Todos cantan victoria en el confuso recuento de las elecciones en Tailandia
Tanto el partido promilitar Palang Pacharat como el populista Pheu Thai aseguran que entablarán contactos para formar Gobierno
Un día después de las elecciones tailandesas, todo está tan claro como el barro. Al menos una cosa es segura: el país sigue profundamente dividido tras los primeros comicios después de cinco años de Gobierno militar, y el Ejército parece en cabeza para continuar al mando del país. La Comisión Electoral, que había prometido anunciar los resultados completos en la misma jornada del domingo, solo ha adjudicado 350 de los 500 escaños que estaban en juego; los otros 150, que se adjudican por cálculo proporcional, se anunciarán como pronto el viernes. Con los datos parciales divulgados hasta ahora, y entre decenas de denuncias de irregularidades, el Palang Pracharat heredero de la Junta Militar se impone en el voto popular; el Pheu Thai del ex primer ministro populista Thaksin Shinawatra, en diputados.
Ambas formaciones han asegurado que son las más legítimas para formar Gobierno y que iniciarán, cada una por su cuenta, los contactos con otros grupos para entablar coaliciones.
Según los datos provisionales de la Comisión Electoral, el Pheu Thai ha obtenido 137 escaños de los 350 adjudicados por distrito electoral y 7,2 millones de votos. El Palang Pracharat, por el momento, 97 escaños pero 7,6 millones de votos. Los otros dos triunfadores han sido el partido progresista Futuro Adelante, que en su primera convocatoria electoral suma 5,16 millones de votos y 30 escaños, y Bhumjaithai, que propone la legalización de la marihuana, consigue 39 escaños y 3,12 millones de votos. Ambos parecen haberse beneficiado del voto joven y de los descontentos con los partidos tradicionales, percibidos como anquilosados y plagados de corrupción.
Como en cualquier elección que se precie, casi todos los partidos han proclamado haber obtenido unos excelentes resultados. La candidata a primera ministra del Pheu Thai, Sudarat Keyuraphan, ha asegurado que como el grupo con más escaños, su partido es el vencedor de las elecciones y, por lo tanto, empezará de inmediato contactos con partidos afines para intentar formar Gobierno. “La formación de este Ejecutivo debe basarse en la voluntad popular y en hacer avanzar al país en una dirección más democrática”, ha afirmado.
El líder espiritual de este partido, Thaksin Shinawatra, que vive exiliado en Dubai, ha acusado en una columna publicada en The New York Times al Ejército tailandés de haber "manipulado" las elecciones.
El Palang Pracharat, que propone como primer ministro al actual jefe de la Junta Militar, el general Prayut Chan-Ocha, ha afirmado por boca de su portavoz Kobsak Pootrakool que “abrirá conversaciones con partidos de ideas y actitudes similares para hacer que el país avance”. Y Thanathorn Juangroongruangkit, el millonario de 40 años fundador de Futuro Adelante, ha calculado que su formación finalmente obtendrá cerca de 80 escaños y se ha convertido en “una nueva fuerza política”.
Con muy pocos datos precisos, las sospechas y denuncias de irregularidades se han multiplicado, aunque no está claro si los retrasos en la publicación de datos, las inconsistencias en los recuentos o la falta de explicaciones responden a una voluntad de fraude o a la mera desorganización. La Comisión Electoral admite que ha recibido 110 denuncias de incidentes sospechosos --recuentos que no coinciden, distritos con más votos que votantes, identidades suplantadas--, aunque asegura que ya ha solventado algunos. Pero partidos como Futuro Adelante ya le han reclamado que divulgue todos sus datos para disipar la "confusión" en torno a los resultados.
Los resultados definitivos aún tardarán semanas en saberse. El viernes, la Comisión Electoral adjudicará los escaños restantes, que se asignan proporcionalmente a las distintas listas más votadas, en un sistema pensado para que ningún partido pueda conseguir una gran mayoría. Pero los resultados definitivos, por votos y escaños, no se anunciarán hasta el 9 de mayo, después de la ceremonia de coronación del rey Maha Vajiralongkorn, Rama X, a principios de ese mes.
Mientras tanto, cabe esperar que arrecie el politiqueo entre partidos y diputados para atraer lealtades que permitan la formación de gobierno. El Palang Pracharat cuenta con ventaja: los 250 senadores que, junto a los 500 diputados, deben votar el nombramiento del primer ministro están nombrados a dedo por la Junta Militar. Eso significa que solo necesita el voto de 125 miembros de la Cámara Baja.
Aunque forme quien forme Gobierno, es difícil pensar que el nuevo Ejecutivo vaya a poder gozar de un mandato estable. Si, como parece lo más probable, es Palang Pracharat, con el general Prayut al frente, el que consigue quedar al frente del Ejecutivo, tendrá enfrente a la oposición del bloque democrático, formado por Pheu Thai y Futuro Adelante, que podrán vetar sus medidas en el Parlamento. Y lo mismo sucedería al revés. Una coalición con el partido inspirado por Thaksin disfrutaría, en el mejor de los casos, de una exigua mayoría, siempre amenazada por la presión del Palang Pracharat y el riesgo de transfuguismo.
En opinión de Paul Chambers, de la Universidad tailandesa de Naresuan, “tras las elecciones puede emerger un Gobierno estable a corto plazo, pero ese tipo de coalición no va a durar demasiado”.
Los posibles socios de Pheu Thai ya han empezado a plantear condiciones. Futuro Adelante ha asegurado que solo se sumará a una coalición que se comprometa a cambiar la actual Constitución --reformada por la Junta-- y a poner al Ejército bajo control civil. Otra formación, el Partido Demócrata --tradicionalmente el favorito de las élites, duramente castigado en estos comicios-- ha considerado “imposible” aliarse con la formación populista.
El nuevo episodio en la saga poselectoral tailandesa llegará este martes. La Fiscalía tailandesa debe anunciar si presenta cargos por difamación contra Thanathorn, el líder de Futuro Adelante, por una serie de comentarios críticos en Facebook contra Palang Pracharat y los militares. No sería la primera vez que la Justicia interviene contra alguno de los partidos implicados en este proceso: en febrero, el Tribunal Constitucional ordenó la disolución del partido Thai Raksa Chart, por haber propuesto como candidata a primera ministra a la hermana del rey, la princesa Ubolratana.
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