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Columna
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Una guerrilla digital de Brasil utiliza el aborto para conseguir seguidores

En la disputa de la derecha con la derecha por las almas, los clics y los votos, el Movimiento Brasil Libre intenta cambiar su imagen sin descontentar a los fundamentalistas

Eliane Brum
Charles Sholl (Folhapress)

En Brasil solo se puede abortar legalmente en tres situaciones: en caso de violación, de riesgo para la madre y de anencefalia. Al proponer un proyecto de ley en la Cámara de los Concejales de São Paulo para dificultar la interrupción del embarazo en estos casos, uno de los más conocidos miembros del Movimiento Brasil Libre (MBL), el concejal Fernando Holiday, del partido Demócratas (DEM), sabe que el proyecto puede ser suspendido por la Justicia porque excede las competencias del municipio. La constitucionalidad también, aunque no importa. No importa si el proyecto sigue adelante o no, lo que importa es que los electores lo relacionen con “defender la vida”, aunque eso comprobadamente signifique la muerte de las mujeres. Lo que importa es mantener a los seguidores que empiezan a alejarse y conquistar a seguidores nuevos, especialmente entre los evangélicos neopentecostales. Aunque para ello tenga que defender la tortura de las mujeres. El cinismo se está volviendo cada vez más —literalmente— criminal en Brasil.

La estrategia de Holiday y del MBL no es nueva. Pero suele funcionar. En las elecciones de 2010, el entonces candidato a la presidencia José Serra, del Partido de la Social Democracia Brasileña (PSDB), utilizó el aborto como moneda electoral. Para mantenerse en la lid, Dilma Rousseff, del Partido de los Trabajadores (PT), se alejó vergonzosamente de su posición. Orientada por Lula y con el objetivo de conquistar la presidencia, aceptó la “ayuda” de Eduardo Cunha —el entonces presidente de la Cámara de los Diputados— con los evangélicos, el contingente que más crece en Brasil. Después, en 2016, Cunha lideraría el impeachment de Rousseff.

Desde entonces, las mujeres han visto como se subastan sus derechos en el Congreso. En este momento, en que Jair Bolsonaro debe gran parte de su victoria electoral a líderes evangélicos de la calaña de Silas Malafaia y tiene al diputado federal y pastor Marco Feliciano como principal interlocutor con la bancada religiosa en el Congreso, hacer chantaje con la vida de las mujeres se ha convertido en un deporte todavía más popular.

El MBL utiliza esa táctica desde 2017, cuando se dio cuenta del potencial que tenía echar mano de temas denominados “morales” para mantener el odio activo y a los seguidores movilizados. La estrategia funcionó (muy) bien cuando una masa de brasileños se dejó convencer de que el gran problema de Brasil eran los pedófilos en los museos. Durante semanas, la falsa controversia ocupó las redes sociales. Se organizaron protestas ante los centros culturales contra artistas y comisarios de exposiciones. El ataque también era contra la cultura y la financiación de la cultura, siempre despreciadas en Brasil, pero aun así blancos de odio.

Utilizaron la estrategia por primera vez en septiembre de 2017, en la exposición Queermuseo. Los ataques conllevaron la cancelación de la muestra por parte del Santander Cultural, en Porto Alegre. A partir de entonces, la estrategia se replicó durante semanas, en diferentes episodios por todo el país, provocando ataques contra artistas y poniendo en riesgo sus vidas. Algunos todavía siguen juntando los añicos de sus reputaciones destrozadas por el odio que incitaron milicias como el MBL.

Michel Temer se ha convertido en sinónimo de corrupción en el diccionario, pero los manifestantes anticorrupción no salieron a la calle para pedir su destitución

¿Por qué en aquel momento? Porque Michel Temer se estaba convirtiendo en sinónimo de político corrupto en el diccionario. Primero fue la maleta de dinero. Después, sus compinches crearon la figura del “apartamento de dinero”. El MBL lideró las protestas a favor del impeachment de Dilma Rousseff ondeando la bandera anticorrupción. Pero fue mucho más comprensivo con la corrupción exponencialmente más explícita de Temer y tardó en pedir su renuncia en las redes sociales. No hubo grandes manifestaciones que exigían el impeachment de Temer.

