Arranca el trabajo del comité de expertos de la UE contra los bulos
El grupo perfila un método para detectar las noticias falsas y combatir su difusión
La desinformación que circula por Internet preocupa a las instituciones europeas. Los contenidos engañosos “se propagan a un ritmo inquietante y amenazan nuestros valores democráticos”, ha alertado este lunes la comisaria de Economía Digital, Mariya Gabriel. El grupo de trabajo que ha creado Bruselas para combatir la manipulación en redes ha arrancado hoy sus trabajos, presidido por esta responsable. Las conclusiones de los expertos que lo integran y la consulta pública que abrió el Ejecutivo comunitario para analizar mejor el desafío cristalizarán en una propuesta oficial esta primavera, según ha avanzado Gabriel.
Bruselas decidió crear esta plataforma de expertos a finales de año, a la vista del alcance que adquirían los bulos y las manipulaciones que se extienden sin control por diferentes plataformas. Aunque las instituciones europeas ya actúan a través de la unidad contra la propaganda (principalmente rusa, pero también del ISIS) que opera en el servicio diplomático, la magnitud de este problema convenció a la Comisión de abrir otra vía complementaria. Con todos esos elementos, Bruselas elaborará una estrategia de la UE para frenar la difusión de noticias falsas y desinformación.
Los 40 expertos que conforman el grupo —periodistas, académicos, y expertos en comunicación de diferentes rincones de Europa, así como de Estados Unidos— perfilan un método para “identificar noticias falsas y frenar su propagación”, en palabras de la comisaria. Cualquier iniciativa orientada a cribar mensajes de difusión pública corre el riesgo de impactar contra la libertad de expresión. Aun así, la comisaria búlgara ha defendido que ignorar el problema solo lo agrava: "Si no tomamos medidas contra la desinformación online en el marco europeo, hay un alto riesgo de que la situación empeore".
Twitter, Facebook y Google
Madeleine de Cock, experta en derechos de autor y medios de comunicación de la Universidad de Utrecht (Holanda), liderará esos esfuerzos comunitarios. “Las noticias falsas son un problema endiablado, con un enorme efecto potencialmente disruptivo”, ha subrayado en su comparecencia junto a la comisaria. Además de empresas periodísticas y de ONG como Reporteros sin Fronteras, la unidad creada por la Comisión incluye a representantes de Twitter, Facebook y Google.
El Ejecutivo comunitario no aclara, de momento, si esta estrategia supondrá la elaboración de leyes europeas que regulen el fenómeno. Pero Gabriel alude al ejemplo de Francia —cuyo presidente, Emmanuele Macron, ha anunciado una ley contra la propagación de bulos— para destacar la “importancia política” del dosier. “Seguimos de cerca lo que hace Macron y me da fuerza porque demuestra que necesitamos una aproximación europea para evitar el riesgo de fragmentación”, ha reflexionado la comisaria, en referencia a la falta de eficacia que supondría que cada país actuara por su cuenta.
Los expertos evaluarán la responsabilidad sobre las noticias falsas en cuatro ámbitos: los poderes públicos, las plataformas de Internet, los medios de comunicación y la sociedad civil. Habrá otras dos reuniones en febrero y en marzo las responsables de este trabajo presentarán los resultados. Para construir su estrategia, Bruselas se servirá también de la consulta pública a la que los ciudadanos pueden mandar sus aportaciones hasta el próximo 23 de febrero.
Las elecciones como foco
El precedente de Estados Unidos como objeto de posibles injerencias rusas para condicionar el resultado electoral que culminó con la victoria de Donald Trump ha dejado huella en Europa. La primera ministra británica, Theresa May, ha denunciado supuestos intentos de influir en la política europea provenientes de la órbita de Moscú. Y Holanda decidió realizar un recuento manual en sus últimas elecciones generales ante el temor de que se manipulara el sistema informático. Incluso España creó un grupo de trabajo destinado a garantizar que no se produjeran irregularidades en el marco de las elecciones catalanas del 21-D.
Bruselas recela de aludir a casos concretos que puedan ser objeto de estudio en el equipo de expertos. Preguntada por los posibles riesgos de interferencia en las próximas elecciones italianas, que se celebrarán en marzo, la comisaria europea aludió a la “necesidad de defender los valores democráticos y a la ciudadanía”.
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