Los partidos palestinos pactan celebrar en 2018 las primeras elecciones en 12 años
El rechazo de Hamás a desarmarse y las sanciones de Abbas a Gaza amenazan el acuerdo de reconciliación
Un día antes de lo previsto, los 13 partidos palestinos reunidos en El Cairo en un cónclave de reconciliación nacional pactaron la noche del miércoles la celebración de elecciones antes de que termine 2018. Los palestinos no acuden las urnas para elegir presidente desde 2005 y no han votado a sus diputados desde 2006. La declaración final de las facciones políticas —que ha sido negociada a puerta cerrada en la sede de los servicios de inteligencia de Egipto—deja en manos del presidente de la Autoridad Palestina, Mahmud Abbas, la fecha de convocatoria de los comicios. El rechazo de Hamás a entregar el control de la seguridad en Gaza y el mantenimiento de las sanciones económicas impuestas por Abbas a la Franja hacen temer que el último acuerdo interpalestino siga los pasos de los cuatro anteriores intentos de entendimiento, que fracasaron por falta de aplicación.
El acuerdo de reconciliación suscrito el 12 de octubre en El Cairo por los islamistas que administran de facto Gaza y por el partido nacionalista Fatah, que lidera el presidente Abbas y que solo gobierna en Cisjordania, apenas se ha cumplido hasta ahora en una de sus previsiones. Hamás entregó el pasado día 1 a la Autoridad Palestina el control de los pasos fronterizos con Egipto (Rafah) e Israel (Erez y Kerem Shalom). El Gobierno de El Cairo, sin embargo, solo ha autorizado el tránsito hacia su territorio de 1.441 personas durante tres días esta semana, en unas instalaciones aduaneras donde la lista de espera de visados salida se eleva a más de 20.000 peticiones. La apertura del paso internacional con Egipto —cuyas verjas solo han permanecido abiertas 27 días a lo largo de este año— es clave para poner fin al aislamiento de los dos millones de habitantes de la Franja, sometidos a bloqueo terrestre y marítimo por Israel desde hace más de un decenio.
Tras el fracaso de los pactos de unidad política palestina de La Meca (2007), El Cairo (2011), Doha (2012) y Gaza (2014) la desconfianza domina las relaciones entre los dos principales partidos palestinos. Ambas partes no darán previsiblemente nuevos pasos de acercamiento hasta el 1 de diciembre, cuando está programada la devolución de las instituciones civiles del enclave costero de Gaza a la Autoridad Palestina. Hamás, que ganó la elecciones legislativas de 2006, expulsó por la fuerza a los políticos y funcionarios de la Administración gestionada por Fatah tras intensos enfrentamientos armados que se cobraron 285 muertes en ambos bandos en 2007. Desde entonces el Ejército de Israel ha librado tres guerras (en 2008-2009, 2012 y 2014) contra las milicias del movimiento islamista.
El Gobierno de Ramala, sede de las instituciones palestinas en Cisjordania, no parece dispuesto a levantar las sanciones impuestas a Gaza desde la pasada primavera si antes no recupera el control efectivo de la Administración de la Franja. Entre otras medidas punitivas para poner fin al control ejercido por Hamás, el presidente Abbas recortó los pagos por el suministro eléctrico desde Israel —elevando la duración de los apagones a una media de 20 horas diarias— y redujo en un 30% el sueldo de los funcionarios palestinos en el enclave, donde la tasa de desempleo alcanza el 44%, según el Banco Mundial.
Hamás y Fatah tienen previsto abordar en diciembre la situación de las fuerzas dependientes hasta ahora de la Administración paralela islamista y de los 25.000 milicianos alistados en las Brigadas Ezedin al Qasam, brazo armado de la organización. El director de la policía palestina, Hakim Atalah, anunció hace dos semanas en Ramala que enviará entre 8.000 y 9.000 agentes a Gaza para garantizar la seguridad, sin precisar cuántos de los policías nombrados por Hamás quedarán integrados bajo su mando. Atalah apeló al principio de “una sola arma” (un único cuerpo policial) invocado por el presidente Abbas para exigir la disolución de las milicias en Gaza. Poco antes, el portavoz parlamentario de Hamás, Mushir al Masri, aseguró que su organización no va a renunciar a las armas. “No es un asunto que esté en discusión con la Autoridad Palestina”, aseguró, “ya que tenemos derecho a la resistencia contra la ocupación”. Egipto, que ejerce una creciente tutela sobre los asuntos de Gaza, ha anunciado que enviará una delegación de sus fuerzas de seguridad a la Franja para mediar en la disputa y supervisar la aplicación de los acuerdos.
En el comunicado conjunto final de la reunión de El Cairo, los partidos políticos han condenado también el “cierre” de la oficina de representación de la Organización para la Liberación de Palestina en Washington, anunciada el pasado fin de semana por el Gobierno de Estados Unidos e interpretada como medida de presión ante futuras negociaciones con Israel. La portavoz del Departamento de Estado, Heather Nauert, aseguró el miércoles que “hay conversaciones en marcha para que siga abierta” la delegación palestina en la capital norteamericana, informa Reuters. “Seguimos en contacto con los palestinos”, añadió Nauert después de que portavoces de la Autoridad Palestina aseguraran el martes que se habían suspendido las relaciones con Washington.
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