportaciones e importaciones.

Lam, que regresaba este mismo lunes a Hong Kong, quiso lanzar un mensaje de optimismo. En una rueda de prensa tras sus reuniones, aseguraba que China respaldará económicamente a Hong Kong y sostenía que la violencia de las protestas está descendiendo. "La violencia ha remitido en las últimas dos o tres semanas”, apuntó, “con la excepción de la noche del domingo”.