El temor a contagiar a los aborígenes dificulta la recuperación del cadáver del misionero
La policía india estudia cómo rescatar el cuerpo del predicador sin perturbar a la tribu no contactada
La recuperación del cadáver del misionero estadounidense que fue asesinado el pasado 16 de noviembre por un grupo de aborígenes de Sentinel del Norte, cerca de Birmania, se ven dificultadas por las reticencias de las autoridades indias a perturbar a esta tribu que vive aislada. La posibilidad de transmitir alguna enfermedad común al que es considerado el último grupo preneolítico del mundo, o incluso la de perturbar su modo de vida, impiden desembarcar en la isla que habitan para continuar las pesquisas.
Las autoridades indias trabajan "con antropólogos y psicólogos" para establecer una estrategia, como ha comentado Dependra Pathak, director general de la policía en la islas, según Reuters. "Si [los expertos] sugieren cualquier método para interactuar con ellos sin molestarles, podremos establecer un operativo. De momento no tenemos ningún plan para contactarlos", apuntó.
Varios policías indios se acercaron el pasado viernes en barca a unos 400 metros de la isla india, desde la que divisaron con prismáticos a los aborígenes. Estos se encontraban en la misma playa donde John Allen Chau, de 26 años, fue visto por última vez antes de ser asaeteado. Los policías terminaron alejándose para evitar cualquier confrontación, después de divisar a miembros de la tribu armados con arcos y flechas. "Nos miraron, y nosotros les estábamos mirando a ellos", relató a AFP uno de los policías. Era la segunda vez que la policía se acercaba a esta isla del archipiélago de Andamán y Nicobar.
El día del suceso unos pescadores acercaron por mar a Allen hasta un punto el que el estadounidense continuó en solitario en canoa para intentar alcanzar la costa, con la intención de introducir el cristianismo en esta isla, según relata en sus últimos escritos, difundidos por medios locales. Uno de los pescadores ha asegurado que vio a la tribu "enterrando el cuerpo en la playa", según AFP. Los pescadores, que han sido detenidos, han acompañado a las autoridades para ayudar a determinar el lugar donde dejaron a Allen.
Tratar de recuperar el cuerpo sería "un ejercicio inútil", según ha relatado a AFP Pankaj Sekhsaria, investigador de las islas y experto en derechos tribales. "No creo que sea una buena idea acercarse, porque creará un conflicto con la comunidad", apunta. "No creo que haya una manera segura de recuperar el cuerpo sin poner a los sentineleses o a los otros en riesgo", ha explicado Sophie Grig, investigadora de Survival International, un movimiento global por los derechos de los pueblos indígenas.
Las autoridades estudian un caso similar, ocurrido hace doce años, por si esta tribu de cazadores y recolectores sigue los mismos pasos que entonces. En 2006 dos pescadores fueron asesinados al acercarse a la isla mientras dormían. Una semana después fueron colgados en la playa en estacas de bambú.
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