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La breve detención del presidente del Parlamento opositor dispara la tensión en Venezuela

Juan Guaidó fue retenido unos minutos por el servicio de inteligencia. El Gobierno desautoriza la operación

Juan Guaidó, este viernes durante un discurso en Caracas.Vídeo: FERNANDO LLANO (AP) / Reuters
Francesco Manetto

La policía política de Nicolás Maduro protagonizó este domingo un operativo que disparó la tensión en Venezuela y aumentó la presión sobre la oposición. El Servicio Bolivariano de Inteligencia (Sebin) detuvo al presidente de la Asamblea Nacional, el Parlamento dominado por las fuerzas críticas con el chavismo que sigue funcionando despojado de sus funciones desde 2017. Minutos después, Juan Guaidó, un dirigente que el viernes sugirió estar dispuesto a asumir la presidencia de forma interina, fue liberado. El Gobierno desautorizó lo ocurrido.

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Pasadas las once de la mañana comenzó a circular la denuncia. “Alertamos al mundo y al país que hoy, 13 de enero, un comando del Sebin interceptó al presidente de la Asamblea Nacional de Venezuela, Juan Guaidó, y desconocemos su paradero”, advirtió un mensaje difundido por la cuenta de Twitter del político, que milita en Voluntad Popular, el partido de Leopoldo López. Después de unos minutos de confusión, cargos de su formación y su entorno confirmaron su liberación.

El presidente de la Asamblea Nacional venezolana retó al mandatario tras la toma de posesión que lo mantendrá en el poder hasta 2025. Guaidó, que no reconoce la investidura de Maduro, intentó presentarse como alternativa legítima al Gobierno apoyándose en la interpretación de un artículo de la Constitución. Se trataba, sobre todo, de una declaración de intenciones que busca reactivar la iniciativa de la sociedad civil y de las organizaciones políticas frente al oficialismo. Por eso cuando se conoció su detención, saltaron todas las alarmas en las filas de la oposición, que en los últimos años ha sido ilegalizada o excluida de las instituciones por el chavismo.

Sin embargo, la reacción del Ejecutivo añadió incertidumbre sobre la operación. El vicepresidente de Comunicación, Jorge Rodríguez, aseguró que se produjo un control “irregular” y los agentes del servicio de inteligencia actuaron “de manera unilateral”. “Estos funcionarios, que se prestaron para que se instalara este show contra el normal desenvolvimiento de la vida en la república están en estos momentos siendo destituidos y están siendo sometidos a los procedimientos disciplinarios más estrictos, de manera que podamos averiguar y establecer a ciencia cierta si se prestaron para realizar este tipo de situaciones”, afirmó el dirigente chavista en declaraciones a los medios gubernamentales.

En su opinión, “ese procedimiento, que afortunadamente ya está completamente superado, sirvió para que se instalara el consabido show mediático, la consabida instalación de falsos positivos”. ¿Quién dio entonces la orden? Maduro destituyó hace dos meses y medio al jefe del Sebin, Gustavo González López, y la policía política tiene ahora una nueva estructura de mando. En cualquier caso, algún cargo tuvo que dar instrucciones de detener a Guaidó.

“Nada nos detendrá”

“Ya estoy en mi cuna, en mi Estado Vargas”, informó el opositor alrededor de la una y media de la tarde al llegar a un cabildo abierto, una reunión vecinal convocada en la parroquia de Caraballeda, en la costa. “El régimen pretendió detenerme, pero nada ni nadie nos detendrá. Aquí seguimos adelante por nuestra Venezuela”.

El líder del Parlamento —una institución sustituida de facto por una Asamblea Nacional Constituyente chavista— solicitó después de la investidura de Maduro apoyo de las Fuerzas Armadas y de Gobiernos extranjeros para iniciar un proceso de transición y asumir el poder a la espera de la convocatoria de elecciones. El Gobierno del nuevo mandatario brasileño, el ultraconservador Jair Bolsonaro, y Luis Almagro, secretario general de la Organización de los Estados Americanos (OEA), le reconocieron públicamente como presidente de Venezuela, aunque el alcance de esa declaración se queda, en la práctica, en un mensaje meramente simbólico.

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Sobre la firma

Francesco Manetto
Es editor de EL PAÍS América. Empezó a trabajar en EL PAÍS en 2006 tras cursar el Máster de Periodismo del diario. En Madrid se ha ocupado principalmente de información política y, como corresponsal en la Región Andina, se ha centrado en el posconflicto colombiano y en la crisis venezolana.

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