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¿Cómo ganarle a un robot que podría hacer tu trabajo?

Aprender habilidades —o la manera en que elegimos y aplicamos conocimientos— significa hacer lo que una máquina no sabe hacer, según los expertos

El mercado laboral del futuro requiere de nuevas habilidades.
El mercado laboral del futuro requiere de nuevas habilidades. Banco Mundial/Istock
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¿Cuántos de los siguientes conceptos te sirven en tu trabajo o vida diarias?

Muchos de nosotros crecimos repitiendo una y mil veces estas frases. De niños y jóvenes absorbíamos conocimiento, pero entre dientes cuestionábamos "¿para qué me sirve saber esto?", una pregunta que dejaba perplejo a más de un adulto.

Lo que antes parecía una rebeldía, en la actualidad cobra más sentido: mientras los conocimientos básicos se pueden buscar en Google —de hecho, los anteriores fueron tomados de allí—, ¿qué debemos aprender en las aulas?

La respuesta está en la boca de todos los responsables de diseñar políticas educativas: las habilidades.

"Las habilidades son la capacidad de hacer algo bien. Así como el conocimiento alude a la manera en que percibimos, entendemos y recordamos la información, las habilidades se refieren a la manera en que elegimos, utilizamos y aplicamos conocimiento en diferentes circunstancias, al enfrentar retos diversos y frecuentemente impredecibles", explica Paula Villaseñor, economista y consultora del Banco Mundial, quien lideró Construye T, un programa para la adquisición de habilidades socioemocionales desarrollado en México.

Pero el interrogante tiene que ver con qué es lo que se necesita para enseñar las habilidades que buscan los empleadores de hoy y del futuro.

Los expertos apuntan que estamos ante una oportunidad única. Nunca como ahora hubo tantos niños en las aulas. Los niveles de escolarización son altísimos —en América Latina y el Caribe la inscripción escolar en la escuela primaria está al 100% y en el secundario al 75%—, sin embargo, el rendimiento académico es bajo. Lo mismo ocurre con la educación terciaria: hay 20 millones de jóvenes latinoamericanos en las universidades, pero solamente la mitad se gradúa y solo hay 10 instituciones de educación superior entre las 500 más prestigiosas del mundo.

Todos esos años de estudio no siempre se traducen en mejores niveles de aprendizaje, mejor inserción laboral o mejores salarios.

Esto tiene que ver con los requerimientos actuales del mercado laboral. De acuerdo al informe de desarrollo mundial, "Aprender para hacer realidad la promesa de la educación", las deficiencias en el aprendizaje durante los años de escuela se manifiestan más tarde como brechas de habilidades en la fuerza laboral.

Ganarle a un robot

Con la Cuarta Revolución Industrial —o Industria 4.0 como también se le conoce— pisándonos los talones, un modelo educativo anticuado, los conocimientos básicos al alcance de un clic y muchas tareas siendo automatizadas, la idea detrás de la educación tiene que ser otra: saber lo que una máquina no sabe hacer.

"Poder escribir es distinto que tener habilidades de comunicación. De hecho, una definición más técnica de habilidades —o competencias— involucra conocimiento, habilidades, actitudes y valores, lo que significa que, en el ejemplo del correo electrónico, no solamente se espera que las personas hagan un buen uso de la gramática sino que además muestren empatía y respeto", añade Villaseñor.

Entonces, ¿cómo se enseñan habilidades como la resolución de conflictos, la toma de decisiones o comunicar efectivamente? Lo primero es entender que las habilidades no se enseñan, ni se aprenden, ni se evalúan como se hace con los conocimientos. Es mucho más difícil medir si un alumno está adquiriendo o no habilidades, pero no es imposible.

Villaseñor rescata seis prácticas:

Este tema es clave para el desarrollo de América Latina. Un estudio realizado por la Corporación Andina de Fomento (CAF) explica que las ocupaciones menos rutinarias suelen contener altos requerimientos de habilidades socioemocionales y también de habilidades cognitivas como la creatividad, que no son propias de las máquinas. En este sentido, si la región quiere estar preparada para un futuro tecnológico desafiante debe apostar a la formación tanto de buenas habilidades cognitivas como socioemocionales.

El cambio tecnológico está rehaciendo, nuevamente, el mercado laboral. Hoy más que nunca las habilidades deben tener un lugar preponderante en las aulas para preparar a la nueva generación de profesionales.

María Victoria Ojea es productora digital del Banco Mundial.

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