Pelosi: “Todo lo que necesitamos es un voto sobre las armas. Hay suficientes republicanos con nosotros”

Labrada en mil batallas en los pasillos de poder de Washington, Nancy Pelosi, la jefa de la bancada demócrata en la Cámara de Representantes, cree que los vientos han cambiado en el enquistado debate sobre las armas en Estados Unidos. De 77 años, 31 de ellos en el Capitolio, Pelosi se muestra confiada de que hay suficientes legisladores que apoyarían un paquete de restricciones profundas a la compraventa de armas. “Todo lo que necesitamos es un voto. Creo que hay suficientes republicanos que votarían con nosotros”, dice en declaraciones a EL PAÍS en la víspera de las marchas contra las armas convocadas en EE UU por estudiantes de la escuela de Parkland (Florida), donde murieron 17 personas en un tiroteo en febrero.

“Tenemos como a un 90% de demócratas y todo lo que queremos es a un 10% de republicanos. Creemos que podríamos ganar el voto”, sostiene Pelosi, que de 2007 a 2011 fue presidenta de la Cámara, cuando los demócratas ostentaban la mayoría del hemiciclo, lo que la convirtió en la tercera autoridad política de EE UU.

La congresista por California, que ha apoyado a los activistas de Parkland y que participó en la manifestación del sábado en Washington, se declara “decepcionada” por el viraje del presidente Donald Trump respecto al control de armas. Tras la matanza de Florida, el republicano dijo apoyar elevar de 18 a 21 años la edad mínima para comprar un rifle y endurecer otros requisitos. Pero más adelante dio marcha atrás y su principal propuesta es permitir armar a grupos de profesores. “Estoy decepcionada pero diría que mis expectativas no eran altas. Esperaba más de él desde el principio pero cambia mucho de opinión”, dice Pelosi.

El control republicano de ambas cámaras del Congreso también ha enfriado las expectativas de reformas profundas sobre las armas. Pero la presión de Parkland ha forzado a los conservadores a dar algunos pasos tímidos. La ley presupuestaria, aprobada el viernes, incluye ayudas para reforzar la seguridad en las escuelas, mejoras en el análisis de antecedentes a compradores y en la investigación sobre las muertes por armas de fuego. El último cambio legal significativo en el control de armas en todo EE UU es de 2007, cuando se amplió la prohibición de venta a personas con trastornos y delincuentes.

Pelosi cree que la presión de los activistas estudiantiles a favor de dificultar el acceso a las armas, por ejemplo elevar la edad mínima para comprar un rifle, tiene la llave para forzar al presidente de la Cámara de Representantes, el republicano Paul Ryan, a someter esas propuestas a voto. “Les estamos diciendo a los jóvenes: pedir el voto a los congresistas y al presidente de la Cámara. Eso es lo que está obstruyendo el camino”, afirma.

La líder demócrata se declara “absolutamente convencida” de que la matanza en Florida en febrero ha supuesto un “punto de inflexión” a favor de mayores controles, que se visualizó en las multitudinarias manifestaciones el sábado en 800 ciudades en EE UU y el extranjero.

“El valor absoluto de estos jóvenes de hablar, hacerse escuchar, salir de sus escuelas, manifestarse por sus vidas en Washington. Ya han causado una impresión”, subraya. “Han empezado algo que es diferente porque lo que están haciendo demuestra su conocimiento del uso de las redes sociales y han dicho: no vamos a parar, tenemos tiempo, querríamos lograr esto con rapidez pero no vamos a acabar hasta que el trabajo esté terminado”, agrega en alusión a las peticiones del movimiento de Parkland.

La cúpula demócrata confía en que el clamor contra las armas, propiciado por la matanza de Florida, se convierta en un asunto central de las elecciones legislativas de noviembre, en que se renueva la totalidad de la Cámara de Representantes, un tercio del Senado y la mayoría de puestos de gobernador estatal. Las encuestas otorgan a los demócratas ventaja suficiente para arrebatar a los republicanos la Cámara, lo que presumiblemente volvería a hacer presidenta a Pelosi. La pugna por el Senado es mucho más reñida.