En carrera para el 2030, ¿llegamos a cumplir con los objetivos de desarrollo?
Un atlas publicado por el Banco Mundial nos recuerda cuan cerca -o lejos- estamos de cumplir con las 17 metas propuestas para mejorar el mundo
¿Cómo será nuestro mundo en el año 2030? Cuesta imaginarlo. El avance tecnológico está rompiendo con muchos de nuestros supuestos, pero al mismo tiempo las mentes más escépticas consideran que muchos de los problemas que azotan desde hace mucho a la humanidad como la desigualdad, la corrupción o la contaminación, están aún lejos de solucionarse.
Para los países que quedaron afuera, o para los que nunca llegaron, la fiebre mundialista nos ha hecho proyectar mucho más allá de este año. Mientras que las sedes de las dos próximas copas del mundo ya están elegidas, varios países se preparan para candidatearse en el 2030. Argentina, Paraguay y Uruguay o Marruecos empiezan a allanar el terreno para convertirse en las elegidas para el torneo el mismo año en que deberían cumplirse los Objetivos de Desarrollo Sostenibles (ODS).
Pero, de la misma manera ¿nos estamos preparando para un mundo más justo en el 2030?
Esa es la idea detrás del Atlas 2018 de los ODS del Banco Mundial. La nueva publicación incluye más de 180 mapas y gráficos, y muestra el nivel de progreso de las sociedades en la consecución de los 17 ODS, que representan el plan más ambicioso del mundo para promover el desarrollo sostenible de nuestra gente y nuestro planeta.
¿Cómo vamos?
A continuación, cinco destacables sobre el estado de las metas más importantes:
- Uno de los temas más resonantes en los últimos años ha sido la igualdad de género. La meta cinco tiene que ver con “lograr la igualdad entre los géneros y empoderar a todas las mujeres y las niñas”. De acuerdo al Atlas, las leyes son el primer paso para lograr la igualdad pero solo la mitad de los países tienen legislaciones en contra de la discriminación para emplear mujeres.
- Un nuevo clima implica nuevos desafíos y el objetivo 13 se trata de ello: “Adoptar medidas urgentes para combatir el cambio climático y sus efectos”. Entre 1880 y 2012, la temperatura media mundial subió 0,85 grados centígrados; los océanos se han calentado, la cantidad de nieve y de hielo ha disminuido, y ha subido el nivel del mar. Según el Atlas, se esperan fuertes y frecuentes eventos climáticos extremos que amenazan la salud y la productividad de los cultivos, y hay que estar preparados para responder de manera rápida e inclusiva a los desastres.
- La educación es una inversión, pero el promedio de gasto a nivel mundial roza el 5% del PIB. “Garantizar una educación inclusiva, equitativa y de calidad y promover oportunidades de aprendizaje durante toda la vida para todos” está aún lejos de cumplirse. Mientras que los promedios de asistencia a las escuelas van en alza, los chicos en la mayoría de las regiones en desarrollo no aprenden y, lo que es más, la mayoría no tendrá las habilidades que hacen falta para los trabajos del futuro.
- La pobreza es la madre de todas las inequidades: entre sus distintas manifestaciones figuran el hambre, la malnutrición, la falta de una vivienda digna y el acceso limitado a otros servicios básicos como la educación o la salud. La buena noticia es que entre 1990 y 2013 el número de personas que vivían con menos de USD1,90 por día (lo que se considera extrema pobreza) cayó en mil millones. Sin embargo, la extrema pobreza se enquista en las zonas más difíciles de erradicarla: en África subsahariana, el número de persona en esta situación ha ido en aumento.
- En términos de energía, todavía queda mucho trabajo por delante: si las tendencias actuales de acceso continúan, el 8% de la población mundial aún estará a oscuras en 2030. Pero América Latina podría sacarse una buena nota en esta asignatura, casi tres cuartas partes de los países están en vías de alcanzar el acceso universal para 2020, y para 2030 se espera que la región logre un acceso casi universal, con Haití como el único país con una tasa de acceso inferior al 90%.
Las metas parecen inalcanzables, pero no son imposibles. Sin embargo, lograr los ODS antes de 2030 requerirá más y mejor financiamiento, un enfoque renovado en la implementación para mejorar las vidas de los más difíciles de alcanzar y mejoras significativas en la recopilación y análisis de datos.
María Victoria Ojea es productora digital del Banco Mundial.
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