Cuando su gobierno completó un año, en agosto de 2017, Kim Kataguiri, uno de los principales líderes del MBL, concedió una entrevista a la revista Exame. El periodista le preguntó: “Por qué no salieron a la calle cuando se votó en la Cámara de Diputados si se daba curso a la denuncia presentada contra Temer?”. Y Kataguiri respondió: “En primer lugar, porque, a diferencia de lo que le sucedería a Dilma [Rousseff], Temer será juzgado por los delitos de que se le acusa. La votación en la Cámara solo significa una suspensión. Cuando termine su mandato como presidente de la República, Temer será juzgado como ciudadano común. Además, no tenemos alternativa. ¿De qué sirve sacar a Temer y poner a Rodrigo Maia, que también está siendo investigado y, encima, fue elegido presidente de la Cámara con el apoyo del PT y del Partido Comunista?”.

Hoy, Kim Kataguiri es diputado federal por el partido Demócratas, el mismo de Rodrigo Maia, que vuelve a ser presidente de la Cámara. Sin embargo, en aquel momento, incluso los seguidores más obtusos eran capaces de ver que algo no encajaba. Ningún hecho relacionado con Rousseff, la presidenta destituida, ni siquiera se acercaba a lo que ya era evidente en la conducta de Temer desde el inicio de su gobierno. Tanto es así que, tras dejar la presidencia, él ha sido detenido dos veces y ella, ninguna. Sin embargo, los líderes del movimiento “anticorrupción” parecían mucho menos indignados.

De la noche a la mañana, en 2017, el gran problema del país lleno de problemas eran los “pedófilos en los museos

¿Cómo explicar lo inexplicable? ¿Cómo explicar no liderar movimientos callejeros contra la corrupción explícita del presidente que ayudaron a catapultar al poder? Creando un falso enemigo. Una táctica viejísima que la denominada “nueva” derecha utiliza abiertamente, apostando en la estupidez de parte de la población. Y así, en 2017, con el pueblo perdiendo derechos, el desempleo y la pobreza en aumento y la popularidad de Temer cayendo en picado, de la noche a la mañana el gran problema nacional fue la pedofilia en los museos. Parece una locura, pero sucedió. Funcionó. El MBL lo consiguió.

Una vez hecho el servicio, la campaña electoral de 2018 empezó mucho antes del inicio oficial, los odios fueron exacerbados por el bolsonarismo y por la disputa de si Lula podría o no ser candidato a la presidencia. Los pedófilos que nunca fueron pedófilos, sino víctimas de una campaña de odio, desaparecieron de las noticias de mentira de las redes sociales de las milicias.

Con el odio canalizado hacia los falsos monstruos en 2017, Brasil eligió a la criatura Bolsonaro en 2018

Con el odio calculadamente canalizado contra falsos monstruos en 2017, los hombres que predican y practican monstruosidades incrementaron sus posibilidades de salir elegidos en 2018. El resultado de la ampliación de la base electoral a partir de la creación de monstruos fue la llegada a la presidencia de una criatura humana muy real llamada Jair Bolsonaro. El “mito” —o “desto”, dependiendo del interlocutor— debe parte de su victoria electoral a las milicias, y especialmente al MBL, aunque la organización no apoyara explícitamente al candidato de extrema derecha en las elecciones de 2018.

Políticamente sagaces, los líderes del MBL tuvieron el cuidado de, a la vez, reforzar el sentimiento anti-PT sin comprometerse por completo con un candidato imprevisible como Bolsonaro. “Voto a Bolsonaro, pero es un voto útil. No es el escenario ideal, hay gente mejor preparada, pero, desgraciadamente, es lo que hay”, afirmó Kataguiri tras salir elegido diputado federal por São Paulo. “No podemos arriesgarnos a tener el programa de [Fernando] Haddad [el candidato a la presidencia por el PT], un escenario de totalitarismo aterrador”. 

En 2019, el MBL muestra señales de querer reposicionar su marca. Tras las grandes protestas a favor del impeachment de Dilma Rousseff, algunos de sus principales líderes, como Kim Kataguiri y Fernando Holiday, se presentaron a elecciones y salieron elegidos en representación de un partido de la política tradicionalísima, el Demócratas. Aliarse explícitamente a Bolsonaro no les interesa. Primero, porque es un gobierno con un futuro imprevisible, y que tiene como estrategia oponerse al Congreso, espacio donde Kataguiri quiere ser prominente. Segundo, porque serían engullidos por el bolsonarismo, lo cual debilitaría el grupo que se esforzaron en construir y que les garantiza tanto la supervivencia como un lugar en la disputa por el poder. El bolsonarismo ya tiene varios personajes que se disputan el protagonismo, además de la propia criatura que da nombre al fenómeno.

