Taiwán busca entre los escombros a más de 80 desaparecidos en el terremoto
El seísmo del martes, de 6,4 grados y con epicentro cercano a la ciudad de Hualien, ha causado seis muertos y 256 heridos, según fuentes del Gobierno
Los taiwaneses apenas se asustan cuando sienten el suelo temblar. Viven en una isla sísmica y han crecido viendo los edificios de sus ciudades balancearse sobre terremotos de poca intensidad, que a menudo hacen saltar unas alarmas de sonido inquietante que el Gobierno taiwanés lanza cuando la tierra tiembla. Los ciudadanos las reciben en sus teléfonos con la indiferencia que otorga la asiduidad. Pero lo que sintieron los 100.000 habitantes de la pequeña ciudad costera de Hualien el pasado martes al filo de la medianoche no fue un breve temblor, de esos que cortan la respiración durante apenas unos segundos. Los 6,4 grados de magnitud que sacudieron Hualien provocaron la muerte de seis personas, heridas a 256 —según datos del Gobierno—, el derrumbamiento de cinco edificios, grietas en docenas de ellos, serios daños en puentes y carreteras y una sensación de angustia generalizada a la que contribuye que, casi un día después, aún haya 86 personas desaparecidas, según datos oficiales. A esto se ha unido el pánico provocado por las constantes réplicas que se han sentido en la ciudad a lo largo de toda la noche y que, según ha advertido el Gobierno, podrían prolongarse durante al menos una semana.
Pocos minutos después del fuerte temblor, que se notó con diferentes intensidades en casi toda la isla, incluida su capital, Taipéi, las redes sociales ya mostraban una imagen que quedará para la posteridad cuando se hable del terremoto del 6 de febrero: un edificio literalmente arrodillado sobre sí mismo, inclinado en equilibrio precario sobre un ángulo de unos 45 grados y del que vecinos y bomberos ayudaron a rescatar a lo largo toda la noche gente atrapada en su interior. Era el edificio de apartamentos Yun Men Tsui Ti, que sufrió los mayores daños y donde aún hay 50 vecinos ilocalizables. Además, un hospital militar, otro edificio residencial y dos hoteles, que también semi-implosionaron sobre sí mismos, amenazan con derrumbarse sobre las calles de Hualien. En el Hotel Marshal, donde los primeros tres pisos desaparecieron bajo los escombros, los servicios de emergencia rescataron a 75 turistas, aunque por la mañana aún había una docena de huéspedes en paradero desconocido. Entre los heridos hay ciudadanos japoneses, chinos, coreanos y checoslovacos, según Reuters.
Los daños en múltiples condominios han dejado sin posibilidad de regresar a casa a cerca de 500 personas. Los servicios de emergencia locales han improvisado en una escuela y un estadio de béisbol dos refugios con comida y camas, mientras la presidenta Tsai-Ing-wen, que acudió a Hualien a primera hora del miércoles, anunció un paquete de ayudas económicas de emergencia para las víctimas del terremoto. Además, desde su página de Facebook, lanzó mensajes de ánimo y subrayó que los servicios de emergencia harán todos los esfuerzos posibles para salvar a quienes estén en peligro. “Es en situaciones como ésta cuando los taiwaneses muestran su calma, resiliencia y amor. El Gobierno trabajará con todos para proteger su patria” escribió.
El epicentro del terremoto se localizó 18 kilómetros al noreste de Hualien y a apenas 10 kilómetros de profundidad, de ahí la intensidad del seísmo. La hora en la que ocurrió, las 23.50, hace temer que sorprendiera a gran parte de la población dormida y por lo tanto muchos de los desaparecidos podrían estar aún atrapados entre los escombros, aunque su número continúa bajando a medida que se van cotejando los registros de residentes de cada edificio.
Hualien es una ciudad turística situada en la costa este de Taiwán y es la puerta de entrada al Parque Nacional de Taroko, uno de los más populares del país y muy concurrido en estas fechas ante la inminencia del año nuevo chino, que comienza la próxima semana.
Durante el pasado domingo se registraron casi un centenar de temblores en Hualien y alrededores, y durante la pasada semana toda la isla ha temblado con inusual asiduidad. Hace exactamente dos años otro terremoto de la misma magnitud sacudió la ciudad de Kaohsiung, al sur del país, provocando la muerte de 117 personas, aunque en aquella ocasión las víctimas las provocó la caída de un edificio construido con materiales defectuosos y por cuya construcción irresponsable varias personas están ahora en la cárcel. El peor terremoto de las últimas décadas en Taiwán se remonta a 1999, cuando murieron casi 2.500 personas por un seísmo de 7,6 grados.
Varios geólogos, como Lee Chyi-tyi, de la Universidad Central de Taiwán, han aparecido recientemente en las noticias locales afirmando que esta isla de 23 millones de habitantes, y con una superficie un poco más grande que Cataluña, está entrando en lo que se llama el ciclo de los 100 años, un fenómeno que llevaría a que al menos una vez por siglo se registren fuertes terremotos en una isla que reposa sobre el llamado Anillo de Fuego del Pacífico, una de las zonas con mayor actividad sísmica del planeta. Pero para los taiwaneses esas palabras no parecen una amenaza real. Vincent Tsai, un mecánico de Taipéi cuya familia, en Hualien, pasó la noche en la calle “porque absolutamente todo tembló como nunca”, no teme un gran terremoto. “Aquí hemos crecido con ellos. Que tiemble la tierra es normal, siempre dicen que algún día habrá uno grande pero no puedes vivir con ese miedo”. Las cifras que dan las aseguradoras en cierto modo lo confirman: sólo el 33% de la población taiwanesa paga por proteger su vivienda frente a terremotos.
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