Macron visita al Papa en plena polémica con Italia
El presidente francés no se reunirá con el primer ministro italiano, Giuseppe Conte
“Una creo que representa a la derecha fuerte, pero el otro no sé de dónde viene”. Así se refirió papa Francisco al actual presidente de Francia, Emmanuel Macron, cuando se jugaba el puesto en la segunda vuelta de las elecciones contra Marine Le Pen. Algo más de un año después, con todas las cartas ya sobre la mesa, Francisco le ha recibido en el Vaticano en un momento especialmente delicado para el mandatario francés. En plena tormenta por la reforma de la UE y las tensiones con Italia, los temas sobre la mesa eran la inmigración, los populismos o el futuro de Europa.
La reunión duró 57 minutos y fue a puerta cerrada. Durante el tiempo que se permitió asistir a los periodistas pudo verse como Macron entregó a Francisco una antigua edición del libro Diario de un cura rural de Georges Bernanos -que el Papa dijo que había leído muchas veces-, y el pontífice le regaló el medallón que representa a San Martín de Tours, patrón de Buenos Aires y que dió su manto a los pobres. "Quiere subrayar la vocación de los gobernantes de ayuda a los pobres. Porque todos somos pobres", le recordó.
Macron no visitará al primer ministro italiano, Giuseppe Conte. Pero el presidente francés, que siempre se ha definido como agnóstico, utilizará la visita para mandar un mensaje claro al Palacio Chigi, sede del Gobierno italiano, sobre sus planes de futuro y las nuevas alianzas europeas. La tensión ha alcanzado cotas insólitas en las últimas semanas. El líder del Movimiento 5 Estrellas (M5S) y vicepresidente de Italia, Luigi di Maio, aseguró el pasado domingo que Macron es hoy el enemigo número uno de Italia. La realidad es que el nuevo Gobierno todavía no ha realizado ninguna visita oficial al Santo Padre, pese a que Matteo Salvini anunció hace unos días su intención de hacerlo y recibió la callada por respuesta.
De hecho, el líder de la Liga flotaba en el ambiente. La política migratoria que trata de imponer por el ministro del Interior, especialmente su agresiva retórica, preocupa en el Vaticano. La opinión de la Santa Sede, posicionada desde la llegada de Francisco claramente del lado de los migrantes, será crucial en la percepción que algunos ciudadanos pueden tener sobre la dinámica política del gobierno de la coalición populista.
En clave interna, Macron —que llegó acompañado por su esposa Brigitte, el ministro del Interior, Gérard Collomb, y una delegación de 15 personas— también lanza un guiño a la comunidad católica francesa, tradicionalmente escorada a la derecha. Durante esta visita, Macron recibirá el título de primer y único canónigo de honor de la basílica de Roma San Juan de Letrán, una distinción honorífica cuya tradición se remonta a derecho a los jefes de Estado franceses desde Enrique IV.
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