Asesinado otro candidato mexicano a alcalde en un pequeño pueblo de Jalisco
Carlos Andrade, aspirante de Movimiento Ciudadano a la alcaldía de un pequeño pueblo, fue acribillado a la salida de un velatorio. Es el segundo candidato asesinado en la zona en menos de una semana
Dos semanas de campaña electoral y dos candidatos locales asesinados. El escenario ha vuelto a ser Tierra Caliente, uno de los corredores más violentos, olvidados y pobres de México. Si el pasado jueves el nombre era el de Maribel Barajas, una joven aspirante del Partido Verde Ecologista de Michoacán al municipio de Múgica; este domingo ha sido José Carlos Andrade Magaña, alcalde de Jilotlán de Dolores, otra pequeña localidad en la frontera de Jalisco con Michoacán.
Magaña, que aspiraba a renovar su cargo en las próximas elecciones en nombre del partido Movimiento Ciudadano, fue acribillado a balazos cuando salía de un velatorio, según recogen medios locales. Ganadero y comerciante de formación, Andrade Magaña tenía 47 años. Según su agrupación política uno de los intereses prioritarios del regidor era sacar mayor partido a la tradición agrícola y ganadera de su municipio, transparentar la utilización de los recursos hídricos de la región y activar el empleo en su localidad.
Movimiento Ciudadano compite en las próximas elecciones federales de julio como parte de la coalición política Por México al Frente, junto con el Partido Acción Nacional (PAN) y el Partido de la Revolución Democrática (PRD). A últimas horas de la tarde del domingo, a través de un comunicado, el Frente condenaba el asesinato del alcalde con licencia e instaba al gobernador del Estado de Jalisco a resolver el crimen: "Exigimos a Aristóteles Sandoval Díaz el esclarecimiento y castigo a los responsables del asesinato de Juan Carlos Andrade Magaña, así como que informe a los jaliscienses y a los mexicanos del avance de las investigaciones relacionadas con este y otros homicidios y casos de desaparecidos en la entidad. Y si no puede le exigimos que renuncie", señala el escrito.
El asesinato de candidatos locales en México ha destapado las grietas de un proceso electoral que avanza marcado por el terror de la narcoviolencia. El país elegirá el próximo 1 de julio más de 18.300 cargos entre federales y locales, entre ellos 1.200 concejales y más de 12.000 regidores. Y lo hará envuelto en las peores cifras de homicidios que ha vivido en más de dos décadas, con un promedio de 71 asesinatos al día.
La Asociación Nacional de Alcaldes realizó, antes del comienzo de la campaña, un mapa de riesgos para los candidatos. Dividió al país en cuatro regiones según las amenazas que habían sufrido los políticos y el nivel de homicidios de cada entidad. Así se concluyó que Durango, Michoacán, Oaxaca y Veracruz estaban entre las más peligrosas.
El asesinato del que fuera alcalde de Jilotlán se suma a otros crímenes de representantes políticos en Jalisco como es el caso de Salvador Magaña Martínez, dirigente de Movimiento Ciudadano en el municipio de La Huerta o el de Saúl Galindo Plazola, diputado local en funciones emanado del PRD, coordinador del grupo parlamentario y presidente de la Comisión de Justicia del Congreso del Estado de Jalisco, ambos a finales del pasado mes de diciembre.
La violencia ha tocado directamente a la campaña y ha afectado a todos los partidos, aunque se ha ensañado especialmente con el eslabón más débil: los cargos locales. Ya se han registrado más de 30 ataques, desde la precampaña. Esto encendió las alarmas de la Organización de Estados Americanos (OEA). "Va un promedio de un asesinato de un candidato cada cuatro o cinco días, es un margen de violencia absolutamente inaceptable en un proceso electoral", denunciaba el secretario general del organismo, Luis Almagro, en una entrevista el pasado 16 de marzo en Madrid.
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