La guía telefónica en papel desaparece de Holanda
Casi 140 años después de su estreno, se ha impuesto la consulta digital de direcciones y páginas amarillas
La primera guía holandesa de teléfonos data de 1881, tenía 49 nombres y direcciones y solo podía consultarse en la propia central telefónica. En 1913 había ya en el país 75.000 abonados con un teléfono en casa, y el directorio estaba a la vista también en las oficinas de Correos. Casi 140 años después, los volúmenes de nombres y direcciones, y las Páginas Amarillas, están a punto de desaparecer. La editorial DTG, encargada de ambas publicaciones, dice que las versiones en papel ya no se leen “porque todo el mundo busca los números en Internet”. En diciembre de 2018 distribuirá la última tirada, unos ejemplares de coleccionista.
Es un final anunciado, porque la propia DTG digitalizó las guías en 1996 y habló en 2014 con el Ministerio de Economía para no prolongar más allá de 2017 su publicación en papel. Ahora que las cifras recabadas por la editora señalan que solo un 2% de los usuarios las encuentran indispensables, ha llegado la hora de retirarlas. Hace dos años, todavía las utilizaban un 57% de los holandeses mayores de 18 años, en su mayoría pensionistas o cercanos a la jubilación. Pensando en ellos, en especial en los más mayores, que buscan parientes y amigos en un libro reconocible, se impartirá un curso a escala nacional para que aprendan a encontrar los teléfonos en la red. Una ayuda y un pequeño homenaje a un servicio del que se han llegado a publicar siete millones de ejemplares en su momento de mayor demanda
Internet ha precipitado las cosas, pero a partir de 2008 DTG recibió miles de peticiones para que dejara de imprimir las guías por motivos medioambientales. “Hasta los abraza árboles pueden pasarse sin ellas”, era el lema de una campaña muy sonora, aunque de corta duración. En 2012, el Congreso se mostró proclive a suprimirlas porque los volúmenes acababan a la larga en la basura. Entonces se pensó en distribuirlos solo a suscriptores, siempre gratis, eso sí. Pero la idea no cuajó.
“Es el único libro que casi todo el mundo ha tenido alguna vez en casa. Era un poco de todos”, han reconocido en la editorial, que repartirá los últimos ejemplares en diciembre de 2018 en la ciudad de Enschede, al este de Holanda. Situada en la provincia de Twente, está junto a la frontera alemana. DTG se concentrará a partir de ahora en el “servicio digital de Marketing para nuestros 85.000 clientes”, según explica en el comunicado colgado en su página de web. Acaba una era y crece todavía más otra.
Síguenos en Twitter y en Flipboard
Tu suscripción se está usando en otro dispositivo
¿Quieres añadir otro usuario a tu suscripción?
Si continúas leyendo en este dispositivo, no se podrá leer en el otro.
FlechaTu suscripción se está usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PAÍS desde un dispositivo a la vez.
Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripción a la modalidad Premium, así podrás añadir otro usuario. Cada uno accederá con su propia cuenta de email, lo que os permitirá personalizar vuestra experiencia en EL PAÍS.
En el caso de no saber quién está usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contraseña aquí.
Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrará en tu dispositivo y en el de la otra persona que está usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aquí los términos y condiciones de la suscripción digital.