El Gran Hermano de los policías fronterizos
El programa 'Border Security: Canada’s Front Line' dejó de grabarse en 2015, aunque National Geographic ha seguido difundiendo los capítulos, que son muy seguidos y valorados por los canadienses
Los policías de fronteras canadienses tienen su propio Gran Hermano. Un espacio ahora cancelado, pero que ha acercado el trabajo de los agentes a los ciudadanos durante varias temporadas. Border Security: Canada’s Front Line, metió las cámaras en garitas de vigilancia y en puestos de control de aeródromos del país. Pasaportes falsos, alijos de coca en maletas de doble fondo, alimentos decomisados... el trabajo de estos servidores públicos es de todo menos aburrido. Y eso debieron pensar también los productores que se lanzaron con focos y cámaras a conocer sus aventuras y desventuras, hasta 2015, cuando se cancelaron las grabaciones. No obstante, el programa sigue siendo una fuente de información clave para los ciudadanos sobre el trabajo de la Agencia de Servicios Fronterizos de Canadá, según revela un informe oficial.
Un documento interno de este organismo de control de fronteras, al que tuvo acceso la cadena CBC y que pretendía hacer un balance de la labor de los agentes, reveló algo sorprendente. La firma de sondeos Ekos recibió el encargo de elaborar una encuesta para conocer la opinión de los ciudadanos sobre el trabajo de los agentes de fronteras. Para el trabajo de campo la compañía recurrió a llamadas telefónicas y a 12 grupos de discusión a finales de 2017 y principios de 2018.
“El programa de televisión fue frecuentemente citado como una fuente de información que permite mostrar el trabajo de la agencia y logró contribuir a una mejor apreciación de esta institución”, señala el estudio. Al preguntar a los encuestados cómo habían tenido conocimiento sobre las actividades y servicios de la guardia fronteriza, el 43% de los consultados mencionó la emisión televisiva. De acuerdo al documento, algunos ciudadanos hicieron referencia a noticias en medios y a portales de Internet, pero el recurso más frecuente fue Border Security: Canada’s Front Line.
El último de los 65 episodios del programa de televisión dejó de grabarse en suelo canadiense en 2015. Actualmente, tanto en Canadá como en otros países, los episodios que se presentan son repetidos. “Aunque el programa dejó de grabarse hace tres años, continúa siendo un importante instrumento educativo”, asegura Jayden Robertson, portavoz de la agencia. Pese a su éxito, el programa fue cancelado por recomendación de un comisionado y parece imposible que vuelvan a emitirse nuevos episodios, ya que también ha habido algunas voces en contra. La Asociación para las Libertades Civiles de la Columbia Británica ha subrayado que es preocupante que los canadienses aún aprendan frente al televisor sobre una institución que ha violado leyes relativas a la privacidad.
En junio de 2016, Daniel Therrien, comisionado federal sobre la protección de la vida privada en Canadá, entregó un informe donde recomendaba que la Agencia de Servicios Fronterizos dejara de colaborar con la productora Force Four Entertainment para la realización del programa televisivo difundido por el canal de National Geographic, ya que en un episodio en Vancouver se quebrantaron los derechos de un trabajador de la construcción. El equipo del programa siguió a la persona hasta su sitio de trabajo, donde filmó cómo los agentes le hicieron un control migratorio. Cuando sucedieron los hechos, el trabajador firmó un documento para autorizar la grabación, pero presentó después una queja porque argumentó que lo hizo bajo un clima de miedo y confusión. Tras la recomendación, la agencia decidió no participar más en la emisión.
Mientras tanto, el programa televisivo sigue difundiéndose, mostrando el trabajo cotidiano (aunque de algunos años atrás) de los agentes fronterizos. Un tema de mayor actualidad fue difundido hace unos días por la agencia The Canadian Press. El año pasado, el departamento de fronteras recibió 875 quejas por la conducta de sus agentes; 105 de ellas se encontraban bien documentadas. La mayoría se produjeron por sospechas de racismo y brusquedad innecesaria. Los responsables de la agencia respondieron que examinan los detalles de cada incidente y toman medidas para asegurar servicios profesionales y apropiados. Por su parte, algunos grupos de defensa de las libertades civiles han señalado que Canadá requiere de un organismo independiente para el estudio de cada una de estas quejas.
En 2017, los agentes fronterizos atendieron a unos 96 millones de viajeros. Ahora sí, sin Gran Hermano, sin focos y sin cámaras.
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