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YouTube deja en evidencia la vieja política en Alemania

Un vídeo publicado en la red por un ‘influencer’ crítico con la CDU logra 13 millones de visitas y expone la desconexión del partido con los nuevos medios

En vídeo, la presidenta de la CDU, Annegret Kramp-Karrenbauer, se dirige a la prensa el pasado lunes para evaluar el resultado de las elecciones europeas.Vídeo: Sean Gallup
Ana Carbajosa

La tormenta no se ha hecho esperar. El descalabro en las europeas de los grandes partidos alemanes de la coalición de Gobierno ha desatado intensas tempestades en los cuarteles generales de conservadores (CDU) y socialdemócratas (SPD). Las críticas arrecian contra las líderes de los partidos históricos que, según han evidenciado las elecciones, no han sido capaces de conectar con las nuevas generaciones.

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En las filas del centroderecha, ha sido una intervención de su presidenta, Annegret Kramp-Karrenbauer, cuestionando el papel de los youtubers que reventaron la recta final de su campaña la que ha abierto la caja de los truenos. La acusan de querer censurar la libertad de expresión en Internet y de vivir desconectada de una generación que le ha dado la espalda en las urnas.

Tanto Kramp-Karrenbauer como Andrea Nahles (SPD) han convocado a las cúpulas de sus partidos en los próximos días para hacer examen de conciencia ante unos resultados que debilitan al Ejecutivo de coalición alemán, mientras pelean por no acabar ahogadas por la tormenta. El bloque conservador (CDU/CSU) ganó las elecciones, pero sufrió una caída de 8,4 puntos porcentuales. Al Partido Socialdemócrata le fue bastante peor. Perdió 11,5 puntos porcentuales y fue desplazado por primera vez del segundo puesto por Los Verdes.

Ruido de sables en el SPD

Las heridas en el partido socialdemócrata (SPD) son profundas. Lo ha reconocido su líder, Andrea Nahles, que, como su homóloga conservadora, reunirá a la cúpula su partido a principios de la semana para hacer introspección. Nahles ha propuesto incluso someter a votación su liderazgo como jefa del grupo parlamentario –es también presidenta del SPD el próximo martes, con la intención de acallar la rumorología y supuestos conatos de golpe dentro de un partido, que no levanta cabeza.

“Propongo adelantar el voto en el grupo parlamentario sobre el liderazgo previsto para septiembre y celebrarlo la próxima semana. Y todo aquel que piense que debemos tomar otro camino, que se levante y diga ´Me presento”, dijo el lunes por la noche a la televisión pública alemana. Nahles habría querido con este movimiento tomar la iniciativa sin dar tiempo a posibles rivales internos a madurar su ofensiva, pero el órdago no está exento de riesgo para una líder que despierta limitadas simpatías. De momento, más allá de las intensas especulaciones en la prensa, ningún candidato se ha postulado abiertamente para reemplazarla en el grupo parlamentario.

Los malos resultados electorales han alimentado el malestar en un partido que entró dividido y a regañadientes a formar parte de una coalición de Gobierno con los conservadores. Tras conocerse los resultados de las elecciones el domingo, Nahles volvió a asegurar que la permanencia del SPD en la coalición de Gobierno con los conservadores no está en cuestión. El ala izquierda del partido, sin embargo, rechaza una alianza de Gobierno que considera que les convierte en indistinguibles a ojos de los votantes y que les hace perder apoyos.

Fuentes del partido explicaban recientemente que la vista está puesta en principio más bien en diciembre. Es entonces cuando se tiene que votar la presidencia del partido y cuando debe evaluarse la permanencia como socio del Ejecutivo, tal y como contempla el contrato de coalición firmado con la Unión Demócrata Cristiana.

A la caída de votos en el caso del SPD se le suma la pérdida de su bastión de Bremen. El domingo hubo también elecciones regionales en este pequeño Land, gobernado por los socialdemócratas desde hace 73 años y la CDU logró adelantar al SPD, algo que en la psicología política alemana equivale a un golpe demoledor.