El DEM, partido de Kataguiri y otros miembros del MBL que se presentaron a cargos electivos, lidera la Cámara de los Diputados y el Senado, lo cual es mucho más prometedor. Kim Kataguiri volvió a concentrarse en las banderas de hecho liberales, con la intención de destacarse en la aprobación de la reforma del sistema de pensiones. Apuesta por la construcción del personaje conservador moderado. Parece estratégicamente importante oponerse también a la estética de los conservadores del linaje del autodenominado filósofo Olavo de Carvalho y su grupo: ruidosos, sin límites y muy parecidos a cómo era el MBL hasta hace muy poco, y explícitamente en contra del Congreso.

EL MBL ha comprendido que, con Bolsonaro en el poder, era necesario diferenciar las derechas para mantener el protagonismo

EL MBL ha comprendido que, con Bolsonaro en el poder, era necesario diferenciar las derechas para mantener el protagonismo. Para ello, también era necesario dejar de comportarse como una milicia. En la cuestión “milicia”, el bolsonarismo liderado por Carlos Bolsonaro en las redes sociales es imbatible. El MBL intenta parecerse menos a una milicia y más a un partido, pero sin convertirse formalmente en un partido, para poder seguir criticando a todos los partidos y tomar partido (y dejar de tomar partido) por lo que sea más conveniente en cada ocasión.

En 2019, el MBL parece otro, como han señalado algunos de sus seguidores en comentarios en internet, y también en las calles. Aparentemente, se han quedado atrás los tiempos de llamar a los artistas “pedófilos”, destruir la reputación (y la vida) de los opositores en las redes sociales con información inventada, llamar “izquierdópatas” a todos los que contrariaban su proyecto de poder, convertir a cualquiera que discrepara en un enemigo que había que destruir. Por lo menos temporalmente, ya que las milicias como el MBL actúan por conveniencia y son capaces de realinear sus tácticas rápidamente si el momento lo exige.

La palabra que utilizan para justificar el cambio es “maduración”. El concejal Fernando Holiday declaró en abril que empezó a ver a los profesores con mejores ojos. “He madurado”, dijo. Tras invadir escuelas públicas e incitar a alumnos a grabar clases de profesores que, según él, predicaban una ideología, declaró que estaba “arrepentido”. “La forma como defendía el proyecto [Escuela Sin Partido] estaba absolutamente equivocada, transformaba a los profesores en uno de los mayores problemas de nuestra educación”, afirmó al periódico Folha de S. Paulo. “Una parte de la derecha realmente ha iniciado la persecución [a los profesores]. La principal diferencia está entre quien ve a la mayoría de los profesores como adoctrinadores y quien ve a una minoría como adoctrinadores. La mayoría de los profesores imparte sus clases sin dar su opinión. Lo he visto a lo largo de mi vida escolar. Los que creen que la mayoría de los profesores son adoctrinadores los ven como un problema, hasta el punto de querer tener el derecho de filmar las clases. Es una gran equivocación”.

Cuando el MBL declaró que no apoyaría las manifestaciones a favor de Bolsonaro —y contra el Supremo Tribunal Federal y el Congreso—, que tuvieron lugar el 26 de mayo de 2019, Holiday tuiteó: “La derecha no es algo uniforme, y eso es bueno. Hay varias vertientes, y utilizar guerrillas digitales contra quien piensa diferente no ayuda a convencer al otro. No vamos a las manifestaciones porque consideramos que son un error estratégico. Pero eso no significa que nos quedaremos de brazos cruzados”. Sí, así es. El MBL estaba acusando a las “guerrillas digitales” de actuar contra quienes piensan diferente.

