Israel negocia una tregua en la guerra encubierta de Gaza
El Gabinete de Seguridad debate aliviar el bloqueo a cambio del fin de la violencia en la frontera
Israel está negociando con sigilo una tregua en la guerra encubierta que libra desde hace cinco meses con Hamás en la frontera de Gaza, donde una ola de protestas contra una década de bloqueo y por el derecho al retorno de los refugiados se ha cobrado la vida de 155 manifestantes palestinos y la de un soldado israelí. El Gabinete de Seguridad israelí se reunió este domingo en Jerusalén para estudiar el cese de hostilidades, mientras en el enclave costero los líderes del movimiento islamista debatían sobre una hudna o alto el fuego de larga duración.
El Gabinete de Seguridad —el sanedrín de ministros que está al timón de la seguridad del Estado judío— había sido convocado por el jefe del Gobierno, Benjamín Netanyahu, después de haber cancelado, ante la nueva situación en Gaza, la visita oficial a Colombia que tenía previsto iniciar esta semana. Las expectativas de un acuerdo para devolver la calma a la frontera se dispararon después de que Israel permitiera el regreso a la Franja de Saleh al Aruri, número dos de Hamás en el exilio y considerado uno de sus mayores enemigos por el Estado judío, para que pudiese participar en el acuerdo de la hudna.
La sesión del Gabinete de Seguridad se cerró anoche con un lacónico comunicado oficial en el que se precisaba que el jefe del Estado Mayor, general Gadi Eisenkot, había informado a los ministros de que el Ejército estaba preparado para abordar “cualquier escenario” en Gaza.
En el campo palestino, marcado por la división política, crecen las dudas sobre la consecución de un alto el fuego pactado directamente por Hamás sin contar con la Autoridad Palestina. Desde Cisjordania, el partido Fatah —liderado por el presidente Mahmud Abbas— ha planteado objeciones a la negociación, ya que pone en peligro la existencia de un Estado palestino. “El acuerdo conduce a la creación de un mini-Estado en Gaza, lo que supondría enterrar nuestro proyecto nacional”, precisó un portavoz de Fatah citado por Reuters.
Los mediadores de Egipto y de Naciones Unidas llevan semanas intentando un acercamiento de posturas entre Israel y Hamás para poner fin la escalada de marchas contra la valla de la Franja. Sobre las alambradas de la línea divisoria se arrojan cada viernes miles de jóvenes palestinos desesperados ante una tasa de paro del 70%. Además de los muertos abatidos por disparos de los francotiradores militares israelíes, 17.000 manifestantes han resultado heridos, 600 de ellos por impactos de bala que han causado decenas de amputaciones y lesiones graves.
La opinión pública israelí observa también con preocupación los episodios de lanzamientos de cohetes y proyectiles desde el enclave que han salpicado la crisis. La aviación de combate ha intervenido finalmente contra grupos de palestinos que envían hacia Israel globos y cometas incendiarios para causar fuegos en zonas agrícolas cercanas.
La situación humanitaria de los dos millones de palestinos confinados en los 360 kilómetros cuadrados del enclave costero se ha agravado a consecuencia del largo bloqueo y de las tres guerras libradas por Israel y las milicias islamistas gazatíes entre 2008 y 2014 se saldaron con miles de muertos y heridos y arruinaron las infraestructuras vitales para la economía.
Dos terceras partes de la población sobrevive gracias a la ayuda internacional en un territorio donde tasa de desempleo roza el 45%, la electricidad apenas llega a los usuarios cuatro horas al día y el 90% de los acuíferos están contaminados. Naciones Unidas prevé que la Franja dejará de ser habitable en 2020.
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