Periodista e inmigrante latino
Una doble estigmatización en Estados Unidos
Serafín Morán Santiago es un periodista cubano. Colaboró con varios medios extranjeros, Univisión, Telemundo y TV Martí entre los más renombrados. Según ha declarado, fue detenido y abusado por la Seguridad del Estado en reiteradas ocasiones, las más recientes en junio de 2016 y en septiembre de 2017. En esta última oportunidad le fue confiscado su equipo de trabajo.
Asegura haber sido amenazado de muerte por ejercer su labor en Cuba, razón por la cual solicitó asilo en la Embajada de Estados Unidos en dos oportunidades, ambas denegadas. Así emigró primero a Guyana y luego a México, desde donde acudió a un puesto fronterizo para volver a solicitar asilo político. Desde abril está recluido en un centro de ICE, Immigration and Customs Enforcement, en Pearsall, Texas, esperando la correspondiente audiencia de fianza que volvió a ser suspendida esta misma semana.
Emilio Gutiérrez Soto es un periodista mexicano. El pasado 11 de julio fue liberado por orden de un juez federal en El Paso, Texas, quien consideró que las autoridades migratorias habían violado la Primera Enmienda, el derecho a la libertad de expresión. El reportero estuvo preso durante ocho meses, según la opinión de varias instituciones por haber sido crítico de la política migratoria del presidente Trump.
Gutiérrez es solicitante de asilo político desde su llegada al país en 2008 junto a su hijo, petición basada en las amenazas y agresiones recibidas por él y su familia. Ello como resultado de una serie de reportajes sobre corrupción y ataques contra la población perpetrados por fuerzas militares en Chihuahua. Su audiencia de asilo está pendiente en una corte de El Paso.
Manuel Durán Ortega es un periodista salvadoreño con diez años de residencia en Memphis, Tennessee, donde llegó a causa de amenazas de muerte sufridas en su país de origen. En abril pasado fue arrestado por la policía local junto a un grupo de activistas. Se hallaba transmitiendo por Facebook Live para su sitio digital, Memphis Noticias, una manifestación sobre inmigración que coincidía con el aniversario del asesinato de Martin Luther King.
Durán permaneció en prisión 48 horas y luego el Departamento de Policía desestimó los cargos en su contra. Sin embargo, al salir del centro de detención lo esperaban oficiales de ICE para arrestarlo. En 2007 no se presentó a comparecer en una audiencia de inmigración en Atlanta y fue dictada su orden de deportación. En mayo una orden judicial ordenó la suspensión de dicha deportación, pero el caso inmigratorio continúa abierto y Durán se encuentra en un centro de detención en Jenna, Luisiana.
FundamediosUSA, Reporteros sin Fronteras y otras organizaciones que abogan por la libertad de prensa y los derechos de los periodistas han seguido de cerca estos tres casos. Entre tantos otros, lo común a los tres casos es la violencia que cotidianamente sufren los reporteros en América Latina, donde son blanco de la represión estatal y del crimen organizado, y la vulnerabilidad a la que están expuestos cuando emigran a Estados Unidos, donde son víctimas de una política de estigmatización deliberada del inmigrante.
De este modo, sufren una doble vulneración de derecho. El periodista latino intersecta los dos temas más significativos de un clima político como no se recuerda haber vivido en Estados Unidos. Los medios son acusados por el propio presidente de ser “enemigos del pueblo”. En consecuencia, sus seguidores los hostilizan, una imagen casi diaria en la pantalla de televisión.
Los inmigrantes latinos, a su vez, también han sido acusados por el presidente. En este caso, y de manera ad hominem, de ser “narcotraficantes, asesinos y violadores”. Como resultado, las acciones de la autoridad migratoria reflejan la animosidad del primer mandatario. La separación de familias ilustra el punto.
Ser periodista e inmigrante latino al mismo tiempo es casi una doble condena basada en el prejuicio, sin suficiente debido proceso ni demasiadas garantías constitucionales.
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