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Cuba acusa a Trump de mentir sobre el supuesto apoyo militar a Venezuela

“No hay operaciones militares ni tropas cubanas en Venezuela", subraya el presidente Miguel Díaz-Canel en Twitter

Miguel Díaz-Canel y Raúl Castro, este miércoles en la manifestación por el Primero de Mayo en La Habana.
Miguel Díaz-Canel y Raúl Castro, este miércoles en la manifestación por el Primero de Mayo en La Habana.ADALBERTO ROQUE (AFP)

Cuba ha rechazado enérgicamente las amenazas de Donald Trump de un “embargo total” a la isla por su supuesto apoyo militar a Venezuela. “No hay operaciones militares, ni tropas cubanas en Venezuela. Llamamos a la comunidad internacional a detener esta peligrosa escalada agresiva y a preservar la paz. Basta ya de mentiras", ha escrito el presidente cubano Miguel Díaz-Canel en su cuenta de Twitter.

Por la misma vía, el canciller Bruno Rodríguez ha respondido al asesor de Seguridad Nacional estadounidense, John Bolton, que acusó a “los cubanos” de tener “un rol muy significativo en apuntalar a Maduro” durante los sucesos del martes, y también de participar en operaciones de inteligencia y asesoría para controlar al Ejército y blindar al Gobierno venezolano.

“Bolton es un mentiroso patológico que desinforma al presidente Trump. No hay tropas de Cuba en Venezuela, ni cubanos participan en operaciones militares ni de seguridad. Solo personal médico en misión humanitaria”.

“Rechazo enérgicamente la amenaza de bloqueo total de Trump”, dijo Rodríguez, que en numerosas ocasiones ha emplazado a la Administración norteamericana a presentar “una sola prueba” que corrobore sus denuncias. De nuevo, La Habana expresó este martes su apoyo total al presidente venezolano Nicolás Maduro, y consideró lo ocurrido un intento de golpe de Estado instigado por Bolton, el secretario de Estado, Mike Pompeo, y el senador de origen cubano Marco Rubio, quien, señaló el diario oficial Granma, “no se esconde para demostrar su papel principal”.

Los sucesos en Venezuela tienen lugar al mismo tiempo que EE UU endurece su presión sobre Cuba, restringe el envío de remesas y los viajes a la isla y comenzará a aplicar —a partir de este jueves el título III de la ley Helms-Burton, que permite interponer demandas contra empresas extranjeras que tengan negocios en la isla que impliquen bienes o activos nacionalizados después del triunfo de la revolución, legislación que ha provocado un amplio rechazo internacional. Para La Habana, todo es parte del mismo plan esbozado por Bolton cuando habló de una “troika de la tiranía” —Cuba, Venezuela y Nicaragua— a la que había que borrar del hemisferio. “El mundo no puede permitirse permanecer impasible mientras se convoca a destrozar países impunemente (…) debe actuarse antes de que sea demasiado tarde”, advirtió recientemente el canciller cubano, que ha cifrado la presencia de cubanos en Venezuela en 20.000 profesionales, en su mayoría médicos y enfermeras.

En los tiempos de mayor colaboración, cuando estaba vivo Hugo Chávez, Cuba llegó a tener 40.000 colaboradores en Venezuela —sobre todo personal de salud, maestros y entrenadores deportivos—. Entonces Caracas compraba anualmente servicios profesionales cubanos por más de 5.000 millones de dólares anuales, y la isla recibía aproximadamente 105.000 barriles diarios de petróleo a precios preferenciales, que cubrían el 60% de las necesidades de la isla. En ese momento Caracas llegó a concentrar el 44% del volumen total de comercio externo de la isla. Con la crisis y la inestabilidad en Venezuela el volumen de los intercambios se ha reducido a menos de la mitad, aunque Caracas sigue siendo el primer socio económico de Cuba, con un intercambio comercial superior a los 2.000 millones de dólares, cerca del 12% del PIB de la isla, pero lejos del 20% que llegó a representar años atrás.

En la ecuación de Washington, está por ver cuál es el verdadero objetivo: si asfixiar a Venezuela es el camino para cercar a Cuba, o viceversa. Cualquiera de los dos, dice La Habana, conseguirá el mismo resultado que 60 años de embargo: fracasar. En la multitudinaria marcha de este 1 de Mayo en La Habana, con Raúl Castro y Díaz-Canel en la tribuna, la consigna era muy clara: defensa de Venezuela sin fisuras y rechazo frontal a la ley Helms-Burton y a la agresividad de Trump, que no solo ha fulminado la normalización promovida por el expresidente Obama, sino que ha vuelto a los peores tiempos de la guerra fría.

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