El espionaje holandés avisó al FBI en 2014 de la infiltración de ‘hackers’ rusos en la Casa Blanca
La información remitida sobre el grupo ruso Cozy Bear sirvió para investigar la injerencia de Moscú en las elecciones de 2016 en Estados Unidos
Especialistas en cibernética del espionaje holandés comprobaron entre 2014 y 2015 que un grupo de piratas informáticos, entre ellos el denominado Cozy Bear, apoyados por Rusia, habían accedido a los sistemas de la Casa Blanca, el Departamento de Estado y el Partido Demócrata. La información fue remitida luego al FBI y sirvió para apoyar sus investigaciones, y las del Departamento de Seguridad Nacional estadounidense, sobre la injerencia rusa en las elecciones presidenciales de 2016. Las que enfrentaron al actual presidente, Donald Trump, con la antigua secretaria de Estado, Hillary Clinton. La noticia ha sido desvelada este jueves por el rotativo De Volkskrant y la televisión pública (NOS), que han presentado un informe sobre el papel que jugaron los servicios secretos nacionales y militares holandeses para destapar a los hackers.
Ambos equipos de espías siguieron los movimientos del que luego se llamaría Cozy Bear desde 2014 y vieron cómo se introducían en la red informática del Gobierno de Estados Unidos. “Al tener acceso incluso a la Casa Blanca, los piratas podían seguir la agenda oficial de viajes del entonces presidente, Barack Obama, una parte de su correo electrónico e informes confidenciales”, según explican los dos medios holandeses. Antes de ser conocido como Cozy Bear, el grupo de hackers cambió varias veces de nombre: The Dukes y APT29, entre ellos. “Los servicios secretos occidentales dan por hecho que estos grupos son controlados por el espionaje ruso, y de ahí que los persigan desde hace años”, añade la investigación. Otros dos equipos de piratas, APT28 y Fancy Bear, son considerados responsables de haber penetrado en los servidores digitales del Partido Demócrata estadounidense.
Cozy Bear fue descubierto por los espías holandeses en 2015, que comunicaron de inmediato su hallazgo al FBI. Un año después, sus expertos abrieron una investigación oficial sobre la supuesta intrusión rusa en las elecciones presidenciales. Rob Bertholee y Pieter Bindt, los responsables holandeses de los servicios secretos, han asegurado en la televisión nacional que no tienen “duda alguna de la responsabilidad directa del Kremlin en la cibercampaña rusa contra las instituciones estadounidenses”. Ambos hablaron en su momento con sus homólogos en Estados Unidos, James Clapper y Michael Rogers, sobre el seguimiento de Cozy Bear. Holanda dio por terminada dicha labor cuando Washington mencionó la cooperación “de un aliado occidental” para desenmascarar a los hackers. Entre las razones aducidas para explicar dicho parón, De Volkskrant y la televisión pública citan “la diferente percepción del secretismo asociado al trabajo de los espías” a ambos lados del Atlántico.
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