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Tailandia disuelve el partido que propuso a la princesa como primera ministra

La maniobra judicial asesta un duro golpe a la oposición a dos semanas de las elecciones

Preechapol Pongpanich, líder de Thai Raksa Chart, tras la orden judicial emitida este jueves que disuelve su partido.
Preechapol Pongpanich, líder de Thai Raksa Chart, tras la orden judicial emitida este jueves que disuelve su partido.Sakchai Lalit (AP)
M.V.L.

Faltan poco más de dos semanas para las elecciones en Tailandia, el 24 de marzo, las primeras en ocho años. Y la coalición de oposición ha recibido este jueves un golpe durísimo. Un tribunal en Bangkok ha ordenado por unanimidad la disolución de uno de sus principales partidos, el Thai Raksa Chart, por presentar el mes pasado, en una decisión que asombró al mundo durante las 72 horas que duró, como candidata a primera ministra a la princesa Ubolratana, la hermana mayor del rey Vajiralongkorn.

“Esta Corte ha ordenado que se disuelva el partido”, anunció en una vista retransmitida por televisión el juez Taweekiet Meenakanit. La decisión de presentar la candidatura de la princesa, alegó el magistrado, arrastró de modo ilegal a la monarquía tailandesa a la lucha política, en la que ni el soberano ni sus familiares directos pueden inmiscuirse. Con ese “taimado plan”, continuó, los responsables del Raksa Chart pretendían lograr ventajas electorales indebidas.

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Tras el fallo, los líderes del partido quedarán inhabilitados para participar en la política tailandesa durante diez años. Los 214 candidatos que iba a presentar en las elecciones del día 24 quedan descalificados y no se podrá votar por ellos.

El líder del partido, Preechapol Pongpanich, afirmó en declaraciones a la prensa que la formación acata la sentencia. “Teníamos buenas intenciones para nuestro país”, sostuvo. Por su parte, la princesa, que según su cuenta de Instagram se encuentra en Alemania, se limitó a comentar en esa red social que “hoy quiero seguir avanzando en el trabajo en pro de Tailandia”.

La decisión judicial representa un varapalo para las esperanzas de la oposición de imponerse a los partidos que apoyan a la junta militar que ocupa el poder desde el golpe de Estado de 2014 y de hacerse con la mayoría en la Cámara Baja tailandesa.

Las normas que ha aprobado el gobierno que encabeza el general Prayuth Chan-Ocha -que aspira a repetir como primer ministro- ya hacen muy difícil de por sí que la oposición, que ha ganado cada convocatoria electoral desde 2001, pueda derrotar a los partidos del establishment. Las reformas electorales complican que una formación política pueda hacerse con la mayoría, y el Ejército tailandés se reserva la potestad de nombrar a 250 senadores en la Cámara Alta, con capacidad de elegir al primer ministro.

El Thai Raksa Chart, un partido que apoya al ex primer ministro en el exilio y magnate de las telecomunicacionesThaksin Shinawatra, anunció el mes pasado, en una iniciativa que tomó por sorpresa a todo el país, la candidatura de la princesa Ubolratana, de 67 años y muy popular en Tailandia como actriz y presentadora de televisión.

Inicialmente, el anuncio se vio como una jugada maestra. Además de la popularidad personal de la princesa, el estatus de la monarquía en el país es tal que nadie podría criticar a la candidata durante la campaña. Ubolratana, de salir victoriosa, hubiera podido hacer de puente entre una monarquía a la que las leyes confieren un respeto casi religioso y una gran parte de la sociedad tailandesa que desea ver cumplidas las promesas de mayor gasto social que en su día les ofreció Thaksin. La hermana del rey era la única que podía hacerlo: la familia real tiene prohibido participar en política, pero ella, desde su matrimonio en los años setenta con un ciudadano estadounidense, había perdido teóricamente su condición de royal, aunque en la práctica recibe el mismo trato que el resto de familiares cercanos del rey.

Pero la sorpresa, o las esperanzas de un cambio desde dentro, duraron poco. Esa misma noche, el rey Vajiralongkorn emitió un comunicado en el que descalificaba la candidatura de su hermana e insistía en que ningún miembro de la familia real, oficial u oficioso, podía interferir en la vida política. Ubolratana, que horas antes había insistido en que era una plebeya como otra cualquiera, cedió. Dos días más tarde, era la Comisión Electoral la que invalidaba formalmente la candidatura de la princesa. La sentencia de este jueves ha eliminado definitivamente las esperanzas para el partido.

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Sobre la firma

M.V.L.
Es corresponsal de EL PAÍS en Washington. Previamente, trabajó en la corresponsalía del periódico en Asia, en la delegación de EFE en Pekín, cubriendo la Casa Blanca y en el Reino Unido. Siguió como enviada especial conflictos en Bosnia-Herzegovina y Oriente Medio. Licenciada en Ciencias de la Información por la Universidad Complutense de Madrid.

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