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Los demócratas en campaña electoral se lanzan a por el ‘impeachment’

La declaración del fiscal Mueller supone un salvoconducto para varios candidatos que buscan la destitución del presidente Trump

El Capitolio de la nación en Washington. En vídeo, las declaraciones del fiscal especial Mueller el miércoles.Vídeo: J. SCOTT APPLEWHITE (AP) / REUTERS-QUALITY
Yolanda Monge

La presión por impulsar un proceso de impeachment o destitución contra Donald Trump ha crecido en las filas demócratas después de que el fiscal especial de la trama rusa, Robert S. Mueller, dejase claro que no exonera al presidente pero que solo el Congreso puede imputarlo mientras está en el cargo. Mientras algunos pesos pesados del partido recomiendan cautela y temen un efecto boomerang ante semejante proceso, otros reclaman lanzar la ofensiva parlamentaria. El dilema divide a los precandidatos para 2020. Mientras, Trump reivindica su inocencia y ataca la postura de Mueller.

La despedida de Mueller tras dos años al frente del caso ha revuelto las aguas en las filas demócratas y molestado sobremanera al presidente. Este jueves por la mañana, a Donald Trump le jugó una mala pasada ser Donald Trump. Se despertó y utilizó Twitter para deshagorase. "Rusia, Rusia, Rusia. Esto es todo lo que se ha oído desde el principio de lo que ha sido este fraude y caza de brujas... Y ahora Rusia desaparece porque yo no tuve nada que ver con que Rusia me ayudase a salir elegido", escribió el mandatario, puede que sin ser muy consciente de que lo que no habían conseguido 22 meses de investigación lo acababa de entregar él con cuatro palabras en un mensaje chulesco en Twitter. "Que Rusia me ayudase a salir elegido".

Consciente de su error, aunque quizá no de la magnitud, Trump daba marcha atrás menos de una hora después ante la prensa en los jardines de la Casa Blanca y se desdecía. "No, Rusia no hizo que me eligieran", aseguró planteando a a vez una pregunta a los corresponsales políticos. "¿Sabéis quién hizo que me elgieran? Yo mismo", zanjó antes de partir de viaje a Colorado.

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El clima político se calienta en Washington tan rápido como el axfisiante verano que se ha adelantado a tomar la ciudad. El pasado miércoles, Robert Mueller asumía frente a las cámaras que él no había podido encausar al presidente de Estados Unidos pero insinuaba que existía una manera de hacerlo y pasaba por el Congreso con el famoso impeachment. En un candente y vertiginoso ciclo de noticias, la comparecencia de Mueller para dar carpetazo a la investigación sobre la famosa trama rusa abrió a su vez para el campo demócrata en campaña la puerta del impeachment.

El fiscal especial anunció que cerraba oficialmente su oficina y que regresaba a la vida privada pero lanzó la pelota del proceso judicial al tejado del Congreso ya que, en su opinión, ahí es donde se podía llevar a cabo la destitución de Donald Trump ya que el no había tenido la capacidad debido a limitaciones jurídicas.

Cierto que había que leer entre líneas sobre su primera y última comparecencia ante la prensa tras la publicación del informe que lleva su nombre. Pero la cascada de lecturas fue rotunda. Al menos por parte de quien vive cada minuto de cada día de su vida pensando en ser el candidato en noviembre de 2020. Cuatro candidatos a la nominación del Partido Demócrata para las presidenciales dejaron saber su opinión vía Twitter.

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Para Kamala Harris, lo que el fiscal especial hizo fue otorgar “un salvoconducto” para abrir la impugnación. “Es nuestra obligación constitucional”, aseguraba tajante la antigua fiscal sobre un eventual impeachment. El senador Cory Booker consideraba que Mueller podría haberlo dicho más alto pero no más claro y que el fiscal especial había llamado sin decirlo al impeachment. “El Congreso tiene la obligación legal y moral de empezar los trámites” para tal empresa, expresaba Booker. Al igual que Harris, la senadora Elizabeth Warren declaraba que las palabras de Mueller eran la llave con la que se podía abrir la puerta que hasta ahora había permanecido cerrada e iniciar así la destitución del actual mandatario de la Casa Blanca.

El antiguo alcalde de San Antonio (Texas) y actual contendiente para la nominación demócrata, Julián Castro, se unía a la corriente que considera que lo que Mueller ha hecho es empezar a pavimentar el camino para imputar al presidente e, inevitablemente, este pasa por el Capitolio. “El Congreso debería de abrir una investigación para la destitución”, escribía Castro en su cuenta de Twitter.

Más cautela mostró el exvicepresidente Joe Biden, que por primera vez comentaba sobre el asunto del impeachment a Trump pero sin mencionar tal palabra. El candidato demócrata mejor situado en las encuestas en relación con las primarias declaró a través de un comunicado que debía de manejarse “con precaución” cualquier acusación. Dicho esto, Biden también resaltó que quizá sea necesario hacerlo si “esta Administración sigue por este camino”.

Cuanto más dentro del poder y del establishment están los políticos, más cautelosos se muestran con una posible destitución presidencial ya que puede tener efectos no deseados en unas elecciones a la Casa Blanca para las que faltan casi un año y medio y que sin embargo se dirimen cada día, con cada declaración, con cada acto.

La presidenta de la Cámara de Representantes, Nancy Pelosi, sigue manteniendo una distancia prudente a la hora de pronunciar una palabra que parece llevar la etiqueta de tóxica para algunos políticos. Sin embargo, Pelosi sí se situó del lado de los que consideran que la bola está en la cancha del Congreso. La demócrata de más rango en el país aseguró que era tarea de esa institución “investigar y hacer responsable al presidente de su abuso de poder".

Desde el Comité Judicial de la Cámara de Representantes, su presidente se mojaba lo justo respecto a la destitución y declaraba que todas las opciones estaban sobre la mesa. “Nada debe descartarse”, decía Jerry Nadler. Lo que sí tenía claro el legislador demócrata era que Trump mentía cuando aseguraba que no hubo ni conspiración ni obstrucción y que había sido exonerado. Nadler, como todos los demás demócratas que ayer se expresaron -nada se sabía de Bernie Sanders- hicieron protagonista a la máxima institución política de la nación. “Si Mueller no pudo acusar al presidente, es responsabilidad del Congreso responder a los delitos y mentiras” del mandatario, finalizó.

 

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Sobre la firma

Yolanda Monge
Desde 1998, ha contado para EL PAÍS, desde la redacción de Internacional en Madrid o sobre el terreno como enviada especial, algunos de los acontecimientos que fueron primera plana en el mundo, ya fuera la guerra de los Balcanes o la invasión norteamericana de Irak, entre otros. En la actualidad, es corresponsal en Washington.

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