El Congreso de EE UU impondrá formación contra el acoso sexual a todos sus legisladores y personal
La medida tiene lugar después de la denuncia de varias congresistas
La ola de denuncias de acoso sexual en Estados Unidos, de relatos de mujeres que han experimentado el abuso de poder por parte de un superior, también ha llegado a los políticos. Las dos cámaras legislativas han decidido implantar formación obligatoria contra el acoso y la discriminación a todo su personal, del primer congresista al último becario. El portavoz de la Cámara de Representantes, Paul Ryan, anunció la medida el pasado martes, justo al día siguiente de que el Senado hiciera lo propio.
La cultura del abuso no distingue entre partidos. La congresista Jackie Speier, de California, afirmó durante una audiencia esta semana que "dos miembros del Congreso, un republicano y un demócrata, que están en ejercicio ahora mismo han cometido acoso sexual". Speier, demócrata, criticó además que algunos incidentes de este tipo se han resuelto con acuerdos de compensación pagados con dinero de los contribuyentes. Ella misma ha relatado haber sido víctima de agresión por parte de un jefe de gabinete. En total, entre 1997 y 2016, la Cámara pagado hasta 15 millones como consecuencia de denuncias por discriminación, pero sin distinguir el tipo. "Muchas de nosotras, en el Congreso, sabemos lo que es, porque el Congreso ha sido durante demasiado tiempo caldo de cultivo de un ambiente de trabajo hostil", afirmó Speier.
La republicana Barbara Comstock denunció en el mismo foro que una empleada de la Cámara había dejado su trabajo después de que un legislador le hubiera pedido que le llevara unos documentos a su casa y, entonces, se mostró desnudo. "¿Qué estamos haciendo nosotros por las mujeres que están lidiando con situaciones así?", preguntó Comstock, congresista por Virginia.
A Washington también le ha estallado en las manos la bomba del acoso, una lacra antigua, un secreto a voces, que en las últimas semanas ha dejado de ser un tabú. Tras el escándalo de Harvey Weinstein, un todopoderoso productor de Hollywood sobre el que ha caído un diluvio de denuncias, muchas mujeres en otros ámbitos han contado otras experiencias traumáticas, poniendo de relieve lo extendido que está la costumbre del abuso.
Los republicanos, en concreto, lidian estos días con una crisis en Alabama: Roy Moore, candidato a senador en ese Estado sureño, ha sido acusado por distintas mujeres de haber intentado abusar de ellas cuando eran menores. La primera en denunciarle tenía 14 años cuando tuvo lugar el supuesto abuso. El líder conservador en el Senado, Mitch McConnell, y otros miembros del partido, como Ryan, le han pedido que dimita.
En un comunicado, el líder republicano en el Congreso señaló que el objetivo de estas medidas contra el acoso "no es únicamente concienciar sobre el asunto sino dejar claro que el acoso sexual no tiene lugar alguno en la institución".
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