Archivada la denuncia por violación contra el ministro de Hacienda de Macron
Gérald Darmanin tiene aún una segunda demanda pendiente por “abuso de situación de debilidad”
La justicia francesa ha archivado por segunda vez una denuncia por violación presentada contra el ministro de Hacienda, Gérald Darmanin, que había negado categóricamente las acusaciones y rechazó dimitir pese a las presiones de la oposición y de grupos feministas. Aun así, el político, una de las estrellas ascendentes del Gabinete del presidente Emmanuel Macron, que le dio su respaldo, tiene pendiente otra denuncia presentada por una segunda mujer que lo acusa de “abuso en situación de debilidad”.
“Las investigaciones realizadas no han permitido establecer una ausencia de consentimiento de la demandante y tampoco han establecido una coacción, una amenaza, una sorpresa o cualquier tipo de violencia en su contra”, justificó la fiscalía de París la decisión de dar carpetazo a la investigación preliminar abierta a finales de enero, según la Agencia France Presse.
Era la segunda vez que se iniciaba —y que se archiva— esta acción judicial que se activa de forma automática cuando se presenta una denuncia de agresión sexual o de violación y que busca averiguar si hay base suficiente como para abrir una investigación formal de los hechos que, en este caso, se remontaban a 2009. La denunciante, Sophie Spatz, afirma que Darmanin, que en esa época era asesor judicial en las oficinas del partido UMP (hoy Los Republicanos) del entonces presidente Nicolas Sarkozy, le prometió ayudarla en sus intentos de limpiar su expediente —había sido condenada por chantaje y amenazas unos años antes— a cambio de favores sexuales y que ella se vio obligada a aceptar. La mujer, descrita por la prensa francesa como una exprostituta de lujo que en el momento de los hechos ya se había retirado y buscaba rehabilitar su nombre, presentó una primera denuncia tras conocer el nombramiento de Darmanin como ministro de Acción y Cuentas Públicas (Hacienda) el pasado mayo. Pero fue archivada un mes más tarde porque la mujer desoyó repetidas invitaciones de la fiscalía para que acudiera a testificar. Sin embargo, tras la oleada de denuncias de abusos sexuales del movimiento #MeToo desatada tras el escándalo del productor estadounidense Harvey Weinstein, la mujer se decidió en enero a volver a presentar una denuncia, que es la que ahora ha sido archivada nuevamente.
Darmanin celebró la decisión y agradeció en las redes sociales el “apoyo ante la calumnia”, a la par que anunció su decisión de mantener la denuncia por calumnias contra su acusadora que presentó en julio del año pasado, tras la primera acción judicial de la mujer en su contra.
Pero los problemas no han acabado para Darmanin con este carpetazo judicial. El ministro tiene abierta aún una segunda investigación preliminar iniciada esta misma semana, después de que otra mujer lo acusara de “abuso de situación de debilidad” por hechos sucedidos entre 2015 y 2016 en Tourcoing, la ciudad en el norte de Francia de la que Darmanin era alcalde en esa época. La mujer asegura que el hoy ministro le propuso favores sexuales a cambio de ayudarla a lograr una nueva vivienda.
Darmanin no ha sido el único miembro del Gobierno puesto en entredicho por una conducta sexual presuntamente delictiva. Otro de los ministros estrella de Macron, el ecologista Nicolas Hulot, saltó a la actualidad en los últimos días, después de que una revista desvelara que una nieta del expresidente François Mitterrand, Pascale Mitterrand, le denunció en 2008 por una violación presuntamente cometida en 1997. Como el presunto delito había prescrito ya, la denuncia fue archivada y nunca se investigaron los hechos, aunque Hulot ha afirmado que nunca se pudo probar que hubiera cometido delito alguno. El ministro ha anunciado su intención de demandar por difamación a la revista L’Ebdo que reveló la vieja denuncia, decisión que la publicación ha defendido.
Tanto Darmanin como Hulot han recibido el apoyo del Gobierno francés, que se ha escudado en el hecho de que por ahora se trata de meras investigaciones preliminares y que ninguno ha sido imputado por delito alguno hasta el momento. Sin embargo, la situación es incómoda para un presidente que hace pocos meses, en pleno auge del movimiento #MeToo, declaró la igualdad de género la “gran causa” nacional de su mandato.
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