La princesa que desafía a los militares en las elecciones de Tailandia
Ubolratana, la hermana mayor del rey, rompe un tabú y se presenta candidata a primera ministra por un partido de la oposición
Ningún miembro del núcleo de la familia real tailandesa se había presentado a un cargo político en 86 años de monarquía moderna. Este viernes, la princesa Ubolratana Rajakanya, la hermana mayor del rey Vajiralongkorn, ha dado un paso que parecía inconcebible: se presenta como candidata a primera ministra en las elecciones del 24 de marzo. Ubolratana no es una princesa al uso tradicional tailandés: ha sido actriz y es asidua de las redes sociales; tampoco se presenta por cualquier partido. Es la baza del Thai Raksa Chart, una formación alineada con el ex primer ministro Thaksin Shinawatra, el hombre más odiado por las élites tradicionales tailandesas.
Hasta qué punto su candidatura tendrá vuelo, no obstante, está en duda. A las pocas horas, su hermano, el rey, ha declarado su desaprobación a un anuncio que tomó por sorpresa a casi todos. "La participación en política, de la manera que sea, de un miembro de alto nivel de la familia real es un acto que choca con las tradiciones, costumbres y cultura del país, y por tanto se considera extremadamente inapropiado", ha dicho el soberano en un comunicado que ha distribuido el palacio real.
Al anunciar la candidatura, el líder de Thai Raksa Chart, Prechapol Pongpanich, había subrayado la idoneidad de la princesa.“Ha dado su visto bueno a ser nuestra candidata y, dadas sus experiencias en Tailandia y el exterior, creemos que es la candidata apropiada”. “Cumplimos las normas, todo lo que hacemos cumple la ley. No hay privilegios ni derechos de exclusividad”, había insistido.
La Comisión Electoral tailandesa debe pronunciarse antes del viernes próximo acerca de si da por válida la candidatura, algo que parece improbable tras la declaración de Vajiralongkorn, cuya palabra es prácticamente sagrada en Tailandia.
El anuncio había supuesto una auténtica bomba en el mundo político tailandés, donde la monarquía siempre ha querido figurar como una institución neutral. El rey Vajiralongkorn se ha pronunciado horas después del anuncio de su hermana a través de un comunicado en el que censura una decisión "inapropiada" e "inconstitucional". Hasta ahora se daba por garantizado el cómodo triunfo del primer ministro actual, el general Prayuth Chan Ocha, en las elecciones del mes próximo. Prayuth, residente de la junta militar que gobierna desde el golpe de Estado de 2014 que derribó a la hermana de Thaksin, Yingluck Shinawatra, ha confirmado también este viernes su candidatura por el partido Palang Pracharat.
Si se aceptara finalmente la candidatura de la princesa, de 67 años, se abrirá una enorme interrogante sobre lo que pueda ocurrir en los comicios, los primeros desde el golpe de Estado. Y también sobre cómo pueda desarrollarse la campaña: las draconianas leyes de lesa majestad, aplicadas cada vez más en los últimos años, impiden cualquier gesto o palabra que pueda percibirse como una crítica a la monarquía o sus representantes.
Teóricamente, esas leyes no se aplican a la princesa. Ubolratana renunció a su condición real en los años 70, cuando se casó con un ciudadano de EE UU, y se marchó a vivir a ese país. Pero tras su separación y regreso a Tailandia en 2001, se ha reincorporado plenamente a la familia real, aunque no se le ha devuelto formalmente el título.
La princesa, una ávida usuaria de Instagram, ha insistido en un mensaje en esta red social en su posición de plebeya. Ha aceptado, asegura, la candidatura a primera ministra “con sinceridad y determinación” para encaminar al país por la senda de la prosperidad y, al hacerlo, está “ejerciendo sus derechos y su libertad como plebeya”.
A lo largo de su vida, la hermana mayor del rey tailandés ha desafiado numerosas convenciones. Frente al protocolo de la corte en Bangkok, ella ha adoptado un estilo desenfadado y excéntrico que le ha generado numerosos seguidores en internet. Ha participado como actriz en varias películas tailandesas, como Donde Ocurren los Milagros, de 2008, o Juntos, de 2012.
En 2017 no dudó en grabarse en varios vídeos cantando villancicos navideños en inglés o vestida de Papá Noel. Viajó a Rusia para asistir al último Mundial de fútbol, y aunque Tailandia nunca se ha clasificado para una fase final, siguió los partidos con avidez y declaró su apoyo a la selección alemana, al retratarse con una camiseta con los colores de la Mannschaft.
Precisamente durante el Mundial de Rusia se le vio en una fotografía con Thaksin y Yingluck Shinawatra, en lo que apuntaba a sus buenas relaciones con estos políticos y anticipaba el paso que ha dado este viernes.
Nacida en 1951 en Suiza, donde su padre, el rey Bhumibol, terminaba sus estudios universitarios, en 1967 ganó una medalla junto a su progenitor en la competición de vela de los Juegos Asiáticos.
En 1972 se casó con Peter Jensen, al que había conocido mientras estudiaba Bioquímica en el Massachussetts Institute of Technology (MIT). Tras completar ese grado un año después de su matrimonio, cursó un máster en Salud Pública en la Universidad de California. Viviría en San Diego durante sus 26 años de matrimonio, en los que tuvo tres hijos.
Su regreso a Tailandia coincidió con los años de mandato de Thaksin, un antiguo millonario de las telecomunicaciones reconvertido en político populista. Aunque huido del país para evitar la cárcel tras un primer golpe de Estado en 2006, el magnate ha conservado una enorme popularidad fuera de las elites urbanas y el funcionariado palaciego.
La desgracia le golpeó en 2004, cuando su hijo Bhumi, que era autista, falleció a los 21 años en el tsunami que arrasó el sureste asiático y dejó al menos 225.000 muertos.
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