Rezo, un célebre youtuber de flequillo azul y sudadera naranja, publicó un vídeo de 55 minutos tres días antes de las elecciones que ya ha registrado casi 13 millones de visitas. En él llamaba a “destrozar” la CDU porque, a su juicio, los conservadores son culpables de las desigualdades que padece el país, entre otros males. El vídeo cayó como una bomba en un partido al que, además, le pilló con el pie cambiado. No supieron responder a un ataque en un lenguaje que no dominan y con el que no contaban.

Primero trataron de grabar una respuesta protagonizada por Philipp Amthor, un diputado conservador de 26 años. Pero después decidieron no publicar lo grabado. A cambio escribieron una serie de tuits invitando a Rezo a dialogar y publicaron una carta de 11 folios llena de datos, pero la bola de nieve ya había echado a rodar. Al día siguiente, el viernes, llegó la segunda detonación. Más de 70 youtubers publicaron un vídeo de apoyo a Rezo, en el que pedían a los jóvenes votantes que no apoyaran a ninguno de los partidos de la gran coalición y tampoco a Alternativa por Alemania (AfD), la extrema derecha.

El domingo llegaron por fin las elecciones europeas y a las 18.00 la televisión pública emitió los primeros sondeos, que indicaban que las cosas no habían ido bien para los partidos de la Gran Coalición. El análisis de los datos evidenciaba, además, una clara brecha generacional. La CDU logró hasta el 40% de los votos de los mayores de 60 años, pero apenas el 14% de los menores de 30, según la cadena ZDF. En el caso del SPD, solo el 9% de los menores de 30 años les votaron, según la misma fuente.

El lunes, Kramp-Karrenbauer, que sucedió a Merkel al frente del partido en diciembre, compareció para hacer un análisis del peor resultado del partido en su historia. Fue entonces cuando AKK, como se la conoce en Alemania, pronunció las palabras que han hecho correr ríos de tinta y provocado airadas reacciones políticas. “¿Cómo reaccionaría el país si 70 periódicos se juntaran a dos días de las elecciones para pedir el voto contra la CDU y el SPD? Habría sido considerado un intento de influir en la opinión antes de las elecciones”, estimó la líder de la CDU, que se preguntó si las reglas que valen para el mundo analógico deben también aplicarse en la era digital. Sus palabras fueron enseguida interpretadas en la prensa, las redes y también por rivales políticos como un intento de limitar la libertad de expresión en Internet

Invitación por fax

AKK ha respondido en Twitter negando las acusaciones y tildando de “absurda” esa interpretación, e insistiendo después: “Todos en la CDU defenderemos siempre la libertad y diversidad de opiniones”. Pero lo cierto es que las críticas han calado en un país muy sensible a cualquier limitación de la libertad de expresión y donde la controvertida reforma europea de derechos de autor puso en pie a la comunidad digital y sacó a miles de personas a la calle, porque temían un recorte de libertades en la Red.

Polémicas más o menos pasajeras aparte, lo cierto es que estas elecciones europeas han demostrado la limitada capacidad de los partidos tradicionales para conectar con unos jóvenes que se sienten mucho más representados, por ejemplo, por el partido verde. Hasta un 31% de los menores de 30 años les ha votado, según los datos de la cadena ZDF. El medio ambiente ha encabezado la lista de preocupaciones de los jóvenes y ha llenado las calles de decenas de miles de pequeños manifestantes, sin que los grandes partidos acabasen de darse por aludidos.

Estando así las cosas, AKK ha convocado para la próxima semana un cónclave para analizar qué fue mal y cómo pueden mejorar. Está previsto que dé comienzo el domingo por la noche y termine el lunes al mediodía. Según ha publicado Die Welt, las invitaciones para el evento las han enviado por fax.

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Sobre la firma

Ana Carbajosa
Periodista especializada en información internacional, fue corresponsal en Berlín, Jerusalén y Bruselas. Es autora de varios libros, el último sobre el Reino Unido post Brexit, ‘Una isla a la deriva’ (2023). Ahora dirige la sección de desarrollo de EL PAÍS, Planeta Futuro.

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