Momentos clave en los 18 años de Angela Merkel en la política alemana
Las crisis de los refugiados y del euro han marcado buena parte del tiempo que la dirigente de la CDU ha estado al frente de la mayor economía europea
La canciller Angela Merkel, que ha anunciado este lunes a los miembros de su partido su intención de no buscar la reelección como presidenta de la CDU en diciembre, tras 18 años, lleva desde 2005 al frente del Gobierno de la mayor economía europea. Considerada una de las mujeres más poderosas del mundo, la dirigente democristiana, nacida en Hamburgo el 17 de julio de 1954, ha tomado la decisión tras dos debacles electorales en los Estados de Hesse y Baviera.
El canciller de la reunificación, Helmut Kohl, la apodó la niña. A raíz de la caída del muro de Berlín, confió a Merkel el puesto en un ministerio. La derrota en las elecciones celebradas en 1998 y la posterior dimisión de Helmut Kohl como presidente de la CDU la auparon hasta la secretaría general del partido. Merkel fue uno de los primeros dirigentes democratacristianos que rompieron con Kohl tras estallar el escándalo de las cuentas secretas del partido a finales de 1999, y una de las principales promotoras del esclarecimiento del mismo.
Elegida presidenta de la CDU en 2000 con el respaldo del 95,9% de los delegados, su elección supuso dos novedades: era mujer y del Este. Merkel ha presidido la CDU desde ese año y reelegida en ocho ocasiones, la última el 9 de diciembre de 2014.
Ha sido elegida cuatro veces canciller de la República Federal de Alemania (la primera en 2005). Desde el Gobierno continuó las reformas emprendidas por su antecesor, a pesar de la oposición de algunos sectores sociales y las diferencias entre los socios de coalición, sobre todo en la reforma sanitaria. En el campo internacional, normalizó las relaciones con EE UU, mantuvo el eje franco-alemán, y ejerció la presidencia de turno de la UE en el primer semestre de 2007, en coincidencia con el 50º aniversario de la firma del Tratado de Roma.
Durante una visita oficial a Israel, en un discurso en el Parlamento (Kneset) el 18 de marzo de 2008, rindió tributo a las víctimas del nazismo. Fue la primera intervención de un jefe de Gobierno extranjero en el Parlamento hebreo y la primera vez que allí se habló alemán.
Tras imponerse de nuevo en las elecciones generales del 27 de septiembre de 2009 y pactar un Gobierno con los liberales, el 28 de octubre fue reelegida canciller para un segundo mandato, caracterizado por la grave crisis económica y financiera internacional. Merkel fue partidaria de la disciplina presupuestaria en la UE, lo que le ha valido críticas de los partidarios de medidas menos drásticas y que consideran que su política de austeridad trae consigo enormes sacrificios a los países con economías más debilitadas por la crisis.
Accedió a un tercer mandato tras la victoria de su partido en las elecciones de septiembre de 2013 en las que su formación se quedó a cinco escaños de la mayoría absoluta. El pobre resultado de sus socios liberales la obligó a buscar el apoyo de los socialdemócratas que finalmente accedieron a entrar en un Gobierno junto a la CDU y sus socios de la CSU.
La crisis de refugiados
El tema que marcó la agenda de Merkel durante su segunda legislatura fue la llegada de cientos de miles de refugiados e inmigrantes a partir del verano de 2015. Estos arribaron a las costas griegas e italianas huyendo de los conflictos bélicos en Oriente Próximo, especialmente de Siria, y África.
El enorme problema, tanto económico como social, que representaba la llegada de aquellas personas y sus consecuencias en las relaciones entre los miembros de la Unión Europea y su influencia en la opinión pública continental ha tenido consecuencias políticas para la canciller.
Merkel, que desde el comienzo de la crisis se mostró dispuesta a acoger a los refugiados, vio crecer el descontento entre sus propias filas y el creciente apoyo de la ciudadanía a formaciones de corte xenófobo, como AfD (Alternativa por Alemania). Temores que se hicieron realidad en marzo de 2016, cuando AfD consiguió una importante representación en varios parlamentos regionales y unas expectativas de voto a nivel nacional por encima del 10%.
En las elecciones celebradas el 24 de septiembre de 2017, calificadas de cruciales para el futuro de la Unión Europea, Merkel se impuso con el 33% de los votos. Los comicios visibilizaron la fuerza de la ultraderecha, que consiguió representación en el Bundestag por primera vez desde la II Guerra Mundial. Tras casi seis meses de bloqueo político, el partido de Merkel y su hermanada CSU alcanzaron un acuerdo con los socialdemócratas del SPD para formar gobierno, que culminó el 14 de marzo de 2018 con el cuarto nombramiento de Merkel como canciller federal. Con ello, iguala al también conservador Helmut Kohl como el político que más veces ha sido nombrado para ejercer el cargo.
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