Suspendida temporalmente la búsqueda del predicador atacado por aborígenes en India
Las autoridades interrumpen el rescate del cadáver de John Allen Chau, atacado por la tribu que habita la isla de Sentinel del Norte, según informa la BBC
El Gobierno indio ha decidido suspender las labores de rescate del cuerpo de John Allen Chau, el predicador estadounidense de 26 años que fue atacado por aborígenes de Sentinel del Norte hace 11 días, según ha informado este martes la cadena británica BBC. El ciudadano estadounidense murió a causa de las flechas lanzadas por miembros de la tribu que habita esta isla del Golfo de Bengala, según declararon los pescadores que trasladaron a Chau a este remoto lugar que forma parte del archipiélago indio de Andamán y Nicobar.
“En los primeros días, se hicieron varios intentos por recuperar el cuerpo después de que los miembros de la tribu fueran vistos arrastrándolo. Sabemos la dirección en que fue llevado, pero no el lugar exacto [donde se dejó el cadáver]”, ha declarado un funcionario indio, bajo anonimato, a la cadena británica. El funcionario también ha asegurado que las autoridades indias han enviado este martes un barco a la zona, solo para supervisar la situación, antes de suspender la misión.
Durante los últimos días, la policía había empleado otra embarcación y un helicóptero para inspeccionar las inmediaciones de Sentinel del Norte, como parte de las pesquisas en curso tras registrarse el homicidio del predicador evangélico. El último intento de rescate tuvo lugar el sábado, cuando un bote se acercó a 400 metros de la costa. La embarcación retrocedió finalmente tras avistar a varios miembros de la tribu en la orilla. Las autoridades indias temen generar un conflicto con los aproximadamente 200 miembros que integran la tribu preneolítica.
Los seis pescadores y una séptima persona que llevaron a Chau hasta la isla han sido arrestados en base a una ley de 1956 que protege a los pueblos aborígenes del archipiélago. Esta normativa restringe el acceso a la zona a los turistas, aunque el pasado agosto, con el objetivo de fomentar el turismo en la zona, el Gobierno de India levantó la obligación de contar con un permiso especial para acceder a 29 islas, entre ellas Sentinel del Norte.
Pese a estos cambios legales, la policía dice que la presencia de extranjeros está totalmente prohibida en las inmediaciones de Sentinel del Norte. Los activistas alegan falta de control marítimo en la zona y demandan leyes que protejan a la comunidad tribal. Manish Chandi, investigador del Equipo Medioambiental de Andamán y Nicobar, reclama normativas que limiten el acceso a estos territorios ya que “mucha de la riqueza del conocimiento indígena se ha perdido por intrusiones y por intentar integrarlos en nuestra forma de vida, lo que lleva a la pérdida de sus entornos tradicionales”.
En los últimos días, activistas, antropólogos y grupos en defensa de las comunidades indígenas se han mostrado partidarios de cancelar la operación de rescate de Chau ante el riesgo de un choque violento entre la Administración india y los miembros de la tribu. “Esfuerzos similares en el pasado han acabado con los sentineleses tratando de defender su isla a la fuerza”, ha declarado el director de Survival International, una conocida organización mundial defensora de los derechos de los grupos aborígenes.
Los expertos locales también han apoyado la suspensión de la misión de rescate. En conversación con EL PAÍS, Trilok Nath Pandit, exdirector del Estudio Antropológico de India, centro dependiente del Ministerio de Cultura, se ha mostrado en contra de cualquier intento de establecer contacto con la tribu local en contra de su voluntad. Pandit, única persona viva de la primera expedición que tuvo la posibilidad de interactuar con los sentineleses, insiste en que son pacíficos y que solo tratan de defenderse de un grupo dominante al que perciben como más poderoso. En 2006, miembros de la tribu asesinaron a dos pescadores indios que trataron de adentrarse en su territorio. Tras varios intentos, la Administración consiguió recuperar uno de los cadáveres, aunque el otro permanece enterrado en la isla.
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