Una mina de uranio siembra la discordia entre España y Portugal
El yacimiento salmantino de Retortillo, a 50 kilómetros de la frontera, está junto a ríos que desembocan en el Duero
Después del almacén de residuos de la central nuclear de Almaraz (Cáceres), las tensiones entre España y Portugal tienen un nuevo capítulo: la próxima apertura de una mina de uranio a cielo abierto en Retortillo, a 70 kilómetros de Salamanca y a 50 de la frontera con Portugal. El proyecto ha levantado las protestas de los grupos ecologistas portugueses y españoles y las críticas del Bloco de Esquerda, socio parlamentario del Gobierno socialista portugués. Según estos, el Gobierno español no ha realizado el preceptivo estudio de impacto ambiental transfronterizo, ya que los desechos de la mina podrían acabar en el río Duero.
El presidente de la comisión parlamentaria de Medio Ambiente, el bloquista Pedro Soares, alerta de que si no hay una protesta firme del Gobierno portugués pueda repetirse la táctica de los hechos consumados como, dice, ocurrió con el almacén de residuos nucleares de Almaraz. Lisboa presentó el año pasado una denuncia ante la Comisión Europea en contra de esta instalación temporal —para guardar la basura nuclear hasta que se construya el cementerio de Cuenca— por no contar con una evaluación de los impactos transfronterizos del proyecto.
La mina de Retortillo se encuentra pendiente de la aprobación del Consejo de Seguridad Nuclear y hasta que este organismo oficial no emita su parecer, no podrá empezar a funcionar. Por su parte, Bruselas ha abierto una investigación por la falta de información del Gobierno español. En 2014, la Junta de Castilla y León concedió a la empresa australiana Berkeley licencia para extraer uranio en la citada localidad salmantina, a partir del próximo año. El Gobierno autonómico calificó el proyecto, que prevé extraer anualmente 2,2 millones de toneladas del mineral, de “interés público”.
Ecologistas y políticos de ambos lados de la frontera visitaron Retortillo el fin de semana para ver sobre el terreno las posibles zonas afectadas, que ya cuenta con la oposición de los alcaldes de los pueblos vecinos. Según Soares, la mina tendrá “un impacto devastador en Portugal”, país donde la explotación de minas de uranio acabó en el año 2001.
Grupos ecologistas, alcaldes de la zona y partidos portugueses y españoles han convocado el próximo sábado una manifestación en Salamanca para protestar contra la instalación de Retortillo, que, de abrirse, sería la única mina de uranio de Europa.
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