El desbarajuste del Brexit aboca a una prórroga de difícil digestión
La cumbre europea estudiará este jueves el aplazamiento de la salida del Reino Unido de la Unión Europea, cuya fecha límite hasta el momento es el 29 de marzo
La cumbre europea de este jueves estudiará el aplazamiento del Brexit, previsto para el próximo 29 de marzo. A 10 días de que se cumpla el plazo, el Parlamento británico sigue sin aprobar el acuerdo para una salida del Reino Unido de la Unión Europea pactada con el resto de socios comunitarios, por lo que la prórroga resulta inevitable si se quiere sortear el abismo de una ruptura brutal. Pero las condiciones y duración de esa prórroga auguran todavía una tensa negociación.
¿Quién decide la prórroga?
Los 27 socios de la Unión, por unanimidad, según establece el artículo 50 del Tratado de la UE, que marca las pautas del procedimiento para abandonar el club.
¿Hay plazo para tomar la decisión?
“Podemos aprobarla hasta una hora antes de la medianoche del 29 de marzo”, aseguran fuentes comunitarias. Aunque añaden que preferirían tomar la decisión con más tiempo para no aproximarse tanto al abismo. La primera decisión política, según fuentes diplomáticas, podría adoptarse en la cumbre de este jueves. Pero su plasmación legal, si hay acuerdo, se completará la próxima semana, quizá incluso en la misma jornada del Brexit (previsto a las 23.00 del día 29, hora de Londres, y a las 24.00, hora de Bruselas).
¿Londres no tiene nada que decir?
Sí. Tiene que dar su consentimiento a la prolongación. También tiene hasta el último minuto para hacerlo. Pero los diplomáticos comunitarios esperan que el Gobierno de May, que ya anunció su disposición a pedir la prórroga, curse una petición expresa este miércoles.
¿Para qué serviría la prórroga?
Puede tener tres objetivos. Ganar tiempo para amortiguar el impacto de un Brexit brutal si finalmente no hay acuerdo con Londres. Dar tiempo a la ratificación del acuerdo de salida si el Parlamento británico acaba aceptándolo. O parar el reloj del Brexit durante una larga temporada a la espera de que el escenario político del Reino Unido se recomponga mediante un cambio de Gobierno, unas elecciones generales o, incluso, un segundo referéndum.
¿Hay alguna norma sobre la duración o motivación de la prórroga?
No. Se trata de una decisión eminentemente política, que deben adoptar los 27 jefes de Gobierno sin ningún tipo de limitación legal en cuanto a los motivos para prolongar el proceso. Tampoco hay límites sobre la duración ni sobre la posibilidad de conceder prórrogas consecutivas, aunque algunas fuentes comunitarias apuntan a que la duración total debería guardar cierta proporción con el plazo previsto en el artículo 50. “No tiene mucho sentido que el Tratado conceda un plazo de dos años para negociar la salida y que la prórroga sea de otro tanto”. Esas mismas fuentes reconocen, sin embargo, que el Consejo Europeo dispone de una amplia discrecionalidad.
¿Qué países son más duros?
La reunión de representantes permanentes del pasado 15 de marzo mostró que Francia, España, Bélgica e Irlanda figurante entre los partidarios de conceder un plazo mínimo a Londres y de supeditarlo a un plan concreto para rematar el Brexit, según fuentes diplomáticas que asistieron al encuentro. Francia incluso abogó por precipitar la salida sin acuerdo el 29 de marzo si no se percibe posibilidad de desbloqueo en la situación política en el Reino Unido.
¿Y los más benevolentes con Londres?
El inventario diplomático de la misma reunión sitúa en el bando más comprensivo a países como Alemania, Holanda o Portugal, que prefieren mantenerse abiertos a cualquier hipótesis a la espera de la evolución de los acontecimientos en Londres.
¿Qué opciones hay sobre la mesa?
El consejo de ministros de Asuntos Generales de la UE tiene previsto estudiar este martes diversas opciones, aunque la decisión final, si llega, corresponderá a la cumbre europea del jueves. La fórmula preferida por la mayoría de los países, incluida España, es una prórroga corta, de dos o tres meses, para dar tiempo a que el Parlamento británico ratifique el acuerdo de salida pactado el pasado 25 de noviembre. Pero Westminster ya ha rechazado dos veces ese texto. Y de momento, el Gobierno de Theresa May no parece contar con los apoyos necesarios para sacarlo adelante.
¿Y si no es prórroga corta?
Caben varias posibilidades. Renovar la prórroga inicial. O dar, de entrada, una prórroga muy larga (se habla de diciembre de 2020) que podría cancelarse tan pronto como Londres acepte el acuerdo de salida.
¿Qué pasa con las elecciones al Parlamento Europeo?
Esa es la gran incógnita. La prórroga corta permitiría esquivarlas sin ningún problema, tanto si concluye antes de los comicios (26 de mayo) o antes de la constitución del nuevo Parlamento (2 de julio). La larga genera mayor inquietud en las instituciones comunitarias porque el Reino Unido tendría que participar en las elecciones y cubrir sus 72 escaños actuales.
¿Qué pasaría si Londres se niega a convocar elecciones?
Se expone a un expediente disciplinario por parte de la Comisión Europea, que podría acabar ante el Tribunal de Justicia Europeo. Pero ese expediente puede ser inocuo si el Reino Unido finalmente abandona el club antes del 2 de julio. Sin embargo, podría resultar una situación insostenible si el Brexit se retrasa aún más y los eurodiputados británicos no son elegidos.
¿Podría el Reino Unido enviar diputados nacionales de manera temporal?
No. Un reciente informe del servicio jurídico del Parlamento Europeo, al que tuvo acceso EL PAÍS, deja claro que esa posibilidad sería ilegal. “Los mandatos de miembros del Parlamento nacional y de miembros del Parlamento europeo son incompatibles”, zanja ese informe, que se remite a los artículos 7 y 14 de la ley electoral europea de 1976.
¿Sería imprescindible que llegaran los europarlamentarios británicos para arrancar la nueva legislatura europea?
No, según el citado informe del servicio jurídico del parlamento. El documento asegura que “no hay ninguna norma que impida al Parlamento Europeo constituirse sin haber distribuido todos los escaños en la primera sesión”. El mismo documento añade que los actos legales adoptados por el Parlamento a solas o junto a otras instituciones comunitarias serían válidos aunque se aprobasen sin presencia de eurodiputados británicos.
¿Podrían llegar los eurodiputados británicos más tarde?
Sí. En principio, el Reino Unido podría celebrar las elecciones después del período previsto (23-26 de mayo), aunque seguiría expuesto a un expediente por parte de la Comisión.
¿Qué pasaría con los escaños del Reino Unido que habían pasado a países como España?
El nuevo reparto quedaría congelado mientras no se consume el Brexit. España, por tanto, arrancaría la legislatura con 54 escaños y no con 59 como espera. Pero tan pronto como la salida del Reino Unido de la UE sea oficial, España y el resto de países que ganan escaños con el Brexit podrían enviar a los eurodiputados elegidos en mayo y que quedaron pendientes de tomar posesión.
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