La muerte de tres adolescentes en un ataque israelí conmociona Gaza
El Ejército asegura que los chicos intentaban colocar una bomba en la frontera. La Organización para la Liberación de Palestina acusa a Israel de cometer un crimen de guerra
Jaled Abu Said, Abdul Hamed Abu Zaher y Mohamed al Sutari, los tres de 13 años, deambulaban en la noche del domingo por la frontera de Gaza con Israel cuando les alcanzaron de lleno los disparos de un avión de combate. Sanitarios de la Media Luna Roja palestina hallaron los cuerpos de los menores destrozados junto a la valla de separación, al este de Jan Yunes, en la zona sur de la Franja. Las Fuerzas Armadas de Israel aseguraron que habían abierto fuego desde el aire contra una célula sospechosa de estar colocando un artefacto explosivo en la divisoria fronteriza. La Organización para la Liberación de Palestina (OLP) denunció la acción militar como un “crimen de guerra”.
En la negrura que se cierne a media tarde sobre Oriente Próximo con el recién estrenado horario de invierno, los tres chicos paseaban por una de las fronteras más peligrosas del mundo. De acuerdo con una investigación inicial de la División de Gaza del Ejército, observadores militares detectaron la presencia de tres personas “arrastrándose al amparo de la oscuridad con un objeto sospechoso”. Los portavoces castrenses aseguran que que cuando depositaron el objeto en el suelo y comenzaron a manipularlo, con la aparente intención de sabotear la valla, se dio la orden del ataque aéreo.
Israel “ha atacado y asesinado deliberadamente a tres niños palestinos”, afirmó en un comunicado la dirigente de comité ejecutivo de la OLP Hanan Ashrawi. “Se trata de un claro caso de crimen de guerra que viola la legislación internacional humanitaria (…) en una campaña de uso excesivo e indiscriminado de la fuerza contra el pueblo de Gaza”. Ashrawi apeló a la Corte Penal Internacional para que abra una investigación urgente. Los familiares de los chicos aseguraron que estaban colocando cepos para cazar pájaros en un terreno perteneciente al padre de uno de ellos.
En una inusual explosión de ira contra las autoridades del enclave, miles de gazatíes se echaron a la calle en la noche del domingo para clamar venganza por la muerte de los tres adolescentes. Una de las mayores concentraciones se produjo ante el domicilio privado del máximo líder de Hamás, Ismail Haniye, a quien se reclamó una inmediata respuesta a la acción militar israelí. Miles de personas asistieron este lunes al funeral de los tres muchachos en Deir el Balah, en el cenro de la Franja, en un clima de indignación ciudadana.
Desde el pasado 30 de marzo, cuando comenzaron las protestas en la frontera de Gaza con Israel, 217 palestinos —entre ellos 37 menores— han muerto por disparos del Ejército, los seis últimos en las manifestaciones del pasado viernes. Un solado israelí perdió la vida a lo largo de esos siete meses en un incidente armado en la zona fronteriza.
Durante el pasado fin de semana la tensión volvió a dispararse en la franja de Gaza a consecuencia del lanzamiento en dirección a Israel de 39 cohetes, de los que 15 fueron interceptados por el escudo antimisiles Cúpula de Hierro. La Fuerza Aérea replicó con bombardeos sobre cerca de un centenar de la objetivos que no causaron víctimas.
El viernes se daban la condiciones, según los mediadores de Egipto, para el establecimiento de una tregua permanente en Gaza. Las disputas internas entre el movimiento islámico Hamás, que gobierna de hecho el enclave palestino desde 2007, y la Yihad Islámica, que controla la segunda mayor milicia del estrecho territorio mediterráneo, arruinaron el acuerdo. La Yihad Islámica—que gira en la órbita de los intereses de Irán, según los servicios de inteligencia militares israelíes— reclama su participación en el reparto de los fondos para la reconstrucción de la Franja tras el alto el fuego.
Dos millones de personas viven sometidas desde hace una década al bloqueo israelí sobre el enclave, ampliamente secundado por Egipto a partir de 2013. En ese tiempo Israel ha librado tres guerras con las milicias palestinas, la última y más devastadora en 2014. El aislamiento y la destrucción han conducido a la bancarrota a la economía de la Franja, donde el 80% de sus habitantes depende de la ayuda humanitaria internacional para sobrevivir. Con una tasa de desempleo del 44%, el 90% de los acuíferos contaminados y con solo unas pocas horas de electricidad al día, Naciones Unidas prevé que Gaza dejará de ser habitable en 2020.
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