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Rap y hip-hop, bajo sospecha de estimular la inmigración clandestina en Túnez

Algunos medios han acusado a artistas de estas corrientes musicales de potenciar las aspiraciones de los jóvenes de dejar el país de forma irregular

Arriba a la derecha, los raperos Balti y Master Sina; abajo a la izquierda, Cheb Rached.
Arriba a la derecha, los raperos Balti y Master Sina; abajo a la izquierda, Cheb Rached.

Aunque ya estaban presentes en la escena musical antes de la Revolución, el rap y el hip-hop se han convertido en todo un fenómeno en los barrios populares de Túnez desde 2011. Entre sus temas más recurrentes figura el de la inmigración clandestina a Europa. "Nos hemos entregado a las olas, no tenemos miedo de los peligros / si tenemos que morir, mejor hacerlo de forma valiente", canta el rapero tunecino Cheb Rached en su pieza Ya Roma. Es por canciones como esta, en la que se ofrece una imagen heroica de los migrantes que se lanzan al mar en patera, que algunos medios tunecinos han acusado a los raperos de crear un caldo de cultivo favorable a la emigración irregular.

Sin embargo, los académicos que han estudiado la relación entre la música alternativa en Túnez y la cuestión migratoria discrepan de esta visión. “Sería una simplificación decir que los jóvenes tunecinos emigran porque una canción de hip-hop se lo ha dicho. Sin embargo, la música popular contribuye a la diseminación y la construcción de representaciones sociales, y por tanto, de imaginarios migratorios", sostiene la socióloga Farida Souiah, que publicó un completo estudio sobre la materia con otros dos colegas: Monika Salzbrunn y Simon Mastrangelo.

“La cuestión de la migración está muy presente en las canciones, y la imagen que ofrecen de los harraga [literalmente, “los que queman” fronteras en árabe] es positiva. Ahora bien, no tengo claro que se pueda concluir que estimulan la emigración clandestina", coincide Kaïs Zriba, un periodista tunecino especializado en música. Algunos raperos, como varios integrantes del grupo Armada Bizerta, se convirtieron ellos mismos en migrantes, lo que puede ayudar a explicar porque está tan extendida la conexión entre la escena musical alternativa y la migración.

Buena parte de los cantantes de rap y de hip-hop tunecinos no cuentan con el favor de la industria musical por la crudeza de sus letras, que suelen incluir insultos o expresiones soeces. El rapero Weld el15 fue condenado a prisión por una canción titulada Bulisia kleb (“los policías son unos perros”). Sin embargo, ello no ha impedido que los videoclips de algunos cantantes como Klay BBJ o Kafon colgados en YouTube puedan llegar a acumular millones de visitas.

Entre las claves de su éxito, el hecho de que la mayoría de los intérpretes sean originarios de regiones o barrios marginales. Además, sus canciones expresan el sentir de una juventud decepcionada con el periodo postrrevolucionario, pues no ha traído tantos cambios como ansiaban. La tasa de paro juvenil se sitúa alrededor del 30%, pero llega a superar el 50% en algunos barrios y regiones. “Vivimos como basura en un cubo / Pobres, sin un duro / La atmósfera es sofocante”, reza la letra de la canción Houmani, del dúo Hamzaoui Med Amin y Kafon.

No es extraño que en las canciones se haga referencia a la voluntad de los migrantes de hacerse ricos en Occidente, como si fuera un objetivo fácil. Este es el caso de la célebre canción Clandestino, de los raperos Balti y Master Sina, en la que combinan la lengua árabe con un italiano macarrónico. En su videoclip, ambos aparecen recorriendo las calles de una ciudad europea con un coche deportivo y luciendo las camisetas de dos equipos punteros de la liga italiana.

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Ahora bien, no faltan tampoco las canciones que se hacen eco de los peligros que rodean la travesía. Este es el caso de la canción Yarham Ala ili mat, de Balti, que refleja el dolor de los familiares de los harragas desaparecidos en el Mediterráneo. "Cada día, la madre espera a su hijo sentada al lado de la puerta", repite la estrofa principal. Otras piezas, abordan sin tapujos la dificultad de la vida en Europa para el migrante, como El-ghorba 7keyet, del dúo Snapi y Mr. Sabri: “El exilio significa / no encontrar medicina cuando enfermas / no comer cuando tienes hambre / ni encontrar una manta cuando tienes frío”.

La Organización Internacional para las Migraciones financia actividades culturales, sobre todo obras de teatro, musicales y seminarios para intentar contrarrestar la descripción de Europa como Eldorado. El programa parece banal, porque las descripciones negativas de Europa y la migración clandestina ya están presentes en el hip-hop en Túnez, y los migrantes o aspirantes a serlo no son ingenuos”, apunta Souiah.

Los últimos dos años, la salida de pateras en dirección a las costas europeas se ha multiplicado en el país magrebí, y los tunecinos ya representan la primera nacionalidad entre los migrantes arribados a Italia. En concreto, el año pasado fueron más de 4.000 los tunecinos que desembarcaron en las playas italianas, es decir, cerca de un 20% del total. Según una encuesta de la fundación FTDES, la mitad de los jóvenes tunecinos quiere emigrar a Occidente, ya sea de forma legal o ilegal.

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