Yulia Skripal: “Todavía me cuesta entender que hemos sido atacados”

Yulia Skripal, que fue hallada inconsciente junto a su padre, el espía ruso Serguéi Skripal, en un banco de las calles de Salisbury (Reino Unido) el pasado 4 de marzo tras un ataque con un agente nervioso, ha comparecido por primera vez ante los medios desde que salió del hospital. En una entrevista concedida a Reuters, la mujer, de 33 años, ha dicho que está "feliz de estar con vida" y ha asegurado que "el intento de asesinato ha dado un vuelco" a su vida. Skripal también ha apuntado que espera regresar a Rusia, su país natal, aunque sea "a largo plazo". 

Durante la entrevista, la hija del espía, que todavía está bajo protección de las autoridades británicas, ha pedido que se respete la privacidad de ambos. Skripal no respondió a las preguntas de los periodistas, pero entregó una carta en inglés. En el escrito explica que "visitaba a su padre Serguéi cuando ocurrieron los hechos". También detalla que se enteró de lo que había sucedido a través de los medios de comunicación, después de permanecer 20 días en coma. "Todavía me cuesta entender que los dos hemos sido atacados", ha escrito Skripal. "El hecho de que un agente nervioso fuese usado para hacer eso es chocante", ha apuntado. 

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La hija del espía también ha dado detalles de la recuperación de ambos, que describe como "lenta y extremadamente dolorosa". Skripal no quiso entrar en detalles pero ha asegurado que el tratamiento fue "invasivo, doloroso y deprimente". En la declaración, Yulia Skripal da las gracias al personal del hospital de Salibury y a las personas que los ayudaron el día del ataque. 

Los Skripal fueron hallados inconscientes el 4 de marzo en la ciudad de Salisbury, al sudoeste de Reino Unido, después de haber sido víctimas de un ataque con un agente nervioso identificado por Londres como Novichok. Ambos consiguieren salir vivos. Yulia Skripal salió del hospital el pasado 9 de abril y su padre, de 66 años, el pasado 18 de mayo. Sin embargo, ambos siguen en tratamiento, según ha informado la hija del espía. 

El envenenamiento de padre e hija desencadenó una crisis diplomática entre Rusia y Reino Unido. El miércoles 15 de marzo, el Gobierno de Theresa May decretó la expulsión de 23 diplomáticos rusos y la suspensión de todo contacto con Moscú en represalia por el intento de asesinato. Apenas dos días más tarde, el Gobierno ruso respondió declarando personas non gratas al mismo número de diplomáticos británicos y ordenó el cierre del consulado de ese país en San Petersburgo. También suspendió las actividades del British Council, la institución que divulga el idioma y la cultura británica.