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Todos contra Orbán: la batalla por Budapest

Por primera vez la oposición húngara se une en las grandes ciudades para hacer frente al partido del primer ministro ultraderechista. Los sondeos muestran un resultado reñido en la capital en las municipales de este domingo

Silvia Blanco
Cartel propagandístico del candidato de la oposición Gergely Karacsony a la alcaldía de Budapest, el 9 de octubre.
Cartel propagandístico del candidato de la oposición Gergely Karacsony a la alcaldía de Budapest, el 9 de octubre.ATTILA KISBENEDEK (AFP)

En los últimos nueve años, el ultraderechista Viktor Orbán y su partido, Fidesz, han ido ganando todas las elecciones —europeas, locales, legislativas— en Hungría. Siete, una tras otra. Lo han hecho por amplias mayorías y frente a una oposición fragmentada y débil. Pero esa monotonía de victorias puede verse alterada en las municipales que se celebran este domingo. Por primera vez, todos los partidos opositores se han aliado contra Orbán en candidaturas conjuntas en las grandes ciudades. El objetivo es resquebrajar el dominio político del primer ministro en un momento en el que, también de forma inusual, los sondeos muestran que habrá algo parecido a una batalla por la alcaldía de Budapest.

El candidato de la heterogénea coalición en la capital es Gergely Karácsony, un sociólogo de izquierdas y ecologista de 44 años. Los grupos opositores lo eligieron a través de unas primarias —algo también novedoso en Hungría— para plantar cara al hombre de Fidesz y alcalde de la última década, István Tarlós, de 71 años. No será sencillo: la mayoría de los sondeos sitúan en cabeza a Tarlós, y en los más favorables a la oposición, los dos candidatos están casi empatados.

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Budapest es la ciudad más poblada de Hungría, donde viven 1,7 de los casi diez millones de húngaros. Es el corazón económico y político del país, y también es el escenario de las insólitas manifestaciones que en enero sacaron a la calle a miles de personas. Protestaban contra una reforma laboral, pero también por la deriva autoritaria de Orbán y el recorte de libertades que ha ido ejecutando desde que llegó al poder en 2010. Para la oposición, arrebatarle al partido de Orbán la alcaldía de la capital tendría además un efecto simbólico, aunque el poder de Fidesz es muy sólido: tiene un apoyo amplio en el campo, acaba de arrasar en las europeas y el año pasado logró el control de dos tercios del Parlamento.

El punto de vista de la oposición es que, si vencen en Budapest, la capital se convertiría en “un primer bastión [frente a Orbán], en el primer paso hacia las legislativas de 2022”, explica Róbert László, analista del think tank húngaro Political Capital. Si ocurriera, “el mensaje político es: se puede derrotar a Orbán”, afirma. Esta idea ha prevalecido en campaña sobre las propuestas concretas de Karácsony, el aspirante opositor a la alcaldía, basadas en fomentar el transporte público, crear más espacios verdes y luchar contra la burbuja de la vivienda.

En ese plano simbólico, el candidato se propone “transformar Budapest en una ciudad libre, que no sirva a los intereses de Fidesz”, explica András Bíró-Nagy, director del instituto Policy Solutions de Budapest. "Karacsony habla de que Budapest sea una capital moderna, cosmopolita, más liberal, verde. Para él, vencer aquí sería un punto de inflexión para ganar a Orbán a largo plazo, y cree que ese cambio va a empezar en Budapest”, indica Bíró-Nagy. De hecho, en una entrevista con el diario británico Financial Times, Karacsony compara la oportunidad que tiene el domingo con la histórica victoria que logró en junio la oposición turca en Estambul, donde venció al partido del autoritario presidente, Recep Tayyip Erdogan.

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En los últimos nueve años, Orbán ha acaparado un inmenso poder a costa de minar la independencia de los jueces, de la prensa y de instituciones económicas y académicas. Sus pilares retóricos son el ultranacionalismo —Hungría primero—, la insistencia en la identidad cristiana de su país y de Europa y, desde 2015, el rechazo frontal a los refugiados y a la inmigración, en su versión más extrema.

Fidesz ha hecho girar su campaña municipal en torno a este último tema, una receta que no le ha fallado desde 2015. “A pesar de que no hay inmigración en Hungría, la propaganda de Orbán la ha convertido en una prioridad para sus votantes”, afirma Bíró-Nagy. La idea que han diseminado ahora es que “en las ciudades donde gane la oposición, llegarán miles de inmigrantes”, cuenta, señalando “el imperio de medios de comunicación y de millones” necesarios para mantener interés en el tema. El otro eje propagandístico de Fidesz ha consistido en destacar la importancia de que “el alcalde pueda cooperar con el Gobierno”, dice el analista. O sea, que sea del mismo partido: “Prácticamente dicen que las ciudades en manos de la oposición recibirán menos fondos”.

En opinión de Bíró-Nagy, la batalla por la alcaldía de Budapest será “una de las más duras para la oposición”, y explica que si los partidos aliados lograran ganar en varias de otras ciudades, aunque no fueran la capital, también sería un avance importante para ellos a largo plazo.

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Sobre la firma

Silvia Blanco
Es la jefa de sección de Sociedad. Antes ha sido reportera en El País Semanal y en Internacional, donde ha escrito sobre migraciones, Europa del Este y América Latina.

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