Unos días antes de las manifestaciones del 26 de mayo, en una entrevista al periódico O Globo, a Kim Kataguiri le pareció inaudito que lo tildaran de “comunista”: “Me llaman comunista. (...) Todos los que están en contra son comunistas. Quien discrepa de Bolsonaro es comunista. Esta es la definición histórica de comunismo, discrepar de Bolsonaro. Es típico de Olavo [de Carvalho] demonizar a cualquier persona que discrepe de su discurso”. Kataguiri también se mostró desconcertado con la “demonización” de los políticos y de la política.

Sí, hemos vivido para verlo.

El giro del MBL ha sido rechazado por parte de sus seguidores, que empezaron a llamarlos “traidores” en las redes y la calle

Los que componen el tercio de la población que, según los sondeos, apoya incondicionalmente a Bolsonaro, a pesar de las tonterías que hace y dice como presidente, reaccionaron. Seguidores que hasta ayer les eran fieles, acusaron a los del MBL de “traidores” en las redes sociales y en las calles. Aun sin el apoyo del grupo, las manifestaciones a favor de Bolsonaro fueron mayores de lo que sus líderes calculaban que serían, lo cual mostró, por un lado, que podrían perder más seguidores de lo que pensaban y, por el otro, que no tienen controlada a la multitud.

En marzo de 2016, justo antes de una manifestación “anticorrupción”, Kim Kataguiri hizo una analogía entre las masas en las calles y la serie de televisión Power Rangers, en un artículo en el periódico Folha de S. Paulo: “Cuando tenía seis años, luchaba contra monstruos que eran derrotados y volvían gigantes. Lula, tras haber sido derrotado en el escándalo del Mensalão, volvió todavía mayor en el escándalo de Petrobras. Los Rangers se unían y fundían sus vehículos para componer un robot gigante. Necesitamos algunos centenares de miles de brasileños para montar el nuestro”. En 2019, el MBL está descubriendo, como el PT descubrió años antes, que el “robot gigante” está fuera de control. En algún momento, Bolsonaro también lo descubrirá.

En las manifestaciones convocadas por el MBL y otros movimientos, el pasado 30 de junio, para apoyar al ministro de Justicia Sergio Moro, la operación Lava Jato y la reforma del sistema de pensiones, una parte de sus seguidores compareció, pero algunos tildaron al MBL y a sus líderes de “traidores”. Hubo violencia física en Río de Janeiro y gritos de “Eh, MBL, que te den por culo”, en São Paulo. Esa parte de la derecha, entrenada por milicias como el MBL a odiar a cualquier opositor, exige que el MBL apoye al gobierno de Bolsonaro contra los “izquierdópatas” y los “comunistas”. La “Marcha para Jesús”, que tuvo lugar el 20 de junio, mostró de forma inequívoca cómo los evangélicos neopentacostales se van haciendo más y más importantes, ahora que ocupan por primera vez el centro del poder con Bolsonaro.

Reposicionar la marca MBL y mantener seguidores de derechas es espinoso cuando un tercio de la población considera que es centro todo lo que no es extremo

Reposicionar la marca MBL y mantener a sus seguidores es una tarea difícil en un momento en que casi un tercio de la población considera que es centro todo lo que no es extremo. La derecha moderada no tuvo ninguna posibilidad en las elecciones presidenciales de 2018. La vieron como “centro”. Esa parte de la población que se mantiene fiel a Bolsonaro no quiere “centro”, quiere extremo. Afirman que son la “derecha verdadera”. El MBL y otros, acusados de no ser “de verdad”, la llaman despectivamente “derecha true”.

¿Qué hacer para conquistar ese público, sin tener que alinearse a Bolsonaro? Como la reforma del sistema de pensiones está lejos de ser uno de los temas más populares del país, lo más obvio, y que ya ha funcionado antes, es apelar a los temas “morales”. Mantener el odio activo. Y, principalmente, desplazarlo lejos.

En este contexto se puede entender la segunda ofensiva del MBL en el llamado “campo de las costumbres”, (que más bien es un campo del odio), representada por el proyecto de Fernando Holiday. A pesar de ser un proyecto municipal, ha conseguido gran notoriedad en los noticiarios nacionales. El tema del aborto es uno de los que más moviliza las pasiones en el país y uno de los que más encuentra adhesión en los estratos que se definen por la religión, como los evangélicos. Kataguiri disputa por protagonismo en la defensa de la reforma del sistema de pensiones en el Congreso, Holiday actúa en los temas morales en la Cámara de los Concejales de la mayor ciudad del país. Todo es noticia y movilización.

