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El desafío de recuperar la confianza en la democracia

El Foro Iberoamérica aborda en su 19ª edición, en Madrid, los retos de la región

Thiago Ferrer Morini
Desde la izquierda, Fernando Henrique Cardoso, Pedro Sánchez, Ricardo Lagos y Felipe González.
Desde la izquierda, Fernando Henrique Cardoso, Pedro Sánchez, Ricardo Lagos y Felipe González.Carlos Rosillo (EL PAÍS)

La opinión pública latinoamericana es cada vez más escéptica y, en algunos casos, hasta hostil a los valores de la democracia liberal. Esto se está viendo en el auge de movimientos y partidos populistas en las últimas elecciones en países como Brasil, México o Perú. Ante esta situación, la sociedad civil debe dar un paso adelante y buscar soluciones, porque lo que está en juego es el progreso social y económico que, en las últimas décadas, ha cambiado a mejor de forma decisiva la vida de millones de personas en todo el continente. Este ha sido el principal tema de debate en la primera de las dos jornadas de la 19ª edición del Foro Iberoamérica, oficialmente abierto este viernes en Madrid con un discurso del presidente del Gobierno español, Pedro Sánchez.

La última edición del Latinobarómetro, publicada este viernes, ha indicado que solo un 48% de los latinoamericanos consideran que la democracia es la forma preferible de Gobierno, la peor cifra desde 2001 y que iguala la peor marca desde que hay sondeos. "Hay una crisis de gobernanza en la democracia representativa", ha apuntado el expresidente del Gobierno español, Felipe González. "Estamos a un tris de perder lo que tanto nos ha costado", ha señalado Ricardo Lagos, que fue presidente de Chile entre 2000 y 2006. "Hay una creciente desconfianza hacia la política que consideramos tremendamente peligrosa", se ha sumado Marta Luisa Ramírez, vicepresidenta de Colombia.

¿A qué se debe este descrédito? La inseguridad, la corrupción y las crisis económicas son factores que pueden tener su influencia, pero, para el sociólogo y expresidente brasileño Fernando Henrique Cardoso, hay explicaciones más estructurales. "Nos estamos desplazando de una vieja a una nueva sociedad y las instituciones políticas no saben a qué atenerse", ha apuntado Cardoso, que además es copresidente del Foro, un evento patrocinado por grandes empresas españolas con presencia en América Latina, entre ellas Prisa, sociedad editora de EL PAÍS. "Hay que considerar el impacto de la globalización y la supranacionalidad", ha indicado Felipe González. "La percepción que hay poderes que no se controlan".

Formación para un continente mejor

La nueva economía ya está dando un vuelco al planeta. "La revolución tecnológica no es algo incierto; todo lo contrario, es algo cierto", ha calificado Felipe González. "Lo incierto es cómo se va a gobernar". "Dado que la tecnología va a venir, no hay que centrarse en la tecnología sino en el humanismo", ha apuntado el presidente de Telefónica, José María Álvarez-Pallete. "Esas son las herramientas que nos van a permitir gestionar la sociedad que venga después".

Y, en ese sentido, la educación es fundamental. Y debe modernizarse. "Lo que uno estudia hoy en la formación reglada apenas representa un 30% de lo que uno necesita para toda su carrera profesional", ha señalado la secretaria general Iberoamericana, Rebeca Grynspan. "Lo demás debe ser aprendido a lo largo de la vida". "La juventud es una gran oportunidad, pero necesitamos una educación que sea pertinente", apunta Marta Luisa Ramírez. "No podemos seguir educando psicólogos, abogados y contables, necesitamos los ingenieros que nos ayuden a llegar a esa nueva economía".

"El ciudadano elector se ha convertido en una incógnita", ha señalado el ministro de Exteriores español, Josep Borrell. "De la división entre izquierda y derecha, a la que estábamos acostumbrados, nos hemos pasado a otras brechas, como, por ejemplo, la que hay entre cosmopolitas y sedentarios, y otras, culturales y religiosas". El peso religioso, el "nuevo clericalismo", en palabras del expresidente uruguayo Julio María Sanguinetti, es fundamental para entender algunos movimientos políticos latinoamericanos.  

Otro factor que se ha señalado como una de las causas de esta desconfianza es el auge de las redes sociales, una teoría reforzada por la victoria en Brasil de Jair Bolsonaro, un candidato que, durante la campaña, tuvo escasos segundos de tiempo legal en televisión, pero que llegó a las elecciones con 20 millones de seguidores en Facebook. "Hemos dejado de compartir universo político", ha apuntado Borrell. "La gente puede tener una idea sin ningún contacto con la realidad".

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Pero el papel positivo de las redes no puede descartarse. "Las redes sociales son un reflejo de una gente que quiere participar", ha considerado Ramírez. "Hacen falta nuevas instituciones, tanto para escuchar como para ser escuchados", ha indicado Lagos. Y las redes no son el único desafío; ni siquiera el más importante. El cambio climático es el mayor reto de la Humanidad para este siglo. "El mundo no ha entendido lo suficiente el peligro que representa", ha apuntado el expresidente de Colombia, José Manuel Santos. "Si durante el siglo XX la renta por habitante fue la medida de la prosperidad de un país, en los próximos 20 o 30 años la medida va a ser cuántos gases de efecto invernadero se emite para lograr esa renta", ha señalado Lagos.

El sondeo de Latinobarómetro no muestra un aumento de la popularidad de las dictaduras (la cifra de personas que preferirían un régimen autoritario se ha mantenido relativamente estable desde que hay sondeos), pero para Felipe González, esto puede cambiar en cualquier momento. "En situaciones de crisis aumenta la tentación de buscar caudillos para que nos salven, no

sé de qué". Para el expresidente español, este nuevo caudillismo latinoamericano no llega por la fuerza de las armas: "Hay quienes llegan por el voto y quieren gobernar con las botas". Porque en países como Venezuela y Nicaragua, según González, las botas ya gobiernan. "No son dictaduras, sino tiranías arbitrarias". Y es precisamente entonces cuando se valora realmente la democracia: tres de cada cuatro venezolanos creen que es el régimen preferible. 

Y en este entorno, la relación entre Europa y América Latina se vuelve importantísima. "La integración europea fue un gran ejemplo para nosotros"; ha señalado Lagos. "Tenemos un espacio de conectividad". Un espacio de conectividad que Pedro Sánchez ha indicado que es una de las prioridades de su Ejecutivo. "España tenía que volver", ha considerado el presidente del Gobierno español. "Sale de los vínculos, yo diría emocionales, que tenemos". 

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Sobre la firma

Thiago Ferrer Morini
(São Paulo, 1981) Licenciado en Ciencias Políticas y de la Administración por la Universidad Complutense de Madrid. En EL PAÍS desde 2012.

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