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Tusk: “Si Reino Unido cambia de idea, nuestros corazones siguen abiertos”

La UE sugiere que el Brexit es reversible y muestra voluntad de dar marcha atrás al divorcio

Donald Tusk se dirige al pleno del Parlamento Europeo en Estrasburgo.Vídeo: VINCENT KESSLER (REUTERS) / REUTERS-QUALITY
Lucía Abellán

La Unión Europea lanza el primer mensaje en firme de que el Brexit es reversible. En medio de la confusión que reina en la política británica sobre el divorcio de la familia europea, el presidente del Consejo, Donald Tusk, ha invitado este martes a Londres a repensar su postura. Y lo ha hecho apoyándose en unas palabras de David Davis, negociador del Gobierno de Theresa May para la salida británica de la Unión (aprobada en referéndum el 23 de junio de 2016 por un 51,9% de los votos, frente a un 48,1% contrario) y firme partidario de este proceso. “¿No fue Davis quien dijo que si una democracia no puede cambiar de opinión deja de ser una democracia? Nosotros, aquí en el continente, no hemos cambiado de idea. Nuestros corazones siguen abiertos hacia ustedes”, ha planteado Tusk ante el pleno del Parlamento Europeo en Estrasburgo.

Tusk, máximo representante de los Estados miembros en Bruselas, nunca ha ocultado su disgusto por la salida británica de la UE. Pero plantear directamente una posible marcha atrás cuando el Brexit entra en su fase más compleja supone toda una declaración de intenciones. Aun así, se trata de un escenario poco probable, al menos a corto plazo.

El mensaje llega pocos días después de que el propio Nigel Farage, cabeza visible del Brexit, aludiera a la posibilidad de un segundo referéndum para validar el eventual acuerdo de separación que pacten Bruselas y Londres. Aunque el Gobierno de Theresa May siempre se ha mostrado contrario a esa posibilidad, la falta de liderazgo y de mensajes comunes en Londres sobre el procedimiento de salida generan cada vez más dudas en Bruselas.

El presidente del Consejo ha abundado en este escenario hipotético. “Si el Gobierno de Reino Unido mantiene su decisión de abandonar la UE, el Brexit será una realidad —con todas sus consecuencias negativas— en marzo del año próximo. A no ser que haya un cambio de actitud entre nuestros amigos británicos”, ha deslizado.

El posicionamiento inicial de Tusk ha desencandenado afirmaciones similares, aunque menos entusiastas. El presidente de la Comisión Europea, Jean-Claude Juncker, ha animado a considerar el ofrecimiento de Tusk, de una manera más tibia: “No me gustaría que en Londres dejaran de escuchar lo que el señor Tusk ha dicho”. Ambos responsables han comparecido en el Parlamento Europeo para explicar los resultados de la cumbre de diciembre, en la que los líderes de la UE certificaron los progresos en la fase de divorcio y abrieron el camino a negociar la relación futura entre los Veintisiete que queden y Londres. El vicepresidente primero de la Comisión, Frans Timmermans, también presente en la Cámara comunitaria, ha añadido: "No fue la UE la que decidió abandonar a Reino Unido, sino Reino Unido a la UE. Si en algún momento ellos se lo piensan de nuevo, la UE dejaría la puerta abierta".

Más allá de esos futuribles, la UE está inmersa en la fase de fijación de condiciones para el periodo de transición, el que transcurrirá desde la salida británica (30 de marzo de 2019) y la entrada en vigor del nuevo marco que se consensúe con Londres (presumiblemente, a partir de 2021). Tanto el líder del Consejo Europeo como otros representantes han exigido al Ejecutivo de Theresa May que clarifique su posición.

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Lo más difícil está por llegar

Como muestra de que las dificultades no han hecho más que empezar, el presidente del Partido Popular Europeo (PPE) en la Eurocámara, el alemán Manfred Weber, ha alertado: “El periodo transitorio no se puede dar por sentado. Si no se cumplen las condiciones, el PPE no dará su consentimiento. El peligro no se ha superado”. Las palabras de Weber reflejan bien el espíritu de Alemania en esta negociación. El Gobierno de Angela Merkel no ve claro hacia dónde camina el diálogo con Reino Unido.

El socialdemócrata Roberto Gualtieri, miembro del grupo supervisor del Brexit en la Eurocámara, ha advertido de que Londres no podrá “elegir lo que más le convenga” en la negociación y ha reforzado el mensaje del presidente del Consejo: “Como ha dicho Tusk, seguimos con los brazos abiertos”.

Libre tránsito más allá de la fecha de salida

Los 27 Estados miembros que quedarán en la UE tras la salida británica ponen cada vez más condiciones al periodo de transición que pidió Reino Unido para evitar una salida abrupta del club comunitario. Los representantes de los Estados miembros conciben esta fase como una extensión de derechos y deberes de Londres respecto a sus socios comunitarios, con una condición esencial: no habrá representación británica en las instituciones europeas a partir de marzo de 2019.

Los todavía socios de Reino Unido pretenden que la libre circulación de personas siga vigente durante la transición (previsiblemente, hasta diciembre de 2020) y, por tanto, que los ciudadanos que se instalen en territorio británico en ese tiempo puedan optar a la residencia permanente. A ese nuevo requisito, revelado por los diarios The Guardian y Financial Times, se añade la garantía que pretenden obtener los Veintisiete de que durante esa fase no podrán aplicar acuerdos alcanzados con otros territorios, salvo que Bruselas lo autorice.

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Sobre la firma

Lucía Abellán
La redactora jefa de Internacional de EL PAÍS ha desarrollado casi toda su carrera profesional en este diario. Comenzó en 1999 en la sección de Economía, donde se especializó en mercado laboral y fiscalidad. Entre 2012 y 2018 fue corresponsal en Bruselas y posteriormente corresponsal diplomática adscrita a la sección de España.

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