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La Policía estrecha el cerco en torno al ladrón que se fugó de una cárcel francesa en helicóptero

Redoide Faïd, el fugitivo más buscado de Francia, fue avistado la semana pasada en las inmediaciones de París

Silvia Ayuso
El ladrón Rédoine Faïd, en enero de 2011. Al fondo, el aparcamiento donde se encontró el coche de Faïd el 25 de julio de 2018.
El ladrón Rédoine Faïd, en enero de 2011. Al fondo, el aparcamiento donde se encontró el coche de Faïd el 25 de julio de 2018.Olivier Arandel (EFE)

Si fuera una de esas películas de gángsters que tanto le gustan y hasta han inspirado su carrera delictiva, Redoine Faïd se encontraría en ese momento de la trama en el que ni los personajes ni los espectadores saben bien si todo va a acabar bien o estrepitosamente mal para el protagonista. A punto de cumplirse un mes de su espectacular fuga de una prisión en helicóptero el pasado 1 de julio, la policía ha estrechado el cerco al atracador y fugitivo más buscado de Francia que, aunque fue avistado esta semana en las afueras de París, todavía no ha sido apresado.

Y eso que parece que Faïd no ha cambiado mucho su modus operandi. Durante su primera evasión, en 2013, el ladrón cinéfilo que se inspiró en películas como Heat de Michael Mann o Point Break (Le llaman Bodhi) de Kathryn Bigelow, para preparar sus robos, permaneció oculto en los alrededores de París. Una zona que conoce como la palma de su mano, ya que allí nació hace 46 años, en Creil, al norte de la capital francesa. Y allí cometió sus primeros robos, tal como cuenta en su autobiografía Braqueur (Atracador), publicada en 2010, tras cumplir una primera condena de diez años.

En esa época aseguró que se arrepentía de su pasado, aunque pocos meses después acabó implicado en un atraco frustrado durante el cual murió una joven agente de policía. Un incidente por el que, el pasado abril, Faïd fue condenado a 25 años de prisión. La sentencia se sumaba a otras penas, incluida la impuesta por su fallida primera fuga, hasta prolongar su estancia en la cárcel, según el dominical Journal du Dimanche, hasta 2067. Una perspectiva que habría precipitado sus planes de fuga.

Pese a que tras su primera evasión acabó siendo atrapado a las seis semanas, en su segundo intento, Faïd ha apostado por desaparecer en la misma zona. El martes pasado, fue avistado en Sarcelles, a una treintena de kilómetros de París, justo en la ruta hacia su ciudad natal. A una patrulla de gendarmes les pareció sospechoso un coche apostado cerca de una gasolinera. Sus dos ocupantes se negaron a identificarse y emprendieron la fuga. La persecución policial acabó a unos cinco kilómetros, en el aparcamiento de un centro comercial en Sarcelles. Allí, los fugitivos abandonaron el vehículo y continuaron su huida a pie. “Se escaparon por poco. Fue cosa de segundos”, dijo una fuente policial a la Agencia France Presse (Afp).

Las imágenes recuperadas de las cámaras de vigilancia mostraron a un individuo sospechosamente parecido a Redoine Faïd. El viernes, los análisis del ADN recuperado en el coche confirmaron las sospechas. Y dieron una sorpresa: el acompañante no era otro que su hermano Rachid, de 60 años, en paradero desconocido desde la fuga de Redoine. Según Le Parisien, los investigadores —alrededor de un centenar de policías especializados siguen tras su pista desde hace un mes— están convencidos de que Rachid formaba parte del comando que, el 1 de julio, hizo aterrizar un helicóptero en el patio de la prisión de Réau, en las afueras de París, y se llevó a punta de fusil a Redoine, quien en esos momentos estaba en uno de los locutorios de visitas hablando, precisamente, con otro de sus hermanos, Braim.

Armas, pasamontañas y matrículas falsas

La presencia de Rachid confirma las sospechas de la policía, que apostó desde el principio por la tesis de que Faïd se apoyaba en su círculo más íntimo, especialmente su familia, para huir. Cada elemento ayuda a aclarar el rompecabezas. Y conforme pasa el tiempo, se cuenta con que Faïd, agobiado por un operativo que debe estar resultándole muy caro, cometa nuevos fallos. El 10 de julio sucedió el primero, cuando un cazador halló en un bosque en los alrededores de Verneuil-en-Halatte, otra zona vecina, una bolsa de deportes con armas, pasamontañas y herramientas varias, incluida una amoladora. Fue este instrumento, que sirve para cortar superficies duras, lo que permitió a los investigadores vincular el alijo a la fuga de Faïd.

En el vehículo abandonado esta semana se hallaron placas de matrículas falsas y material para fabricar explosivos. Nuevas pistas que podrían estrechar más aún un cerco que empieza a ser demasiado asfixiante para el hombre más buscado de Francia.

Un informe sobre los fallos de seguridad

La fuga de Redoine Faïd provocó una crisis en el sistema de seguridad carcelaria en un país que tiene tras las rejas a peligrosos criminales y centenares de yihadistas. ¿Cómo es posible que un helicóptero se posara en una cárcel y se llevara a un individuo con antecedentes de fuga y sobre el que las autoridades penitenciarias habían alertado específicamente de que había, de nuevo, un alto riesgo de evasión? ¿Por qué no se sometió a Faïd a una rotación carcelaria más intensa para evitar que pudiera tener tiempo de planificar una fuga? ¿Hay que renovar los equipos de seguridad de una red carcelaria que alberga más de 70.000 presos?

La ministra de Justicia, Nicole Belloubet, responderá a estas y otras cuestiones sobre los fallos detectados con el caso Faïd al presentar, este lunes, las conclusiones de la investigación realizada el último mes por la inspección general de la justicia. No se descarta, según el Journal du Dimanche, que rueden cabezas. Sobre todo si Faïd sigue sin ser atrapado.

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Sobre la firma

Silvia Ayuso
Corresponsal en Bruselas, después de contar Francia durante un lustro desde París. Se incorporó al equipo de EL PAÍS en Washington en 2014. Licenciada en Periodismo por la Universidad Complutense de Madrid, comenzó su carrera en la agencia Efe y continuó en la alemana Dpa, para la que fue corresponsal en Santiago de Chile, La Habana y Washington.

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