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Periodistas y ciudadanos en defensa de Ivan Golunov

La cuestionada acusación por drogas contra un reputado reportero en Rusia moviliza a la sociedad civil

Ivan Golunov agradece el apoyo de los medios y los ciudadanos durante la vista judicial, el sábado en Moscú. En vídeo, sus declaraciones.Vídeo: T. MAKEYEVA (REUTERS) / REUTERS-QUALITY
María R. Sahuquillo

El arresto y la acusación por drogas contra un reputado periodista de investigación ruso, en un caso plagado de irregularidades, ha movilizado de manera multitudinaria a los medios independientes de todo el país. Ven en el caso contra Ivan Golunov, conocido por destapar varios escándalos de corrupción que implicaron a la élite de Moscú, no solo como un intento de frenar a un periodista incómodo; también como un amenaza a cualquiera que tire de la manta.

Golunov, de 36 años, trabaja en Meduza, un medio independiente online que también tiene una versión en inglés. Está acusado de tráfico de drogas a gran escala, y debe permanecer en arresto domiciliario durante dos meses. El asegura que alguien le “colocó” los narcóticos. También que trataron de forzarle para que firmara una confesión. Las autoridades, que tardaron 14 horas en informar de su arresto, aseguran que encontraron 3,56 gramos de mefedrona (una droga sintética) en su mochila y 5,42 gramos de cocaína su domicilio. Y llegaron a publicar en Internet las fotografías del material incautado, adjudicándoselo a Golunov. Después, las borraron. Sus compañeros y los responsables de otros medios donde ha trabajado aseguran que es inocente.

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“El caso de Golunov es un desafío para toda la comunidad periodística de Rusia. Es una agresión contra lo poco que queda de libertad de expresión y de prensa en el país”, se lamenta Ígor Yasin, del Sindicato Independiente de Periodistas De Rusia. “Los funcionarios corruptos y las grandes empresas intentan con burdos montajes como ese tapar la boca de todos aquellos quienes les critican y denuncian la pobreza, la corrupción y la represión”, remarca Yasin.

Al menos ocho periodistas y activistas han sido detenidos en los últimos años por los mismos cargos que Golunov. Como Oyub Titiev, director de la oficina en Chechenia de la organización de derechos humanos Memorial. Lo mismo que el opositor Serguéy Réznikov, la activista de Otra Rusia Taísiya Ósipova, el reportero Nikolai Yarst o el periodista checheno Zalaudí Geríev, que ha pasado tres años en prisión.

El informador de Meduza se enfrenta a una pena de hasta 20 años de cárcel. Desde que se conoció su arresto, el viernes, miles de personas han salido a la calle en toda Rusia para exigir su liberación. Colegas periodistas pero también ciudadanos han participado en lo que se conoce como piquetes solitarios, una forma creativa de sortear la prohibición de manifestarse sin autorización. Y se han ido turnando para, de uno en uno, sujetar pancartas en solidaridad con Golunov, por la libertad de prensa y contra el autoritarismo. “Soy el periodista Ivan Golunov. Arréstame también a mí”, decía una. “Ivan Golunov, libre. Fuera fascistas. No pasarán”, leía otra.

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Este lunes, tres diarios rusos de importante tirada, Vedomosti, Kommersant y RBC, saldrán con la misma primera página. En ella, en grande, se lee: "Soy / Somos Ivan Golunov". Y una declaración conjunta en defensa del periodista procesado y por la libertad de prensa.  Una iniciativa histórica.

A la movilización inédita se han sumado todo tipo de celebridades. Desde raperos como Oxxxymiron y raperos como Boris Grebenshikov hasta la ex candidata presidencial Ksenia Sobchak. O directores de cine, entre otros Andrey Zvyagintsev, y escritoras como Ludmila Ulitskaya.

Mientras tanto, en los medios de la órbita del Kremlin se informaba de la detención del periodista al que presentaban como un narcotraficante a gran escala. Una cadena de televisión estatal aseguraba que estaba borracho y drogado durante el arresto. Y a la vez mostraba un parte médico que señalaba lo contrario.

Su caso se produce al tiempo que las autoridades rusas tratan de reforzar el control de la Red. En los últimos meses, el Gobierno ha aprobado una ley que condena la publicación de “ofensas” a las autoridades y otra que persigue lo que considere noticias falsas. Además, Rusia trabaja en un modelo de telón de acero digital que blinde el país y filtre el contenido en Internet. La semana pasada, las autoridades ordenaron a la aplicación de citas Tinder que compartiera los datos de sus usuarios. Lo mismo que el gigante Yandex, un buscador y agregador de noticias (el Google ruso) muy popular.

Rusia ocupa el puesto 149º de 180 en el Índice Mundial de la Libertad de Prensa de Reporteros sin Fronteras; detrás de Venezuela y Honduras. El Sindicato Independiente de Periodistas asegura además que en los últimos tiempos ha aumentado la persecución contra los informadores en el país euroasiático. Sobre todo fuera de las grandes capitales. En el último año se han iniciado tres casos de “justificación de terrorismo” contra periodistas, y otros tantos por “extorsión” y “calumnias”, afirman.

Los medios independientes denuncian las trabas para informar y la intimidación diaria a la que se enfrentan. Según el Comité para la Protección de los Periodistas (CPJ), con sede en EE UU, 50 periodistas han muerto en extrañas circunstancias en Rusia desde 1992; 38 de ellos en casos claros de asesinato. Como Anna Politkóvskaya, en 2006, o Anastasia Babúrova, en 2009.

Investigaciones sobre corrupción

Ivan Golunov ha escrito sobre las mafias en las funerarias de Moscú y sus vínculos con altos cargos del Ayuntamiento y organizaciones neonazis. También sobre los conflictos de intereses del teniente de alcalde de la capital y las inversiones de sus familiares en inmuebles de lujo. Ahora preparaba un artículo que aún no se ha completado y que podría ampliar al servicio de seguridad federal ruso. Con prohibición de comunicarse durante dos meses de arresto domiciliario, Meduza está creando un consorcio de periodistas independientes rusos para completar esa investigación. Además, ha liberado los derechos de autor de todos los artículos de Golunov y ha animado a que se publiquen en cualquier formato.

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Sobre la firma

María R. Sahuquillo
Es jefa de la delegación de Bruselas. Antes, en Moscú, desde donde se ocupó de Rusia, Ucrania, Bielorrusia y el resto del espacio post-soviético. Sigue pendiente de la guerra en Ucrania, que ha cubierto desde el inicio. Ha desarrollado casi toda su carrera en EL PAÍS. Además de temas internacionales está especializada en igualdad y sanidad.

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