Los líderes de Austria y Baviera rechazan la estrategia de Orbán
El político húngaro apoya una alianza del PPE con la ultraderecha europea
Las piezas del puzle popular europeo siguen bailando, en busca del encaje y la distancia adecuadas respecto de la pujante ultraderecha, con vistas a las elecciones europeas del 26 de mayo. El viernes, los líderes de Austria y de la vecina Baviera, ambos representantes del ala dura de los conservadores, descartaron un posible acercamiento a la ultraderecha como el que sugiere el primer ministro húngaro Viktor Orbán.
El día anterior, Orbán, cuyo partido Fidesz se encuentra suspendido temporalmente del Partido Popular Europeo por violar principios como el respeto a los derechos de las minorías- se paseó por la frontera húngara con Matteo Salvini, líder de la extremista Liga italiana y muñidor de una euro alianza ultra. Orbán propuso además estrechar la colaboración con Salvini, pese al riesgo de ahondar la fractura en la familia popular europea, lo que supondría una importante pérdida de eurodiputados para los conservadores.
El primer ministro austriaco, Sebastian Kurz, que gobierna con la extrema derecha en sus país, hizo sus propias contorsiones políticas con la mirada puesta en las elecciones europeas. “No creo en la cooperación con partidos como Afd [Alternativa por Alemania, la ultraderecha alemana] y Le Pen, que quieren abandonar la Unión Europea”, dijo Kurz, destacando la vertiente eurófoba de los nacional populistas. Para el canciller austriaco, eso equivaldría “al fin de la Unión Europea”.
Esta semana, Orbán no ocultó sus intenciones de aliarse con los ultras, según la entrevista que concedió al diario italiano La Stampa. “Tal como está ahora, el Partido Popular Europeo se está preparando para el suicidio. Quiere aliarse con la izquierda para que los dos puedan hundirse juntos”, dijo Orbán. “Busquemos otro camino; el camino de la cooperación con la derecha europea [en alusión a los ultras]. No sabemos qué tipo de formación va a ser capaz de crear Salivini, pero esperamos que sea una fuerte”, añadió.
Los bávaros, que han mantenido tradicionalmente una estrecha relación con Orbán también descartaron cualquier alianza con las fuerzas europopulistas como las que defiende el mandatario húngaro. “No habrá cooperación con los populistas de derechas, por supuesto”, dijo el jefe del Gobierno bávaro, Markus Söder, en conferencia de prensa en Viena. Söder recordó el férreo cordón sanitario que su partido, como el resto de las formaciones alemanas mantienen con Afd, un partido que a su juicio se plantea como fin último la salida de Alemania de la UE.
Söder pertenece a la Unión Social Cristiana (CSU), la pata bávara del bloque conservador de Ángela Merkel y el partido que ha mantenido una posición hegemónica en Baviera durante seis décadas. Su mayoría absoluta se quebró precisamente el pasado octubre, fruto de un acercamiento a la retórica de la extrema derecha xenófoba, que los votantes castigaron en las urnas.
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