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El Parlamento de Austria debatirá el lunes una moción de censura contra el canciller

Un partido ecologista confirma que planteará en la sesión retirar la confianza como jefe de Gobierno al conservador Sebastian Kurz

El presidente austriaco, Alexander Van der Bellen, junto al canciller, Sebastian Kurz, este martes en Viena.
El presidente austriaco, Alexander Van der Bellen, junto al canciller, Sebastian Kurz, este martes en Viena. Michael Gruber (AP)

La grave crisis política en Austria amenaza ahora con dejar sin su puesto al propio canciller, el conservador Sebastian Kurz. El jefe del Gobierno deberá hacer frente a una moción de confianza en el Parlamento el próximo lunes. El líder del partido ecologista Ahora (escisión de Los Verdes), Peter Pilz, ha confirmado este martes que va a presentar la moción. "Estoy bastante seguro de que prosperará y que conseguiremos que Kurz ya no sea canciller el martes", ha augurado Pilz.

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El éxito de la iniciativa dependerá del apoyo de otros partidos. La extrema derecha, cuyos ministros decidieron este lunes abandonar el Gobierno tras romperse la coalición por el escándalo de corrupción que les afecta, estudian apoyar la moción, mientras que los socialdemócratas invitan a la cautela y aún no se han pronunciado. Entre ambos, podrían tumbar al canciller y su Ejecutivo de transición, que se ha quedado sin mayoría. Sería la primera vez en la historia moderna de la república alpina que un jefe de Gobierno sale de esta forma del poder. El minoritario partido liberal Neos rechaza apoyar la censura por la situación de crisis que atraviesa el país, que celebrará elecciones anticipadas en septiembre.

Kurz (ÖVP) dio por finiquitada la coalición con la extrema derecha (FPÖ) y anunció el adelanto electoral el pasado sábado tras la dimisión del líder ultra y vicecanciller, Heinz-Christina Strache, por un vídeo con cámara oculta realizado en Ibiza en el verano de 2017, en el que se declara abierto a conseguir contratos públicos para una supuesta magnate rusa y comenta opciones de financiar ilegalmente a su partido.

El vendaval político desatado por el escándalo está lejos de amainar. Este lunes, el canciller decidió la dimisión del ministro ultra más destacado y duro, Herbert Kickl, envuelto en un sinfín de polémicas y al que la coalición ha salvado de varias mociones de confianza por su controvertida gestión durante el año y medio escaso de Gobierno conjunto. La salida de Kickl llevó inmediatamente a la renuncia del resto de ministros ultras en el Ejecutivo (Defensa, Transportes e Infraestructuras y Sanidad). La ministra de Exteriores, Karin Kneissl, independiente pero en la cuota de carteras de la extrema derecha, ha pedido permanecer en el Gobierno de transición. Su petición ha sido aceptada.

El canciller pretende nombrar expertos para cubrir las vacantes en el Ejecutivo y ha debatido el asunto este lunes con el presidente de la república alpina, Alexander Van der Bellen, que tiene que aceptar la propuesta. El líder conservador ha afirmado que presentará hoy mismo una lista de candidatos al presidente.

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La moción de confianza en el Parlamento decidirá si el plan de Kurz, que se convirtió a finales de 2017 en canciller con tan solo 31 años, puede seguir adelante y mantiene las riendas del Gobierno, en minoría, hasta las elecciones de septiembre. El presidente ha destacado tras la reunión con Kurz que espera que el Gobierno de transición "se mantenga hasta las elecciones". Van der Bellen ha añadido que todos los partidos han afirmado que quieren "asegurar la estabilidad" en los próximos meses, "lo que es un comienzo". En caso de caer Kurz y su Gobierno provisional, tendría que proponer a otra persona la formación de un Gabinete.

En un mensaje televisado, Van der Bellen se dirigió en la noche de este martes a la ciudadanía para tranquilizar los ánimos e instar a los partidos políticos a "pensar primero en el interés del país" y solo después "en el suyo a corto plazo". Recordó una vez más las escandalosas imágenes grabadas en una finca de Ibiza en 2017 y habló de "traspaso de límites, quiebre de confianza y abandono político". "Aún no podemos saber qué efectos tendrán estás imágenes para la sociedad", advirtió.

El presidente, además, aseguró que, las carteras vacantes las ocuparán expertos de "prestigio, integridad e independencia", y probablemente prestarán juramento de sus cargos este mismo miércoles.

Ninguna de las 185 mociones de censura presentadas en Austria desde 1945, cuando el país recuperó el sistema democrático, ha salido adelante, por lo que la posibilidad de infligir una derrota histórica a Kurz es también una tentación para algunos partidos. El propio canciller reconoció hoy, tras una reunión de varias horas con Van der Bellen, que no es seguro del todo que pueda acudir el martes próximo a la cumbre de líderes comunitarios en Bruselas. "No depende de nosotros", señaló Kurz al ser preguntado por la prensa en el antiguo Palacio Imperial de Viena.

Una paga de 1,5 euros la hora para solicitantes de asilo

El presidente de Austria, el progresista Alexander Van der Bellen, recalcó este martes en su discurso que las personas que asuman los ministerios de los que sale la ultraderecha serán "expertos intachables". Específico que "especialmente para el Ministerio del Interior hacen falta personas profesionales, por encima de los partidos, reconocidas e íntegras".

Hacía referencia así a la figura polémica de Herbert Kickl, artífice de la política de mano dura en materia de extranjería y derechos cívicos que ha estado aplicando el Ejecutivo liderado por Sebastian Kurz.

En una actuación de último momento, antes de ser destituido, el ministro del Interior firmó en la noche del lunes un decreto ministerial para limitar a 1,5 euros por hora la paga para solicitantes de asilo que realizan trabajos comunitarios voluntarios. No solo la oposición, sino también numerosas Administraciones regionales lideradas por los conservadores del ÖVP habían rechazado la iniciativa de Kickl como una "explotación" y "mensaje hostil" hacia los refugiados en el país.

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