_
_
_
_

Sicilia, unas Generales de fogueo

Las elecciones de la región este domingo, donde el centroderecha y el Movimiento 5 Estrellas se disputan la presidencia, marcarán la tendencia política de los próximos meses en Italia

Daniel Verdú
Silvio Berlusconi, Matteo Salvini y Giorgia Meloni celebran su coalición en un restaurante de Catania el pasado jueves.
Silvio Berlusconi, Matteo Salvini y Giorgia Meloni celebran su coalición en un restaurante de Catania el pasado jueves.LIVIO ANTICOLI (EFE)

Sicilia celebra hoy unas elecciones llamadas a marcar el rumbo de la política italiana en los próximos meses. Las urnas contendrán pistas sobre casi todas las tendencias y propuestas políticas que se avecinan: desde el creciente autonomismo, hasta las alianzas que pueden terminar configurando el futuro gobierno de Italia tras las elecciones de primavera de 2018. La región, gobernada hasta ahora por el Partido Democrático (PD), se encamina a un duelo final entre el Movimiento 5 Estrellas (M5S) de Beppe Grillo y el frente de centroderecha diseñado por Silvio Berlusconi y Matteo Salvini, de Forza Italia y la Liga Norte respectivamente.

Los resultados en Sicilia no auguran nada bueno para el PD, cuyo secretario general, Matteo Renzi, ya se ha puesto la venda antes de tener la herida marcando así cierta distancia respecto a su candidato, Fabrizio Micari. “Yo lo votaría, pero que gane el mejor”, lanzó el viernes tras detallar que él no le había elegido como aspirante. Los partidos que orbitan a la izquierda del PD, cuyo candidato conjunto en Sicilia es Claudio Fava, afilan los las navajas y anuncian que se cobrarán muy caro su posible apoyo en caso de ser necesario. Incluso cuestionando la idoneidad de Renzi —que se ha puesto de perfil estos días en Sicilia— para ser el líder de una futura coalición de izquierdas en las Generales.

Mientras, la gran coalición de centroderecha se hace selfies en un restaurante de Catania y celebra su matrimonio con una pomposa tarta con fotos de ellos mismos. Pero bajo el rostro entusiasmado de Silvio Berlusconi (Forza Italia), Matteo Salvini (Liga Norte) y Giorgia Melloni (Fratelli di Italia), se esconde una silenciosa lucha de poder por el liderazgo en las elecciones generales de un poderoso artefacto político. De momento, el candidato de la coalición de centroderecha, Nello Musumeci, encabeza también los sondeos en Sicilia, donde el M5S también ha echado el resto. Su nuevo líder político, Luigi di Maio (siciliano), busca aquí el comienzo de la era post Beppe Grillo y el arranque real de su pontificado.

Pero ese es solo el pronóstico. Las proyecciones políticas en Sicilia son un oxímorón. Una cuarta parte de la población no sabía hace una semana que este domingo se celebran elecciones. La región, donde están llamados a las urnas 4,5 millones de habitantes, tiene una de las tasas de desocupación más altas de Italia con 22% y un 57% entre los jóvenes. Posee tambén el mayor índice de evasión fiscal, con unos 52.000 millones de euros en los últimos 10 años, y algunos de los peores servicios: 142 días de espera para una mamografía, cuando en el norte del país son 89. En parte por el histórico trapicheo electoral, solo el 12% se fía de sus instituciones en Sicilia —en Italia esa cifra llega al 31%—, según el Istituto Demopolis?. El futuro inquilino del Palacio de Orleans saldrá probablemente de una decisión de última hora que tomen los indecisos, el 25% del electorado.

El escrutinio solo empezará a las ocho de la mañana del lunes. En parte porque las acusaciones de compra de votos, infiltraciones mafiosas y todo tipo de "impresentables", como llaman en la isla a aquellos candidatos con posibles relaciones con la Cosa Nostra, configuran un laberinto electoral de equilibrios imposibles. De hecho, la Comisión Parlamentaria Antimafia preparaba una lista de todos aquellos candidatos que no podrían presentarse por sus vínculos con el crimen organizado. Sin embargo, el inventario solo estará listo para después de las elecciones. Cuando algunos podrían ya haber sido elegidos. No hace falta esperar hasta entonces, sin embargo, para saber que el número uno en toda Italia es Silvio Berlusconi, inhabilitado por fraude fiscal y a la espera de una respuesta del Tribunal de Estrasburgo a su recurso que le salve en el último minuto. Hasta entonces sigue moviendo los hilos de la política de norte a sur del país.

El creciente autonomismo que recorre Italia se ha colado también en la agenda siciliana. Una parte de la región, reconocida con el Estatuto Especial, no tiene intención de renunciar a él y pide más. O al menos que se aplique de facto. Grillo ya ha lanzado que es fundamental "garantizar y reafirmar el reconocimiento de la región" El nacionalismo siciliano cotiza tan al alza que incluso uno de los candidatos independientes, Roberto La Rosa (Siciliani Liberi), ha anunciado que si gana -algo improbable- dará asilo al expresidente de la Generalitat de Cataluña Carles Puigdemont. Tanto Salvini como Claudio Fava (candidato de la minoría escindida del PD) han pedido que se aplique realmente la autonomía de la que ya dispone la isla. Pero no está claro que eso sea lo mejor, opina Forza Italia, que aboga por una mayor intervención del Estado.

Tu suscripción se está usando en otro dispositivo

¿Quieres añadir otro usuario a tu suscripción?

Si continúas leyendo en este dispositivo, no se podrá leer en el otro.

¿Por qué estás viendo esto?

Flecha

Tu suscripción se está usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PAÍS desde un dispositivo a la vez.

Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripción a la modalidad Premium, así podrás añadir otro usuario. Cada uno accederá con su propia cuenta de email, lo que os permitirá personalizar vuestra experiencia en EL PAÍS.

En el caso de no saber quién está usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contraseña aquí.

Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrará en tu dispositivo y en el de la otra persona que está usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aquí los términos y condiciones de la suscripción digital.

Sobre la firma

Daniel Verdú
Nació en Barcelona pero aprendió el oficio en la sección de Madrid de EL PAÍS. Pasó por Cultura y Reportajes, cubrió atentados islamistas en Francia y la catástrofe de Fukushima. Fue corresponsal siete años en Italia y el Vaticano, donde vio caer cinco gobiernos y convivir a dos papas. Corresponsal en París. Los martes firma una columna en Deportes

Archivado En

Recomendaciones EL PAÍS
Recomendaciones EL PAÍS
Recomendaciones EL PAÍS
_
_