Holiday parece creer que no basta que una mujer se haya quedado embarazada de un violador, tiene que sufrir un poco más

¿Qué defiende Fernando Holiday en su proyecto contra las mujeres? Crear dificultades para las que se quedan embarazadas de su violador o las que pueden morir si siguen con la gestación o las que están engendrando a un feto incompatible con la vida, en el caso de la anencefalia. Aparentemente, para el MBL, no basta el sufrimiento de engendrar el bebé de un violador, el sufrimiento de tener que decidir interrumpir el embarazo para no perder la propia vida, el sufrimiento de engendrar un hijo que morirá incluso antes de nacer o minutos u horas después de nacer. No. Las mujeres tienen que sufrir un poco más, impidiendo que ejerzan su ya tan restringido derecho asegurado por ley. Un estudio reciente mostró que se niega el aborto legal en casi el 60% de los hospitales públicos listados por el Gobierno para interrumpir el embarazo, lo cual les dificulta todavía más el acceso a las mujeres que ya están en una condición extremamente difícil.

El proyecto de ley 01-00352/2019 (puede leerlo aquí), de Fernando Holiday, determina que las mujeres solo pueden tener acceso a sus derechos después de que se emita una autorización judicial, que será sometida a la Fiscalía General del Municipio. Aun así, antes de poder interrumpir el embarazo (en caso de violación, riesgo de muerte de la madre y feto anencefálico), la mujer tiene que esperar 15 días y obligatoriamente someterse a los siguientes procedimientos: “I) asesoramiento psicológico para disuadirla de la idea de abortar; II) asesoramiento psicosocial que le explique la posibilidad de dar al niño en adopción, en lugar de abortar; III) prueba de imagen y sonido que demuestre que el feto tiene órganos vitales, funciones vitales y pulso; IV) demostración de las técnicas abortivas, con explicaciones sobre la destrucción, el troceado y la succión del feto, así como la reacción del feto a tales medidas”.

Sí, así es. El líder del MBL quiere que a la mujer violada que se quedó embarazada de su violador, a la mujer que puede perder la vida y a la mujer cuyo hijo no podrá vivir debido a una malformación incompatible con la vida se le obligue a oír el corazón del bebé, a ver su imagen y a asistir a demostraciones de “actos de destrucción, troceado y succión del feto, así como la reacción del feto a tales medidas”.

El proyecto reactiva la idea de que la mujer que desea abortar está “loca” y tiene que ser internada

Pero eso no es todo. El artículo sexto del proyecto dice lo siguiente: “En caso de que en la consulta médica se detecte un embarazo en que las condiciones sociales y psicológicas de la gestante indiquen una propensión al aborto ilegal, el Municipio accionará las medidas judiciales necesarias para impedirlo, incluso la hospitalización psiquiátrica”.

Sí, Holiday quiere contribuir al retorno de los manicomios y quiere encerrar ahí a las mujeres. Como la reacción negativa al proyecto ha sido grande, incluso porque es un proyecto que claramente va contra la ley y contra los tratados de los cuales Brasil forma parte, Holiday ha afirmado al reportero Felipe Betim, de EL PAÍS, que pretende rever algunos puntos del proyecto.

También ha repetido el discurso de la “maduración”, en el que pretende basar el reposicionamiento de la marca MBL: “Creo que nosotros [el MBL] ayudamos a simplificar el debate político de forma peligrosa, resumiéndolo todo a memes y aumentando la tensión política. En ese sentido, creo que el MBL tiene que hacer, y ya la está haciendo, una autocrítica para intentar calificar el debate como un todo, algo menos simplificado y no tan polarizado como hicimos en el pasado. En nuestros encuentros regionales hemos escuchado a nuestra militancia y hecho autocrítica ante ellos. Creo que forma parte del camino natural del crecimiento y de la maduración política por la que estamos pasando”. Cómo compatibilizar la “maduración” con el proyecto para dificultar el aborto legal presentado en mayo, eso no lo explicó.

Aunque Holiday altere el proyecto —incluso porque varios juristas han dicho que es inconstitucional—, el objetivo ya ha sido alcanzado. Las ideas que contiene ya se han lanzado, y los estratos a los que el proyecto y el MBL quieren agradar ya las han oído y se han manifestado sobre ellas. El MBL ya ha hecho, de nuevo, el servicio de criminalizar inocentes, en este caso mujeres en un momento de intenso sufrimiento, intentando ejercer un derecho legal que el Estado no consigue garantizar.

El propio Holiday admite que se ha inspirado en la legislación de estados norteamericanos conservadores, “especialmente el de Alabama”. Vale la pena ver qué ha sucedido en Alabama recientemente. En diciembre, Marshae Jones, de 27 años, estaba embarazada de cinco meses cuando le dispararon en el vientre durante una discusión. El tiro le dio al feto, que murió. La policía entendió que la mujer que apretó el gatillo cometió homicidio involuntario. Pero el gran jurado de la ciudad de Jefferson decidió que la mujer que disparó no era responsable. Al contrario: condenó a la madre del bebé por asesinato, argumentando que fue ella quien inició la discusión y, por lo tanto, es culpable de la muerte del feto.

Impedir el acceso al aborto legal es condenar a todavía más mujeres negras a muerte

Este tipo de raciocinio más que retorcido es el que se está construyendo. En mayo, Alabama aprobó una ley que restringe el derecho al aborto solo a los casos en que la vida de la madre está en riesgo. En el conservador estado sureño, las mujeres violadas o víctimas de incesto ya no pueden interrumpir la gestación. Los médicos que no cumplan la nueva ley se arriesgan a condenas de 99 años de prisión. Estas son las fuentes de las que bebe el líder del MBL en su período de “maduración”.

El nuevo ataque del MBL, que ahora le disputa a la ultraderecha bolsonarista las almas de derecha del país, es contra las mujeres. Sin embargo, hay que observar que las mujeres no son un genérico. Quienes necesitan los hospitales públicos para abortar en Brasil son las mujeres más pobres. Y las mujeres más pobres en Brasil son negras. Según el informe “Entre la muerte y la prisión: quiénes son las mujeres criminalizadas por practicar abortos en Río de Janeiro”, de la Defensoría Pública (organismo público que garantiza la asistencia jurídica gratuita) de Río, entre 2000 y 2012 el número de mujeres negras muertas por aborto pasó de 34 a 51 por cada 100.000 partos. En el mismo período, el número de mujeres blancas pasó de 29 a 15 muertes por cada 100.000 partos.

La falta de acceso al aborto legal también resulta del racismo estructural de Brasil. Proponer una ley para dificultar todavía más el acceso de las mujeres al aborto legal es proponer una ley para impedir principalmente el acceso de las mujeres negras al aborto legal. Y encima colaborar activamente para que más mujeres negras mueran al abortar. Y más niños negros se queden huérfanos porque perdieron sus madres por falta de acceso a la sanidad. Y, entonces, más familias negras serán socialmente vulnerables, como muestran los estudios en esa área. Y así continúa el genocidio. Vale recordar que Holiday también presentó a la Cámara de los Concejales un proyecto contra las cuotas raciales y para poner fin al Día de la Consciencia Negra.

En junio de 2018, grabó un vídeo, que está disponible en YouTube, para reafirmar a sus seguidores que “el MBL está oficialmente en contra del aborto”. Y donde reproduce imágenes de un vídeo anterior de Kim Kataguiri en el que el actual diputado muestra la imagen de un feto y dice que solo un “psicópata” lo denominaría “montón de células”. El MBL ya estaba preocupado con las acusaciones de sus seguidores de no ser la “derecha verdadera”.

Quien convierte en moneda ideológica el cuerpo de las mujeres, y en Brasil es principalmente el cuerpo de las mujeres negras, defiende la cultura de la muerte. Y no la de la vida. La guerra de la derecha contra la derecha por las almas y por los votos ya ha mostrado qué cuerpos serán sacrificados. De nuevo. 

Eliane Brum es escritora, reportera y documentalista. Autora de los libros de no ficción Coluna Prestes – o Avesso da Lenda, A Vida Que Ninguém vê, O Olho da Rua, A Menina Quebrada, Meus Desacontecimentos, y de la novela Uma Duas. Sitio web: desacontecimentos.com. E-mail: elianebrum.coluna@gmail.com. Twitter: @brumelianebrum.Facebook:@brumelianebrum

Traducción de Meritxell Almarza

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